Teddy y Timotea

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Ya hacía un mes que (TN) se había quedado a vivir con los Sakamaki. Ya se había acostumbrado a la estrictez de Reiji, a la perversión de Laito, a la arrogancia de Ayato, a la vagancia de Shu y a la violencia de Subaru. Se pasaba todo el tiempo junto a Kanato, cuando no iban al instituto y no estaba con su novio. Una noche...

-Buenos días a todos. -Dijo (TN).

-Buenos días, (TN). -Dijeron los hermanos. Luego, todos se fueron a dormir.

(TN) estaba algo desvelada y no podía dormir. Así que empezó a pensar en cómo estaría su novio. Luego, se percató de una voz.

-Yo creo...que ella es linda. ¿No Teddy?

Esa voz era de Kanato. (TN) se detuvo a escuchar.

-Si, Timotea y tú serían una perfecta parejita de osos. Mmm... ¿Qué tal si ahora vamos a dormir? Mañana seguiremos hablando. ¿Te parece bien Teddy? Buenos días.

(TN) se quedó en shock. Luego pegó un gritito de fangirl, que igualmente pasó desapercibido por lo agudo y corto que fue.

-Le gus... tas... -Murmuró (TN), hablándole a Timotea. -Tendrás novio, Timotea. ¡Qué emocion! ¿Qué? ¿No te gusta Teddy! Oooh, pero concuerdo con Kanato: Serían una hermosa parejita de ositos. Bien, bien, buenos días, Timotea.

A la noche siguiente...

-¡Siiii! ¡Falta una semana exacta para mi cumpleaños!

-Señorita (TN), ¿Qué pasa? -Preguntó Reiji, algo desconcertado por los gritos de la vampiresa.

-¡En una semana es mi cumpleaños! ¿Qué me regalarán? ¿Qué me regalarán? -Se fue cantando a la habitación de Kanato.

-Buenos días, (TN).

-Buenos días Kanato.

-En una semana es tu cumple.

-¡Siii! Lo recordaste.

-Eres mi mejor amiga. ¿Cómo me lo iba a olvidar? Además, bajaste gritándolo.

-Jejeje...

El desayuno todavía no estaba listo, ya que era Domingo y los vampiros se levantaban más tarde. Así que los amigos no sabían qué hacer.

-Vamos a molestar a Shu, Kanato.

-Ok.

Los vampiros golpearon la puerta de la habitación del "Bueno para nada", como le decía Reiji.

-¡SHUUUU! ¡ARRIBAAA! -Gritaron Kanato y (TN) desde afuera.

Shu, algo molesto, abrió la puerta.

-¿Qué quieren, ruidosos?

-Molestar. -Respondió (TN).

-¡Váyanse a desayunar, mejor! ¡O a ver si ya está el desayuno! ¡O a algo!

-Bien, "Bueno para nada".

Shu cerró la puerta de golpe. No soportaba que lo molesten los domingos, ni ningún día de la semana, al decir verdad.

-¡A desayunar! -Avisó Reiji.

-¡Ya vamos! -Gritó (TN) y bajó corriendo, ya que, lo que sea que Reiji hubiese preparado, olía delicioso.

Cuando ya estuvieron todos sentados en la mesa, comenzaron a desayunar, aunque permanecían en silencio, como siempre. Ya se había convertido en costumbre. Luego de terminar el desayuno...

-(TN), ven conmigo, por favor.

-Ok.

Kanato llevó a (TN) a su habitación. 

-Siéntate en la alfombra, por favor.

(TN) hizo lo que el vampiro le dijo y sentó a Timotea a su lado. Kanato también se sentó y puso a Teddy en frente de Timotea.

-Bueno... -Comenzó a hablar el pelilila, algo nervioso. -Teddy... Quería decirle algo a Timotea... ¿Qué dices, Teddy? ¿Que quieres que termine yo? Está bien.

-¿Qué sucede, Kanato? -Preguntó (TN), muerta de la intriga.

-Es que... A Teddy... le gusta Timotea.

-¿Timotea? -La vampiresa escuchaba "las palabras" de su peluche. -Kanato, Timotea dice que lo siente por Teddy, pero que todavía no siente nada por él...

En eso el vampiro se lanza sobre Timotea y la empieza a ahorcar contra el suelo.

-¡NADIE RECHAZA A TEDDY! ¡NADIE! ¡ABSOLUTAMENTE NADIE! ¡¿ENTENDISTE, OSITA DEL DEMONIO?! ¡MALDITA OSA!

-¡KANATO BASTA! ¡DÉJALA EN PAZ!

Kanato estaba tan enojado con Timotea por rechazar a Teddy que no le hizo caso. El vampiro seguía gritándole al peluche y hasta comenzó a romperlo.

-¡KANATO, NO LO HAGAS!

(TN) intentó evitar que Kanato rompiera su peluche, pero sostenía a Timotea con tanta fuerza que no pudo hacerlo. Al poco tiempo, llegó Reiji, alarmado por los gritos, pero ya era tarde. Toda la habitación estaba llena de vellón (con lo que se rellenan la mayoría de los peluches), hilo y tela. Timotea estaba destruida.

-¡TIMOTEA! -Lloraba (TN). -¡DESTRUISTE A TIMOTEA, KANATO!

-(TN), yo... -Al ver lo que había hecho, Kanato se puso algo triste, también.

-¡TE ODIO! -La vampiresa salió corriendo de la habitación, chocándose, a su vez, con Reiji. Mientras tanto, él y Kanato quedaron solos en la habitación.

-Kanato, mira lo que has hecho. Ya te dije que debes controlarte.

-Reiji, ¿Puedes arreglarla? 

-Cuando tenga tiempo.

-¡Genial! Pero por favor, que sea antes de su cumpleaños.

-Bien, veré qué puedo hacer.

-¡Gracias!

-Ahora limpia tu habitación.

-Uf, está bien.

Mi Muñeca, Tu Muñeco. (Kanato x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora