Acepta mi Ayuda

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-Draco.-Hermione seguía a Draco. Llevaba desde que terminaron las clases queriendo hablar con pero este se negaba y se alejaba cada que podía. 

Dobló una esquina y ya no estaba. "Mierda!" Se dijo, "¿Donde está?" Siguió avanzando por el pasillo y cuando iba por la mitad de este una puerta apareció en la pared del final.-La sala de los Menesteres.-Susurró y hacia la puerta. La abrió, entró sin hacer ruido, cerró la puerta y cuando se giró la sala estaba diferente a como estaba cuando entrenaba con el ED (Ejército de Dumbledore). En el medio de la sala había un armario y se diferenciaba una cabellera rubio susurrando hechizos que no ella no entendía. Se acercó al chico cuando vio que se enfadaba por que no lograba lo que quería. 

-Draco.-Susurró cuando estaba un poco más cerca del chico. El rubio se sobresaltó, ya que pensaba que nadie más estaba en esa sala.

-¿Que haces aquí?-Dijo sin voltearse.

-Draco, llevo toda la tarde queriendo hablar con tigo, pero después de la última clase, me has estado ignorando .-Suspiró y siguió.-¿Pasa algo? Raramente se te ve por el castillo.-Estaba cansada de que el chico le diera la espalda, a ella y a sus amigos.

-Tengo cosas que hacer.-Intentó sonar lo más frío y seguro que pudo, pero Hermione notó que no.

-Sabes que puedes confiar en nosotros.-Dijo y puso una de sus manos en uno de sus hombros.-No te vamos a criticar o como tu piensas, alejarnos de ti.-El rubio al escucharla se giró y ambos se quedaron mirándose a los ojos, hasta que Draco apartó la mirada.

Ahora la sala tenía dos sillones y Draco se dirigió a uno, seguido de Hermione que se sentó a su lado.

-Yo vengo de una familia de mortífagos.-Dijo Draco después de varios minutos en silencio.-No es fácil para mi llevarles la contraria, lo intenté pero lo que gané fueron golpes de parte de mi padre.-Siguió y Hermione iba a hablar pero el la detubo.-Mi padre me obligo a tomarla, si no lo hacía......-Dió un suspiro y siguió.-No me iba a dejar ver más a mi madre, me hecharía y me dejaría en la calle, sin nada.-El rubio sentía como sus ojos escocían y como se llenaban de lágrimas, pero no quería llorar, no ahora. Además un malfoy nunca llora. En un papardéo de ojos, Hermione ya estaba abrazándolo y el había dejado caer las lágrimas.

Cuando se tranquilizó, Hermione ya se había alejado. Ahora, Draco estaba tumbado, apoyando su cabeza en las piernas de Hermione y ella acariciando su cabello.

-¿Puedo ayudarte?-Preguntó Hermione en un susurro.

-No.-Dijo rápidamente el rubio levantándose.-Esto es mío, yo soy el único que tiene que sufrir con esto.-No quería que nadie se metiera en lo que es suyo, y menos ella.

-Por favor .-Insistió.-Te estas alejando de tus amigos, y ya casi no comes.-Dijo ella.-He notado que cada estas más flaco y más pálido, por favor, acepta mi ayuda.-Hermione tenía la esperanza de que el rubio viera que era lo bueno.-No dejes que esto te mate.-Agregó señalando su brazo.

-Vale.-"Si que me gusta esta chica" Se dijo para sí mismo.-Pero sabes que pasa si me ayudas, ¿Verdad?-Draco sabía que si Hermione lo ayudaba, ella debía de ser parte de los mortífagos, aunque no tuviese la marca, debería de presentarse ante Voldemort y eso era lo que le preocupaba.

-Lo se.-Hermione soltó  un suspiro.-Tendré que presentarme ante Voldemort, ya lo sé, pero no quiero que tú lo hagas solo.-Eso último lo dijo con voz dulce. Draco no pudo evitar sonreír.

-Deberíamos ir a cenar.-Dijo Draco.-Tengo un poco de hambre.-Hermione sonrió al ver como Draco quería ir a comer. Definitivamente ella iba a cambiar a Draco, cueste lo que cueste.

¿Traidora? ¿Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora