Capítulo 7: Dulce terquedad

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Colocando al pastelero sobre la barra de la cocina, Mew no dejaba de tocar su cuerpo que parecía arder entre sus brazos, tenía la enorme necesidad de poseerlo, creía que si no lo hacía iba a perder la cordura, los suaves gemidos de Gulf parecían caricias en sus oídos, quería más, mucho mas.

-¿Por qué sabes tan bien, Gulf?- diciendo en su oreja.

-Te... tenemos que... parar, Mew- sintiendo los besos recorrer su cuello.

-¿Cómo quieres que lo haga?- viéndolo detenidamente, sus mejillas rosadas, sus labios hinchados y sus ojos oscuros llenos de deseo- ¿Qué es lo que tienes que me hace querer hacerte mío?- acercándolo mas a su cuerpo.

-Mew...



Gulf no sabía que contestar, era una completa locura lo que estaba sucediendo, él era un nada, siempre se lo habían dicho y aunque la abuela K nunca lo hizo sentir eso, la mayoría del mundo lo veía de esa forma, los únicos que no lo hacían eran sus amigos y podía contarlos con la palma de una mano. Estar entre los brazos de ese alfa le daba miedo, porque no sabía como reaccionar ante el cúmulo de emociones que Mew Suppasit le provocaba.

-No puedo explicar esto Mew, yo... - girando la cabeza para evitar verlo a los ojos- Tal vez sea el efecto de los medicamentos... si, debe ser eso- intentando liberarse de los brazos del alfa.

-¿Y porqué me afectarían a mi, Gulf?- acariciando su mejilla.

-¡No lo sé!- mirándolo con furia- ¿De verdad quieres que crea que te atraigo?... hace unos días me tachaste de secuestrador y te faltó poco para que me llamaras abusador de niños... ahora me dirás que soy un cualquiera que...- siendo callado por los labios del alfa.

-Te pedí disculpas por eso...

-Aun así, no creo que esto deba continuar- saliendo de la cocina.

-Pero...

-Por favor Mew... esta relación sólo debe ser profesional, seré el maestro de cocina de Mild y nada más- abriendo la puerta.

-Hablaremos más tarde Gulf- saliendo con Mild en brazos-Cuídate por favor. 







Parándose frente a la pastelería, el sujeto cubierto de negro ardía en furia por lo que no podía ver y su imaginación le mostraba, no iba a permitir que ese "nada" se lo quitara, no después de que había decidido regresar, al darse cuenta del error que había cometido al dejar a Mew Suppasit.

-Nadie me va a quitar lo que por derecho me pertenece- acariciando el brazalete alrededor de su muñeca- Él es mío- diciendo con furia levantando su brazo para arrojar un ladrillo al ventanal de la pastelería, cuando ve salir a Mew con un pequeño en brazos.

-Nadie me va a quitar lo que por derecho me pertenece- acariciando el brazalete alrededor de su muñeca- Él es mío- diciendo con furia levantando su brazo para arrojar un ladrillo al ventanal de la pastelería, cuando ve salir a Mew con un pequeño e...

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