Capítulo 12 🐺

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Después de hablar un rato con Socorro, la pequeña niña se quedó dormida en sus brazos. Miguel se la entregó a su madre y salió con su Mamá Coco a dar un paseo en sus formas lobunas.

Caminaban a paso tranquilo, disfrutando del sol y la brisa fresca, el sonido de los animales a su alrededor y los olores de la flora que los envolvía. Miguel que todos sus sentidos se encontraban completamente activos y en sincronía con su alrededor, algo que siempre pasaba cuando estaba a solas con su Mamá Coco.

¡Debemos irnos! El gruñido de su lobo le hizo rodar los ojos. ¡Los cachorros! ¡Hiro!

¡'Perate cabron! Estamos compartiendo con Mamá Coco.

Solo lobo volvió a gruñir en desacuerdo, Miguel soltó un suspiro cansado. Desde hace unos minutos su lobo decidió hacer un berrinche porque no habían todavía tomado vía para el territorio cazador, pero le había dicho a su bisabuela Coco que caminaría un rato con ella, y no podía dar marcha atrás a última hora. Además, el también quería compartir más con ella, su lobo también quería, aunque el deseo de ver al cazador era más fuerte.

Estúpido lobo.

Una risa le hizo voltear en dirección a la loba mayor a su lado. <<¿Desobedeciendo a tu lobo? Tú no eres así Miguel>>

Miguel sacudió su cabeza con impresión. <<¿Có-cómo sabes?>>

La lobo no respondió, se quedó un rato callada caminando con la mirada al frente. Miguel gimió a su dirección pegando su oreja a su mejilla, en un intento que le respondiera. <<Buen manejo el de hoy, te comportaste como todo un alfa líder>>

<<Gracias Mamá Coco>> Miguel restregó su cabeza en el cuello de la mayor antes de separarse de ella, cambiando de tema de manera rápida. <<Pero... ¿Crees que allá hecho una buena elección? No tengo miedo en enfrentar a los cazadores, es solos que, siento que no debí tratarlos así... Son parte del consejo por más tiempo que yo y seguro con más experiencia...>>

<<Les dijiste lo que debías decirles y de la manera necesaria, en ocasiones no se puede conversar a las personas con palabras dulces>> Caminaron hasta un arrollo cercano en donde se detuvieron y se acostaron, Mamá Coco dejó caer su cuerpo a un lado mientras que Miguel solo cruzó sus patas, su cabeza en alto y sus orejas moviéndose, completamente alerta. <<Y sí, ellos tienen más experiencia y son mayores, pero su manera de tomar las cosas está causando que el destino de las manadas se vuelva más y más incierto>> Soltó un suspiro. <<A veces, hay que hacer lo que nos prohíben para poder avanzar, para poder encontrar una solución a todos nuestros problemas y cambiar las cosas>>

Miguel no respondió, su cabeza procesando con calma las palabras dichas por su familiar. El cazador apareciendo en su cabeza de manera casi instantánea, negó con la cabeza y miró a la loba mayor. <<Entonces... ¿Es posibles que tu destino cambie?>>

La loba se enderezó y cruzó sus patas delantera al acostarse de manera correcta. Su hocico se inclinó ligeramente a dirección de Miguel y olisquió. <<Mi destino ya está escrito, no puede cambiarse>>

Miguel gruñó. <<Pero dijiste que->>

<<Mi muerte será una de las causas del fin de la guerra>> Reveló la loba mayor interrumpiendo a Miguel y acercando su hocico y juntando sus narices en una suave caricia. Miguel bajó la cabeza y se restregó su cara con la de la líder. <<No estés triste, no los dejaré, creeme, seguiré con ustedes hasta el final>>

El Cazador 🐺 Higuel 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora