3 REENCUENTRO

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Arya caminaba con paso decidido hacia sus aposentos, tenía que hablar con él enseguida para idear un plan de entrenamiento, cuando entró a la habitación se acercó al enorme espejo de oro que presidia la pared del fondo, pronunció un hechizo y ante ella apareció la imagen de un joven esbelto, con piel clara y orejas puntiagudas, aun así todavía podían observarse rasgos de su verdadera naturaleza, como sus ojos negros y su pelo del mismo color, Arya no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro, ella insistía en negarlo, pero el joven le resultaba muy atractivo.

-Eragon-pronuncio la elfa.

-¿Arya eres tú?-pregunto el joven.

-Claro que soy yo-señaló-Tengo que darte una buenísima noticia...

-Hay un nuevo Jinete-le corto él.

-¿Cómo lo has sabido?-dijo sorprendida

-No sabría explicarlo, pero una sensación extraña me recorrió todo el cuerpo, y también el de Saphira, eso unido a tu llamada solo podía significar que por fin tenemos un nuevo Jinete.-dijo mientras sonreía.-Ahora dime ¿Cómo son?

-Valandir es un joven elfo de 75 años, perdió a su padre en la batalla de Gil'ead, pero a pesar de eso siguió luchando, demostrando que es un valiente, en cuanto a su físico, bueno, es alto y delgado, de complexión fuerte, pelo castaño y ojos verdes, es un gran espadachín y muy hábil con la magia, aunque aún le queda muchísimo por aprender. Su Dragón, es un macho, de color blanco y ojos azules brillantes, esta noche sabremos su nombre.-respondió ella.

-¿Cuándo crees que estarán listos para viajar hasta aquí?- dijo, en su voz se notaba las ganas que tenía de ver con sus propios ojos al nuevo dragón.

-No lo sé, quizá en dos o tres meses puedan volar juntos, pero sigo sin saber adónde dirigirlos, porque sigues sin decirme donde estas.-le reprocho la Reina.

-Y seguiré sin decírtelo, dentro de tres meses enviaré un mensaje con el camino a seguir para llegar a mi ubicación. Hasta entonces, tú y Firnen deberéis enseñarles lo básico.-y diciendo eso se despidió, mostrando una triste sonrisa, pues aunque se alegraba de haber vuelto a verla, echaba de menos su voz, el reflejo de sus ojos, y sobretodo poder tocarla, porque habían pasado cinco años desde que se hubiera despedido de ella en el río, pero él seguía amándola, incluso ahora era peor, la soledad y los meses de meditación le habían llevado a pensar que su amor podía ser correspondido, pero necesitaba una oportunidad para tenerla frente a frente, y la excusa del nuevo jinete le proporcionaba el momento perfecto para verla.

-Esa idea tuya no funcionará-escuchó el muchacho, Saphira había regresado de su cacería matutina-Seguramente solo conseguirás que Arya se incomode.

-¿Siempre tienes que despertarme cuando sueño?-se quejó.

-Siempre-contesto ella-Ahora deja de soñar y vamos a preparar un buen plan de entrenamiento, ya has oído, dentro de poco seremos maestros, y ese título plantea nuevas responsabilidades.-Dicho esto, la dragona se elevó en el aire y se marchó montaña arriba.

Eragon por su parte entró en una habitación cercana, y se sentó a meditar cual sería la mejor forma para entrenar a un nuevo Jinete.

EBRITHILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora