Capítulo dedicado a lovery-chan, a ShiroRG, a Jane190, a Roux_0, a SieloKb, a qkzoox, a cerezouzumaki, a solnadine, a ValerieBlues, a LanieZila y a todos los lectores que esperaron por una continuación y me animaron a no darme por vencida. Todo esto es por ustedes y por mí. Sigamos juntos hasta el final.
En memoria, además, de Izumi Naze.
Los rayos del sol entraban por la ventana cuando Sakura despertó. De inmediato, su entrenada mente percibió los daños en su ser, provocados por los acontecimientos del último entrenamiento. Por impulso, trató de incorporarse, mas se detuvo al sentir en la parte posterior de su cuerpo un incómodo vendaje; y al bajar la mirada, se encontró no sólo con su cuerpo cubierto con una cobija, sino con el delgado brazo infantil de Eimi. Ella estaba recostada a su lado, profundamente dormida. Sakura se extrañó: Sasori jamás les había permitido dormir juntas pues decía que eso sólo haría más estrechos sus lazos y dificultaría el cortarlos cuando el momento llegara.
Sakura permaneció quieta unos momentos, sopesando la idea de apartar cuidadosamente a Eimi para al fin ponerse de pie. Sentía la necesidad de buscar a Sasori, de preguntarle si él estaba bien. Después de todo, ella se puso en peligro para mantenerlo a salvo a él.
Sin embargo, apenas alzó una mano para tomar la de Eimi, sintió cómo era inmovilizada por los tan conocidos hilos de Sasori.
—Yo le dije que no te permitiera levantarte, déjala ahí —dijo la voz de Sasori—. Ocúpate de tus heridas, son algo profundas y no creo haberlo hecho bien.
Sakura lo buscó con la mirada en la amplia habitación. Lo encontró sentado, completamente quieto, en uno de los elegantes sofás al fondo del cuarto. En ese momento, Sakura se percató de que no se encontraba en la sala, donde solía dormir. En primer lugar, ella estaba acostada en una muy amplia cama fina y ya no en la mitad de un colchón. A juzgar por el decorado de la pieza y lo bien que entraba la luz del sol por entre las ventanas, en realidad se encontraba en una de las habitaciones principales de esa casona en el segundo piso.
En algún momento de la noche, Sasori debió cargarla hasta allá...
—¿Tú estás bien? —cuestionó. Él alzó una ceja.
—Sakura, soy una marioneta. No tienes que preocuparte por mí.
—Una vez ya moriste, Sasori. Sólo responde: ¿Eimi-chan y tú están bien?
—Supongo que no dejarás de insistir... —Suspiró— Sí, la niña y yo estamos bien. Tú fuiste la única herida; llevas casi dos días inconsciente, así que encárgate de eso. Debemos irnos cuanto antes; nunca es bueno quedarnos en un mismo lugar por tanto tiempo. Menos con esa niña entre nosotros.
—¡Es verdad! ¿Qué clase de elemento posee? —cuestionó Sakura liberándose del control de su compañero. Éste, igual de terco que ella, volvió a inmovilizarla y la miró con evidente molestia— Sí, lo siento. Mis heridas, ya voy.
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Sigo viva (SasoSaku longfic)
Fanfiction[Continuación Una vida más] Los deseos de un corazón son los más poderosos. Y cuando Sakura deseó ser capaz de detener a Sasuke, cuando deseó con todas sus fuerzas ser aquélla que Sasori le propuso ser, las consecuencias de ese anhelo la ataron a un...