Capitulo 3

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—Muy bien, hablemos. Aunque sé perfectamente lo que queréis decirme —dijo Minamoto, sonriendo con suspicacia. Los chicos se encontraban en casa de la familia Minamoto. Teru dijo que no era seguro hablar en la escuela. —¿Queréis saber cómo volver a ver a los espectros, verdad?

—Eres muy intuitivo, presidente Minamoto —respondió Akane, cruzándose de brazos—. Quiero encontrar a Aoi.

—¿Y por qué debería ayudaros? Un mundo sin espectros es lo que siempre he querido, es lo mejor para todos.

—¡Te equivocas! —exclamó Yashiro, sobresaltando al grupo—. Sé que hay espectros malos. Pero no todos lo son. Aoi no se merecía esto tampoco...

—Claro, entonces me imagino que todo esto es simplemente porque queréis saber cómo rescatar a Aoi, ¿me equivoco? —preguntó Minamoto, inclinándose hacia Yashiro.

—Yo... en parte... —respondió Yashiro, agachando la cabeza avergonzada.

—Yashiro... —Kou posó su mano sobre el hombro de ella para darle ánimos.

—Quiero rescatar a Aoi, pero también quiero volver a ver a Hanako. Sé que seguramente ideó todo esto. Nunca sé lo que está pensando, lo que trama o lo que siente, pero sé que él siempre está ahí para mí. Siempre me salva. Esta vez quiero salvarlo yo a él.

Teru la observó como si estuviera loca, pero eso no la detendría.

—Está bien, os diré cómo entrar en el límite. Ahora mismo vuelvo —dijo Minamoto, levantándose, no sin antes pararse y mirar de reojo a la chica—. Yashiro, los espectros como él no sienten nada. Simplemente estás atraída por una cubierta bonita sin saber lo que esconde el libro entre sus páginas.

—Yashiro —habló esta vez Akane—. Yo voy a rescatar a Aoi. Sé que tú también quieres rescatar a ese espectro estúpido y pervertido, pero no te voy a ayudar en eso. Por su culpa se llevaron a Aoi.

Yashiro suspiró inquieta. Sabía que no la iba a ayudar, pero no podía simplemente abandonarlo. Hanako había arriesgado mucho por ella.

Todos se reunieron en el centro de la sala mientras Minamoto volvía con unas cuantas hojas. Esperaban en silencio a que empezara a hablar con la esperanza de volver a abrir la brecha que les separaba del mundo de los espectros.

—Empecemos por aquí... lo que hay entre la orilla cercana y la orilla lejana se llama el "límite". Hay siete caminos por los que tanto espectros como humanos podemos y hemos estado cruzando, que son controlados por los siete misterios. Ahora mismo, esos caminos han sido bloqueados y los espectros se han visto obligados a abandonar nuestro mundo.

—¿Eso significa que ellos no han desaparecido? —preguntó Yashiro.

—No, eso significa simplemente que no pueden cruzar a nuestro mundo.

—Es un alivio... —susurró Yashiro con la mano en el pecho, aliviada. Los espectros no habían desaparecido, eso quería decir que podría volver a verlos. Estaba muy asustada con el solo hecho de pensar que habían dejado de existir.

—Entonces...presidente Minamoto ¿hay alguna forma de ir al límite? —preguntó Akane.

—No, que yo sepa, no hay ninguna forma.
—Teru —habló Kou sujetando una foto entre sus manos —creo, que si hay una forma de entrar al límite.
—Esto es...-susurró sorprendido —la casa roja.

—¿La casa roja? ¿Qué tiene que ver una simple casa en todo esto? —preguntó Yashiro perpleja.

Teru tomó la foto de Kou y la miró con atención. Era una imagen antigua y descolorida de una casa de estilo occidental con una puerta roja desgastada y rodeada de árboles. La casa estaba deshabitada desde hace años y estaba ubicada en las afueras de la ciudad.

—Creo que esa casa es la clave para llegar al límite. Mi abuelo siempre decía que la casa roja era un lugar especial, un punto de entrada al mundo de los espectros. Pero nunca le creí hasta ahora.

—Eso suena descabellado —dijo Akane con escepticismo—. ¿Cómo puede una casa abandonada llevarte al mundo de los espectros?

—Tal vez haya algo más en esa casa que no podemos ver —respondió Kou con convicción—. Podría haber una puerta oculta o algún tipo de portal que nos lleve al límite.

Minamoto frunció el ceño y se levantó de su silla. Miró la foto de la casa y luego a los chicos.

—No estoy seguro de que esto sea una buena idea. No sabemos qué peligros nos esperan en el límite y tampoco sabemos qué podemos encontrar en esa casa.

—Lo entiendo, presidente Minamoto —dijo Yashiro levantándose de su asiento—. Pero tengo que hacer todo lo posible para rescatar a Aoi y ayudar a Hanako. Si la casa roja es la única forma de llegar al límite, entonces debemos intentarlo.

—Está bien, pero debemos ser cuidadosos —advirtió Minamoto—. No sé qué podemos encontrar en ese lugar, así que debemos estar preparados para cualquier cosa.

Los chicos asintieron en silencio, conscientes de que estaban entrando en un territorio peligroso e desconocido. Pero sabían que no podían permitir que Aoi y Hanako siguieran sufriendo en el mundo de los espectros. Tenían que hacer lo que fuera necesario para salvarlos.

Mi verdadero deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora