15- Verde

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Gracias por la ayuda Ari.- Abracé a mi amiga, oliendo su delicioso perfume de flores.

Ay mi bebé, sabes que cuentas conmigo para lo que quieras.- Besó mi frente, provocando unas cuantas miradas penetrantes por parte de Juan.

¿Nos vamos?.- Diego colocó su mentón en mi hombro, haciendo un tierno puchero.

Sip, ¿Vienes Juan?.- El lentudo negó, señalando a Abril.

Claramente se quería quedar a noviar.

Abi solamente se rió.

Entonces... Hasta luego parejita.- La linda chica se despidió de nosotros de la mano de su feo novio.

Tomé la mano de Diego para salir del lugar, correspondiendo la despedida de Abril.

Te quiero mucho.- Abrió la conversación mi hermoso novio, mientras caminábamos tomados de la mano.

Recargué mi cabeza en su hombro, sonriendo.

Yo también te quiero.- Me siento tan embobado.

Este hombre me trae muy mal, todo de el es perfecto.

Espero nadie nos reconozca.

¿Quieres nieve?.- Señaló a un señor vendiendo paletas heladas y no se que tanta mierda más.

A huevo que si.- Le dí una sonrisa para empezar a caminar en dirección del señor.

¿De qué sabores tiene don?.- Le pregunté, el viejo miró nuestras manos entrelazadas, sonrió por un momento.

De vainilla, chocolate, limón, mango y fresa.- Se quedó pensativo viéndonos escogiendo el sabor.

Ay mijo, ojalá en mi época tambien nos hubieran aceptado a mi novio a mí.- Ow, ese pobre señor...

Nunca es tarde para ser feliz.- Le dijo Diego, con una de las sonrisas más puras que he visto.

Uno de mango y... ¿De qué quieres tu Beto?.- Sin quererlo volví a quedarme hipnotizado en sus ojos, sobre todo en esos lindos labios llenos de lunares. ¿Amor?.-

¡Ah!... Yo de limón, gracias.- Sonreí.

Me dijo amor... No sintió mal, como cuando lo dijo Donovan, se sintió como si estuviera en las nubes y mi estómago se hubiera infestado de mariposas.

En serio caí rendido a sus pies.

Vamos a sentarnos allá.- Señaló una banca que estaba en un parque cercano. Muchas gracias señor.- El señor asintió sonriendonos.

Tomé mi vasito de nieve para probarlo mientras llegábamos al asiento.

¿Está bueno?.- Diego se estaba sentando, su cara parece estar con mucha más vida.

Ujum.- Me senté a su lado, mis pies apenas rozaban con la banqueta, verga, me siento muy enano.

¿Quieres probar?.- Puso la pequeña cucharita en mis labios.

Lo probé, era un delicioso sabor a mango natural, de las mejores nieves que he probado.

Verga, está bien bueno.- Lamí mis dedos, estaban algo pegajosos.

Ah... Si... Si lo está.- Diego miraba atento mis movimientos, ¿Estás cosas le excitan?.

Besé su mejilla.

Estás frío.- Mencionó entre risas.

Ambos sonreímos, viéndonos como bobos enamorados.

Entre las cuerdas de mi guitarra ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora