Una extensa travesía, que parcialmente hizo un abrumador cambio en el camino de Mugiwara, todo por culpa de un flamenco estúpido.
* Devuelta en ser escrita (25-09-2022).
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Tras la desaparición del capitán de la tripulación de sombrero de paja, todos quedaron impactados por haberse dado cuenta que Zoro no fue el que se perdió, la mayoría se comenzó a preguntar donde estaba; quien el único en percatarse de la ausencia de Doflamingo de igual forma, no pudo evitar en pensar sobre la huida de ese hombre.
Lleno de frustración, Law había comenzado a levantar posibles sospechas entre Doffy, no confiaba en ese hombre después de todo, y si hizo un acto cordioso con llevárselo, ya sería el colmo para él.
La tripulación estaba tranquila, pero podría decirse que era extraño tener que seguir órdenes de alguien que no era su capitán desastroso, el azabache no era pésimo en su trabajo, pero era incomodo, después de todo Luffy lo dejó al mando si algo malo pasaba. Estaban sufriendo durante ese mes de la ausencia del Monkey, no, realmente estaban mejor, había más orden, pero sin su verdadero jefe -y amigo- era extraño tener que sufrir cargos de ese calibre.
Zoro no le tomaba tanta importancia a las órdenes de Law en cuanto buscar en islas y preguntar sobre los rastros de mugiwara, sabía que Luffy si se perdía, volvería, eso tuvo presente desde la disque primera desaparición del menor. Perdido en sus pensamientos, mientras bebía una malteada que el buen humorado del cocinero le hizo a todos, en ese momento estaba frente a Law con una cara de estupido, pensando sobre el tema de la ausencia del chico.
— Oe, Roronoa-ya, ¿Estas escuchando lo que te digo? — escucho el moreno, quien tenía su típica expresión indiferente, cruzado de los brazos, sentado en el sofa a un lado del de hebras verdes, quien asintió — No creo que me hayas prestado atención — su gorro estaba en el suelo, y su gabardina no la tenía puesta, estaba tendida en el sofá, pues hace horas ambos habían tenido un encuentro algo interesante en esa misma habitación.
— Por supuesto que te preste atencion, solo que cuando mencionaste a Luffy, se me vino a la mente ese idiota, es extraño no tener que sufrir de sus estupideces — paso su brazo sobre el hombro del de cabellos negros, acercandolo un poco a su lado, queriendo disfrutar de lo calido que es — Supongo que tampoco es momento para estar pensando en eso, digamos, es Luffy, todo lo que ha vivido le ha hecho manejar las cosas... algo mejor, él estará bien, sabrá como resolver eso y volver aquí — tomo un poco de aire, soltando esté poco después, acabando la bebida y ahora tomando firmemente el mentón del mayor — Además… Aún no cumple su sueño, no puede morirse y tampoco dejarnos atrás — deposito un beso algo lento sobre los labios del contrario, la indiferencia se le quitó con esa acción, poniéndose un poco nervioso.
Se podría decir que ambos tenían un secreto, desde el conflicto y la alianza, había decidido mucho, Law arriesgarse a revolcarse con el espadachín y el marimo, a engañar unas cuantas veces al rubio en lo que haría, así fue desde ese momento hasta la actualidad, nadie sabía de ello, a excepción de Robin, quien un día los encontró teniendo un poco de intimidad, bueno, no fue un poco, fue mucho, incluso vio ambos cuerpos teniendo el choque de pieles, vio hasta al azabache disfrutando del otro gemir, y su reacción fue simple, una sonrisa dulce y palabras que no olvidarán;
