Travesía 『DoflaLu』

Capitulo Ocho: Gustos

El anochecer apagaba la vida de la isla completa, el cielo bañado en salpicadas brillantes de un tenue blanco cristalino. Era el día donde debían de celebrar uno de los festivales de todas las secciones de la isla, el festival de Flor y Relámpago de Hong, específicamente esto se festejaba por los atardeceres para darle indicios a las flores luminosas y que las luciérnagas salieran de su escondite como usualmente lo hacían, así haciendo un festival bastante natural y con una temática muy linda.

El moreno veía los adornos, las bellas lámparas de papel colgando en las ramas de los árboles de bambú y acacia rojo, la entrada con una base de torii*, abriendo paso un lugar repleto de tiendas ''callejeras'', lazos gruesos de lana ancha, las enredaderas apegadas, con pequeñas flores amarillas de los tabebuia*. Era demasiado suave para su gusto usual. La gente vestida de un kimono armónico, de todos los colores, exceptuando él, que tenía uno negro y su acompañante lo tenía de un color rojo vivo.

Luffy tiene una sonrisa bien puesta en su rostro, olfateando el agradable olor de toda la comida que se pone en los mostradores para ser vendida. Los pétalos amarillos caían en el suelo por cada pequeño viento que se pasaba de vez en cuando por esa zona, Doffy apreciaba la presencia de su alegre compañero, pues este le hablaba sobre lo mucho que quería ir a comer algo de uno de esos puestos de comida sumamente llamativa. El rubio no se queja de nada, solo adora el momento, esos segundos de paz que puede tener y más si se trata de la compañía de Lu.

— ¡Mira! — señala un lugar en específico, una tiendecilla con un cartel de un conejo se fue acercando rápidamente, jalando del brazo al mayor.

Mientras más cerca, podía observar una joven de cabellos alba, ojos grisáceos y una sonrisa muy agradable para su punto de vista, la joven los miró tímidamente — Felices fiestas, jóvenes, ¿que los trae por aquí? — Luffy señala su producto, unos pastelillos de conejo, ella los señala de vuelta y decide hablar otra vez — Son pasteles lunares, solo que, en forma de conejillo, los hago únicamente en estas fechas para conmemorar a nuestra salvadora — la chica le ofrece uno al de cabellos negros, un conejo de textura suave y blanco.

— ¿Cuánto cuestan? — Doflamingo habla, la muchacha niega. — ¿Se lo estás regalando? — ella asiente, igualmente ofreciéndole uno al rubio, similar al de Luffy, solo que este llevaba ojos rojos. — Gracias, no todos los días te regalan el esfuerzo de algo —suspira. — ¿Quién eres? — interroga su nombre, sintiendo una curiosidad anhelante por saber el nombre de la dama frente a él.

— No me molesta regalar esto, con que lo acepten estoy bien servida — Luffy mira el postre del rubio, luego mira el suyo rápidamente. — Mi nombre es Mun, mi hermano y yo somos los encargados de darle un indicio a este festival y para que se vea de este modo — Doffy levanta una ceja. — Si gustan conocer a mi hermano, él está hasta el último torii, justo donde comienza el muelle para el lago de dulce — el azabache asiente, dispuesto en hacer eso después de que le diera su merecido turismo al lugar. — Disfruten sus postres de pareja, cualquier duda estoy aquí — ambos hombres se voltean, dispuestos a irse. — No olviden pasar al show de Hunts — el menor se despide alegremente y se devuelve al silencio junto al moreno.

Donquixote pensaba, observaba y al final analizaba las palabras que la albina les merendó, ¿postre de pareja? el estómago le hacía un revoltijo entero con esa frase, un sentimiento agrio se le origina desde lo más profundo de su ser. La lengua se le endulza con solo mirar al más bajo disfrutando de su alimento recién dado, mira su pastel, lo examina detalladamente sin perder nada de lo que podía ofrecerle su vista, por fin decide morderlo, cuidadosamente de que no se le caiga, estudia el sabor que se le reproduce en el paladar, encontrando una solidez muy familiar, la naranja y el limón; con lima y toronja, que agradable era.