Capítulo 23 🐺💀

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Una vez Miguel salió del agua, se sacudió y miró su botin que había colocado cuidadosamente en una cesta que armó a la velocidad de la luz. En momentos así, agradecía las clases de manualidades obligadas que recibió por parte de su abuelita.

<<Creo que exageramos>> Dijo Miguel lamiendo su hocico e inclinando su cabeza a un lado, los cuerpos de más de 30 grandes y rosados salmones descansaban en la cesta.

¡Para nada! Dante seguía moviendo su cola con emoción. Los cachorros comen mucho, además, así mañana no tendra que cazar nada para ellos. Lo estamos ayudando.

Miguel estuvo de acuerdo, es cierto, con la cantidad que los cachorros comían, esta ración les duraría tres días y con suerte. Una vez listo agarró la agarradera de la cesta entre los dientes y comenzó a caminar hasta el lago. Su cola se movia al ritmo de su andar jugueton y su pecho palpitaba rapidamente, ya quería ver la cara del cazador al ver el botin que le trajo.

Seremos los primeros, seremos los primeros, seremos los primeros. Canturreaba el lobo en su cabeza acelerando el movimiento de su cola.

Miguel lo bajó de su nube. <<Él no sabe lo que esto significa>>

Dante gruñó. ¿No puedes dejar de ser negativo por dos segundos?

<<No soy negativo, solo realista. No conoceras a alguien más positivo que yo, te lo aseguro>> Miguel irguió derecho mientras seguía caminando. <<Además, solo quiero advertirte, no quiero a mi lobo triste por un rechazo indirecto>>

Dante le gruñó, más Miguel lo ignoró ya que por fin habían llegado al lago. Los niños ya se encontraban secos y con ropas nuevas frente a una fogata mientras que doblaban unas prendas de ropa y las guardaban en el enorme bolso negro. El cazador no se veía a la vista.

—¡Hola Miguel!—Saludó Hashi con emoción, terminando de doblar con bastante delicadeza una camisa y guardandola en el bolso. Jorge solo se resignaba a hacer un intento de dobles y lo tiraba junto a las demas.—¡Jorge, así no es!

—¡Yo no sé!

—Como papi nos enseñó.—Agarró la prenda que antes su hermano había doblado mal y comenzó a doblarla lentamente, así su hermano lo pudiera ver. Al terminar se lo enseñó a su hermano.—¿Ves? Facíl.

Jorge rodó los ojos.—No, no lo es.—Se dejó caer hacía atrás con un bufido, Hashi suspiró y agarró las prendas que a su hermano mayor le faltaban para doblarlas él.

Al terminar de acercarse, Miguel dejó la cesta en el suelo y se sacudió. Los niños rieron ya que unas gotas le cayeron encima. <<lo siento, cachorros>>

—Tranquilo.—Una vez todo listo, Hashi cerró el bolso y se acercó a la cesta para ver el gran botin.—¡Whao!

—¡Salmon! yo quiero, yo quiero.—Jorge olisqueó el aire y al descubrir la que sería su proxima comida, comenzó a hacer un bailecito de felicidad aun acostado en el suelo.

<<Es mejor que se les limpie y cocine primero, así evitan las espinas y las toxinas>> Los cachorros asintieron de acuerdo con la recomendación del lobo adulto, al ser epoca de reprodución, los salmones machones y hembras acumulaban mucha hormona, y para los niños, en especial los lobunos, podía traerles algunos dolores de barriga.

El Cazador 🐺 Higuel 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora