Immortal

Chapter 3 Destination Darkness

Observé a Dashi y aunque estaba muy hermoso, se veía muy débil y en mal estado. Le pregunte muy preocupado si estaba bien y me dijo:

-Estoy bien, es sólo que debo alimentarme, debo ir a cazar pero no te quiero dejar solo.

Yo sonreí, Tadashi siempre me había cuidado, desde que nací, cuando inicie mis clases de 2 grado de primaria a los 3 años y cuando sufría de acoso escolar.

-Te acompaño a cazar-le dije.

Tadashi negó con la cabeza argumentando que un chico tan inocente como yo no debía ver eso pero ... Yo ya era como él, tarde temprano tenía que aprender a cazar, tenía un poco de miedo y Tadashi lo noto y me abrazo con fuerza. Sentir su cuerpo frío, más frío que el mío me causó placer.

-Tu ganas, Hiro, vamos a cazar, pero debemos darnos prisa, falta muy poco para que salga el sol.

Salimos de la vieja casa y se me ocurrió un plan. Nos dirigimos a una calle cercana del lugar donde iba a mis peleas de robots.

Ahí encontramos a un mal viviente ebrio que le estaba quitando la cartera a una chica que pasaba por ahí. Yo me acerque a él haciendo le creer que estaba perdido.

-Disculpe, señor, no se dónde queda la calle Shima...

El hombre ebrio me miro con lujuria y me abrazó, rápidamente comenzó a manosear me pero de pronto me soltó, Tadashi ya le había clavado los dientes en su sucio y grueso cuello y bebió su sangre, pasaron unos segundos y Tadashi soltó al hombre ya sin vida.

Cuando me miró tenía mejor aspecto y sus mejillas rosadas, definitivamente era el hombre más atractivo del mundo. Corrí hacia él y lo abrace y bese. Me preguntó sí estaba bien y yo asentí.

Regresamos a la casa y comencé a sentir sueño, pensé que era normal puesto que había estado despierto toda la noche.

-Dashi quiero dormir... Y como decías... Ya casi amanece ... Eso es malo ?

-Sí, debemos ir al sótano, ahí dormiremos hasta el anochecer.

Yo le sonreí mostrando mis nuevos colmillos largos, y de pronto el me besó, fue un beso muy apasionado y muy excitante.

Me sentía muy raro, mis sentidos se había agudizado incluyendo el del tacto, así que cada que Tadashi me acariciaba sentía que se emocionaba cada poro de mi ser.

Después de demostrarnos nuestro amor con caricias Tadashi dijo que lo mejor era ir ya al sótano.

-Por qué, Dashi ?

-Porque es nuestro destino vivir en la oscuridad, Hiro. Al ser como somos no podemos estar afuera si amanece.

Yo lo escuche con atención, parecía que me ocultaba cosas para protegerme pero de verdad quería saber en que clase de criatura celestial o infernal me había convertido.

Después de unos minutos me tomo del brazo y me llevo a una bolsa para dormir que estaba debajo de una vieja cama.

-Dulces sueños, Hiro, ya es muy temprano el sol debe estar saliendo.

-Te amo, Dashi, me encanta la idea de estar toda la eternidad a tu lado.-Dije y me quede dormido.

Cuando desperté supuse que era de noche y lo malo es que tenía mucha sed, parecía que debía cazar. Me di cuenta que no estaba Dashi y fui a buscarlo a la vieja sala.

Efectivamente ahí estaba pero no estaba solo, los celos me invadieron por unos segundos al verlo con una hermosa chica pero de pronto note que discutían.

-Convertiste a tu hermano en uno de nosotros, sabes que esta prohibido convertir a niños y ancianos.-dijo la mujer.

-Querías que lo dejara morir?-cuestiono Tadashi.

-Si algún mayor lo ataca lo podrá destrozar fácilmente...-dijo ella.

-Nada le pasará, él es mi amante y mi todo, yo lo protegeré.-dijo Dashi y yo pasaba la mirada de uno al otro.

-Estás seguro ?-dijo la mujer y pareció notar mi existencia.

Ella sonrió para mostrar me sus colmillos y se acerco a mi con una velocidad impresionante. Yo la mire con un poco de temor y con sus uñas largas me hizo una herida en el pecho . Tadashi la miro con odio, gritó y corrió a auxiliar me.

-Aunque seas uno de nosotros niño, sí te desangras estarás prácticamente muerto... Aunque tenemos la juventud eterna y podemos vivir para siempre sí no nos dañan en realidad sí podemos morir.

Yo la mire desconcertado sin saber que hacer ... Tadashi me había recostado en el sillón y trataba de detener la hemorragia, mientras me besaba para tranquilizarme y por segunda vez sentía que me moría.