5 COMIENZA EL ENTRENAMIENTO

275 19 0
                                    

Al día siguiente Valandir se despertó al escuchar la dulce voz de su madre, esta había sido nombrada ayudante de la Reina esa misma mañana, y para gusto de ambos, la primera misión que Arya le había dado era atender a su hijo durante los tres meses que este permanecería en Ellesméra. Una sonrisa se dibujó en la cara del joven al conocer la noticia, y se prometió que la próxima vez que viera a Nasuada le agradecería ese pequeño favor. Tras ese encuentro tan agradable el joven se acercó a Belgabad que dormía plácidamente en una alfombra de la habitación. Valandir pensó que era mejor dejarlo descansar, así que salió de la habitación en dirección al campo de entrenamiento, pues su madre le había dicho que Arya lo esperaba allí.

-Buenos días Valandir Jinete de Dragón- saludó la Reina.

-Buenos días Arya Drötting- respondió el joven a la vez que hacía un gesto de respeto con sus manos.

-Hoy empezaremos tu entrenamiento, hasta que Belgabad esté listo, Firnen y yo nos encargaremos de entrenarte a ti en el arte de la lucha, no solo la lucha con espada, sino también la lucha mágica.- la voz de la Reina sonaba tranquila, a pesar de que Arya estaba realmente nerviosa, solo tenía tres meses para preparar al joven antes de que Eragon reclamase su tutela, y ella quería demostrar que podía hacerse cargo de todos los jóvenes jinetes futuros, además, en estos tiempos de paz ser reina era un poco aburrido, y su nueva tarea como maestra le ayudaría a despejarse un poco de sus actividades políticas.

-De acuerdo maestra, ¿por dónde empezamos?- pregunto el elfo impaciente.

-Empezaremos por la espada, hoy te enfrentaras a mí en un duelo, si consigues tocarme una sola vez, continuaremos con otro ejercicio- Arya intentaba no poner un tono muy serio, pero noto que el muchacho agacho la cabeza tras esas palabras.

Ambos se colocaron a unos tres metros del otro, Arya sujetaba Támerlein en su mano, su mirada estaba fija en Valandir, quien había cogido la espada con la que había luchado en la guerra, antes de empezar el entrenamiento ambos pusieron un hechizo a las hojas para que estas no se quebrasen, ni cortasen, por su parte Firnen observaba la escena tumbado cerca de los dos elfos.

-¡Ataca!- le ordenó Arya.

El muchacho se armó de valor y atacó a la elfa, esta sin apenas esfuerzo paró su golpe, y con un leve giro de muñeca le hizo retroceder, el joven lo volvió a intentar, con el mismo resultado, una y otra vez atacaba, y una y otra vez la Reina le devolvía el golpe casi sin esforzarse, hasta que de repente fue ella quien ataco.

-¡Defiéndete!- le dijo.

Y se abalanzó sobre él con furia, el joven pudo parar el primer golpe, pero no vio venir el segundo, dado con el brazo libre de la mujer, el golpe impacto directo en las costillas, dejando al joven sin aire y obligándole a retroceder, Valandir recupero el aire y se posicionó en guardia otra vez, esperando el nuevo ataque, pero este no llegaba, así que decidió que él debía retomar el control del duelo, pues confiaba en que al igual que le sucedía a él, el cansancio hiciera mella en su rival, dio un paso hacia la izquierda, y con un movimiento ágil saltó hacia el árbol que tenía al lado, con el objetivo de ganar impulso para que su ataque fuese más veloz, Arya observaba los movimientos de su aprendiz tratando de adivinar que estaba planeando, entonces se percató de algo que el joven había pasado por alto al acercarse al árbol, Firnen estaba tumbado justo al otro lado del mismo, así que se comunicó con él, quería darle su primera lección al joven, en el mismo momento que ella contactaba con Firnen, Valandir se impulsaba en el árbol, el joven creía que pillaría a su maestra por sorpresa, pero el sorprendido fue él, pues justo cuando su cuerpo se separó del árbol una gran cola de color verde esmeralda lo agarró de la cintura parando su acometida por completo, y obligándole a soltar su espada.

-¡Esto no es justo!- se quejó el aprendiz.

-En una batalla no hay nada justo, Valandir,- le reprochó Firnen -y tú has cometido un error que en una verdadera batalla podría costarte la vida, pues si bien tu idea de tomar impulso era un acierto, te olvidaste por completo de mí, está bien que te centres en tu enemigo, pero no por eso debes de dejar de prestar atención a los demás seres que te rodean, pues nunca sabrás donde está el verdadero peligro.

-Eso es exactamente lo que quería enseñarte cuando le pedí a Firnen que interviniera en el combate- intervino Arya -eres un buen guerrero Valandir, pero tienes que prestar más atención a tu alrededor, esta vez era Firnen, pero si en lugar de él, detrás del árbol hubiese habido un enemigo de verdad, le hubieras dado la espalda, y darle la espalda a un enemigo es el primer paso para alcanzar la muerte.

-Tenéis razón maestros, debo estar más atento a lo que me rodea- contestó el muchacho.

Dada la primera lección ambos se posicionaron otra vez en guardia para continuar con el combate, siguieron luchando durante una hora más, y por mucho que Valandir se esforzaba, seguía sin poder alcanzar a Arya, la Reina demostró porque había sido una de las elegidas para enfrentarse al mismísimo Galbatorix en la última batalla, bloqueaba cada acometida del muchacho sin mucho esfuerzo y no retrocedía un metro, cuando atacaba eran escasas las ocasiones en las que Valandir no caía al suelo o recibía un duro golpe que lo dejaba magullado, y para colmo en las escasas ocasiones en las que el joven parecía conseguir ventaja, resultaba que la Reina lo estaba acercando a Firnen, quien lo atrapó en dos ocasiones más con su cola, dejándolo completamente desarmado.

-¡Basta por hoy!- anunció Arya- ve y descansa, esta tarde reúnete conmigo cerca del árbol Menoa, quiero enseñarte algo.- dijo, entonces se giró y montó en Firnen para abandonar la zona de entrenamiento.

Valandir obedeció a su maestra, regresó a su habitación, donde encontró a Belgabad ya despierto, jugueteando con lo que parecía un peluche, la escena le pareció muy tierna, así que dejó al pequeño dragón jugueteando cuando bajo al gran salón a tomar la comida, cuando terminó volvió a sus aposentos, al entrar notó como Belgabad lo miraba enfadado, se notaba que el pequeño tenía hambre, y lo demostró lanzándose contra el joven en cuanto este se sentó a su lado.

-¿Tienes hambre verdad?- preguntó el muchacho con un tono mitad avergonzado mitad arrepentido por bajar a comer sin el pequeño -vayamos a la cocina, seguro que allí tendrán algo para ti.

En la cocina encontraron a la madre del chico, que junto a otra elfa estaba preparando una pequeña bandeja con carne para el dragón, en cuanto Belgabad vió la bandeja sobre la mesa, se lanzó de los brazos de su compañero y devoró toda la carne que le habían preparado. Cuando el pequeño estaba satisfecho, ambos abandonaron la cocina y tomaron dirección al árbol Menoa, donde Arya y Firnen ya los esperaban para comenzar su nueva clase.

EBRITHILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora