Capítulo 15: Un Lecho Para Dos

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Los talismanes localizadores no paraban de salir disparados en dirección de la espesura de la naturaleza detrás de la cabaña. Wanyin no había descansado ni una sola vez desde que su pequeño cachorro había desapareció.

Habían pasado aproximadamente dos horas desde que notaron su ausencia, sus ojos pesados ya no podían soportar las lágrimas que trataba de retener. Cuánto se culpaba por su descuido.

— Saldré a buscarlo una vez más A-Cheng, tú espera aquí por si vuelve — dijo besando la coronilla del menor —. Lo encontraremos cariño, no pongas esa cara.

— Mierda A-Huan, debí cuidarlo! Debí haberlo vigilado! — su rostro se desfiguraba con cada amarga palabra que escapaba quebrada desde su garganta — Debe estar tan asustado.

Por quinta vez en esas dos horas se había adentrado en la espesura del bosque, esta vez siguiendo otro camino. Por dentro también estaba preocupado, había tratado de descartar el hecho de que tal vez el canino había caído al lago o que un animal salvaje lo había atacado. Pero se abstuvo de pensar en aquello para no afectar a Wanyin con sus propios pensamientos.

— Loto! — sólo su voz y la tranquilidad de los árboles tambaleándose con el viento — Vamos pequeño, he venido por ti! A-Cheng está preocupado por ti!

Poco le importo que su fuerte voz pudiera atraer a algún espíritu aburrido o algún animal hambriento.

Con Shuoyue alumbró su camino entre la maleza alta y ramas muertas. Sería algo exagerado enviar un mensaje a su hermano para que le ayudase?

Bueno, estaba consciente que Wei Wuxian le tenía pavor a los caninos, así que no podía contar con él, tal vez Mingjue estaría dispuesto a viajar a esa hora.

Suspiró cansado cuando llegó a un montón de piedras incapaces de que un perro a medio crecimientos las saltara.

Empezando a juntar energía espiritual para formar la ligera mariposa azulada, sus sentidos captaron rápidamente un chillido más que conocido.

— Loto! — manteniéndose calmado escuchó de nuevo pero ahora más fuerte, los intentos de aullidos — Loto.

Terminó parado frente a un tronco hueco y podrido, arrodillado sin importarle ensuciar sus túnicas, metió su brazo en la madera hasta sentir el suave pelaje. Con cuidado lo tomó y jaló hasta tenerlo a su vista.

— Oh loto, no sabes el susto que nos has dado.

Con el pequeño peludo envuelto en su túnica exterior regresó a la cabaña. Wanyin, tan rápido como lo vio regresar con algo en brazos, salió del lago donde había estado buscando y corrió hasta el más alto.

— Está bien, solo un poco sucio — el más joven no se tomó las molestias para hablar. Casi arrebatando al canino de los brazos del contrario, tomó a Loto entre sus brazos y lo abrazó. Por fin se había permitido derramar las lágrimas que tanto se esmeraba en contener —. Debes tomar un baño A-Cheng, o te enfermaras.

Sostuvo al tocar la helada dermis del más bajo.

El Jiang se negó a soltar en ningún momento a Loto, desde que se desnudó, se ducho y se acomodó su túnica para dormir, siempre mantuvo a su mascota entre sus brazos. Fue hasta que Loto cayó en brazos de morfeo cuando Wanyin decidió acomodarlo en la cama que Xia le había hecho, acomodada con estrategia en la cocina para que estuviera en el lugar más cálido de la cabaña.

Después cerró toda ventana, puerta y cortina para que ninguna fibra de gélido viento se colará al interior de su hogar. En ese momento tenía justamente a dos seres delicados bajos su techo, porque sí, a pesar de venir de un lugar frío, Xichen era una persona sensible al clima.

Abriga Mi Amor Con Calidez |Xicheng|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora