Una extensa travesía, que parcialmente hizo un abrumador cambio en el camino de Mugiwara, todo por culpa de un flamenco estúpido.
* Devuelta en ser escrita (25-09-2022).
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El día comenzó, entreabriendo sus ojos y reflexionando lo que se hallaba en su entorno, el dulce ruido de las olas moviéndose, las gaviotas cantando y Luffy descansando plácidamente sobre su pecho... ¿Luffy? El sueño se fue en cuanto noto a aquel chico sobre él, frunciendo el entrecejo y apartándose lo más rápido posible, al final tirándolo al suelo por la desesperación de no saber como despertar a su prójimo. Un gruñido pudo escuchar después de hacer eso, volteando a la dirección del supuesto ruido, encontrándose con el malhumorado rostro de Rassis, parecía como si no hubiese dormido.
La bestia cruzó sus brazos, dispuesto a hablar, eso era algo muy extraño, puesto que el lobo jamás les ha dirigido la palabra, más que a Hunts. Luffy inmediatamente observó la faceta de la bestia, esperando lo que fuese decir.
- Flamenco venir al discurso del rey - el rubio ladea la cabeza, tratando de comprender las palabras ajenas. - Luffy ir también - esconde el rostro entre su bufanda, saliendo de la habitación poco después de avisarle a la pareja de piratas, quienes quedaron perplejos por lo acontecido.
Ambos salen de la habitacion despues de arreglarse un poco, el de cabellos oscuros sonrió ansioso por lo que fuese a suceder en la reunión del rey de Shibannaya, hacía bastante tiempo que no oía un discurso importante, o más bien era la primera vez que debía de ponerle atención a un discurso importante, la vida de toda esa gente corría peligro por algo que desconocía totalmente.
Se encaminaron lentamente hasta su destino, antes de ir a donde debían, Doffy se pasó por la cocina para verificar si Shizuka se hallaba allí y efectivamente, ahí estaba la vieja cheff, fumando, aunque la notaba más tensa de lo normal. Suspira y le hace una señal con la mano a la castaña, quien rápidamente reacciona y sonríe, su cigarro lo entume contra el fregadero y persigue al más alto, no dirigió palabra alguna.
Donquixote estaba viendo densa la situación, Luffy se había ido ya a la congregación, dejando a ambos adultos totalmente solos, para el rubio era una molestia la soledad con personas ''superior'' a él, pero veía muy extraña a esa mujer ese día.
- Muy callada hoy, ¿no crees? - mira a la ex pirata, ella suspira. - ¿Sucede algo? - Poker se detiene en seco, quedando justo detrás de Doflamingo, se tomó su propia sien y maldiciendo en lo bajo.
- Siento que estoy confiando ciegamente en alguien de la tripulación - escupe. Toda la noche había pensado en algo en específico, era en ellos, en las personas con quienes tuvo maravillosas aventuras y experiencias a los largo de los años, no sabía si su mente le estaba jugando una mala broma o realmente estaba en lo correcto. - Los fantasmas me murmuran cosas pero... Yo no se si creerles - para él era algo bizarro observar ese estado de la mayor, incluso podía admitir que era nuevo ese tipo de comportamientos.
- Quizá sea así - responde, amargamente, reconocía y sabía lo que era la traición, por eso nunca duda de la gente, las personas llegan a ser una caja de sorpresas, que prefiere no abrir y dejarlas intactas, eso le paso con Trafalgar, lo apuñaló por la espalda pero conocía los motivos, en cambio, en el caso de Shizuka, no sabia que pensar al respecto, siempre le pareció que esa mujer era muy buena persona que no merecía su entorno como tal, que si la traicionaban era porque realmente ese ser era el mal en persona.
