Capítulo 10 🐺

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Definitivamente ese cazador es increíble.

Con ayuda de su padre, los cachorros lograron armas más de 7 trampas cada uno, colocadas en lugares estratégicos y todas en una misma dirección, la cual sería en dónde guiarían a los conejos. El cazador había "hablado" con él (y por hablar se refería a decirle a Hashi que le comunicara) sobre el plan.

Y ahora, con todos preparados y los cachorros en su forma lobuna. El plan comenzaba.

—A sus puestos.—Ordenó el cazador a los cachorros, los cuales desparecieron entre el pasto alto. Volteó a ver al lobo adulto que se encontraba sentado a su lado.—Pulgoso, no lo arruines.

Miguel rodó los ojos agazapandose en el suelo, sus orejas arriba y con la vista fija en la madrigueras de los conejos. <<¿Arruinarlo? Te mostraré como se corretea a un animal, humano.>>

El cazador se agachó a su lado y sacó de su bolsillo una cajita de metal, la abrió y luego de un chasquido una pequeña llama de fuego apareció. La llevó hasta el inicio de una pequeña mecha que desaparecía en el inicio de uno de los huecos de las madrigueras y comenzó a consumirse hasta desaparecer en el interior, Miguel se preparó.

Unas pequeñas explosiones resonaron de bajo de la tierra y un poco de polvo salió del agujero. De pronto, bolas de pelo blancas, marrones y negras comenzaron a salir rápidamente de todas partes en un intento desesperado de huir del fuerte ruido.

Miguel gruñó abalanzandose encima de ellas causando que corrieran al pasto alto, lanzaba mordidas y perseguía las que intentaban desviarse, los conejos corrían buscando un escondite para huir del gran depredador. Cuando comenzaron a adentrarse al pasto alto, los cachorros comenzaron a perseguirlos a los lados para evitar que se escaparan, solo corrían a su lado y gruñían de manera queda, aunque en realidad estaban riéndose por lo divertido que todo esto era.

Entre los tres lobos, comenzaron a guiarlos hasta las trampas, no tardaron mucho en escuchar los chillidos de desespero de los pequeños animales, ramas rompiéndose y el sonido de patitas huyendo asustadas. Los licántropos se detuvieron al final del pasto alto, respirando agitados y sus colas moviéndose de un lado a otro, veían con emoción como las pequeñas telas que habían puesto en lo más alto d ella atrapas para identificarlas y encontrarlas se movian con desespero, eso significaba que el plan había funcionado.

En eso, un conejo cruzó por las patas de Miguel llamando su atención, sus orejas se elevaron y enseñó sus dientes al verlo escapar por un lado en dónde las trampas se encontraban. Emprendió la carrera atrás del pequeño animal, los cachorros sentándose sobres sus patas traseras para verlo cazar, Miguel se abalanzó encima del pequeño cuerpo peludo sosteniendolo con las patas y sus dientes cerrándose alrededor del pequeño cuello, se quedó en esa posición respirando agitado y sin soltar el cuello del animal.

Al asegurarse de que ya no hubiera pulso, se levantó con el animal desnucado en su hocico y moviendo su cola de un lado a otro al acercarse a los cachorros.

Hashi movió su cola y sacó su lengua. <<¡Eso fue genial Miguel!>>

<<¡Fuistes más rápido que el conejo!>> Jorge olisquió el animal muerto cuando Miguel lo dejó en suelo y se sentó sobre sus patas traseras lamiéndose la nariz y los dientes. Infló su pecho orgulloso.

El Cazador 🐺 Higuel 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora