El guionista.

Recovery

El primer mes en aquella habitación blanca había sido una tortura. Pensó que podría controlar su reciente adicción al alcohol, pero no fue sencillo. Desde la primer noche en la clínica de rehabilitación su cuerpo reacciono ante la supresión etílica y hubiera deseado que aquella fuera la única causa de su malestar, pero no fue así. Tuvo que lidiar con miles de recuerdos de sus días con Eren.

Aquella primer noche pensó que no sobreviviría sin la ayuda del alcohol, sobre todo cuando la ansiedad lo envolvió como una sofocante y pesada manta. Su pulso estaba aumentado y sus extremidades no dejaban de temblar, intentaba tranquilizarse, pero no podía. Hubieron lapsos en que incluso podía ver a Eren de pie frente a la cama, pero luego de unos segundos se desvanecía. Cuando finalmente el sol se coló por una pequeña ventana en lo más alto de su recamara, se levanto bañado en sudor, aún temblando, quería salir de allí, no soportaría otra noche de abstinencia, pero obviamente no lo dejaron salir.

Las noches siguientes no fueron diferentes. No podía conciliar el sueño y aquello se estaba reflejando en su cansado rostro, por lo que el psiquiatra tuvo que optar por recetarle una pequeña dosis de algún medicamento para ayudarle a dormir. Para su desgracia eso no resolvió el problema porque comenzó a soñar con Eren, con la primera vez en que hablaron, con la primera vez que rebasó la linea de su espacio personal y con la primera vez que le dijo que lo amaba.

No se estaba sintiendo mejor, sólo se estaba cansando de todo. Las sesiones con el psiquiatra le parecían una perdida del tiempo, no quería que un desconocido supiera lo que había pasado, no quería que nadie supiera, sólo quería olvidar todo. Si tan sólo pudieran regresar su mente al día antes de involucrarse con Jaeger, eso, resolvería todo.

Finalmente Levi comenzó a abrirse cuando luego de varias sesiones en silencio el medico le menciono con voz firme que aunque quisiera ayudarlo a olvidar no podría. Lo que había pasado era algo con lo que siempre tendría que cargar, pero de él dependía si aquella carga pesaría por siempre sobre sus hombros o si la dejaría a un lado para retomar su camino. No podría vivir como si nada hubiera pasado, pero podría exprimir esas experiencias como si se tratase de pus, para así curar sus heridas. Sí, cicatrices siempre habrían, pero sólo quedarían para recordarle que fue capaz de sanar.

Aquel mismo día Levi le hablo sobre su madre, quien falleció cuando a penas era un niño. Para ese momento no sabía que tenía más familiares hasta que la corte cedió su custodia a un tío lejano. Nunca entendió a ese hombre, mucho menos cuando al cumplir la mayoría de edad lo dejo a su suerte. Desde allí comenzó a pensar que quizás de eso trataba la vida, de estar solo, viendo cómo las personas se iban de su lado. Estaba acostumbrándose a perder o eso creyó. Se repetía a sí mismo que estaba bien con su soledad, pero en el interior quería que una persona, tan sólo una, se quedara a su lado.

Cuando Eren llego y no se fue a pesar de su peculiar personalidad, esa parte de sí que estaba sedienta de compañía se desato de la peor forma posible, convirtiéndose poco a poco en dependencia. Había evitado a las personas por tanto tiempo que cuando tuvo la oportunidad de compartir su vida con alguien, se volvió una persona enfermizamente dependiente y ese fue el origen de su estado actual, cayendo así un problema de alcoholismo.

Eren no fue su primer pareja, no había sido el primero en jurarle un amor interminable, pero sí fue el único que sin razón aparente se había clavado en su corazón. Quizás fue que su mirada expresaba completa sinceridad y que a comparación de sus antiguas parejas, Eren, fue más un hombre de acciones que de palabras. No sólo le decía lo que quería escuchar, sino que cada día lo sorprendía con una acción para demostrarle que su cariño era real, pero al parecer, no lo era. Lo único real es que era un buen mentiroso.

Al final, Jaeger sólo le dejo una nota que decía:

"No puedo continuar con esto Levi, lo siento."