El guionista.

Tightrope

Si tan sólo las cosas fueran tan fácil de hacer como cuando las imaginamos. La fantasía es por ello la droga más preciada de los seres humanos. Siempre hay un lugar en nuestra cabeza para huir, siempre podemos evitar la verdad si lo deseamos, la batalla comienza cuando nuestras fantasías comienzan a chocar con la realidad, de allí la fuente del sufrimiento y frustración, porque desgraciadamente no podemos vivir por siempre en nuestra propia mente. Aquellos que se pierden, ¿en verdad son libres? Levi no lo sabía, pero deseaba estar perdido en lo más recóndito de su mente, lejos de las situaciones actuales. Por eso amaba el cine, por eso amaba ser un guionista, de esa forma podía traer miles de historias a la realidad y modificar las situaciones a su gusto. Siempre podía huir a través de sus personajes, pero ahora, tenía que afrontar la realidad, y la realidad era que tenía que encarar a Erwin entregándole aquella carta, sin embargo en dos semanas, no había sido capaz de hacerlo.

Las cosas que aparentemente son sencillas se pueden volver sumamente difíciles cuando hay sentimientos de por medio. Sabía que debía disculparse con aquel hombre que sólo había sido dulce con él, pero por alguna razón no podía hacerlo. Creyó que luego de aquel crudo año en terapia, y luego de las sesiones con Ymir estaría listo, pero repentinamente sentía que había dado veinte pasos hacía atrás. Todo su valor se había ido, tan sólo quedaba un asustado Levi. Tenía miedo al rechazo, a que Erwin lo mirara ahora con desprecio. Tenía miedo de querer y ser querido.

Con todas esas inseguridades dando vueltas en su cabeza llego a la conclusión de que quizás la carta no debía llegar nunca a sus manos, quizás tan sólo tenía que seguir con su cotidiana vida dejando de lado esas tontas ideas sobre el romance, sobre aquel hombre, porque ni siquiera merecía ser perdonado o querido. Y allí estaba de nuevo él, infravalorandose, autosaboteandose, como si todos los meses de trabajo sobre sus propios pensamientos se hubieran reducido a nada, pero quizás para las personas como él así era la vida, una constante lucha consigo mismo.

—¿Y bien, le diste la carta? —preguntó Ymir mientras ojeaba su libreta.

—No — respondió Levi con un tono bajo, Ymir ni se inmuto, parecía que esperaba una negativa.

—Dije que no iba a obligarte a hacer cosas que no quisieras, pero creo que sería bueno que lo intentaras una vez más. ¿Hay algún motivo en especifico por el cual no quieres hacerlo?

—No me he sentido bien — confeso — otra vez sólo pienso cosas negativas... sobre mí.

—Creo que está no será nuestra ultima sesión y está bien —sonrió un poco — hace un par de años tan sólo te hubieras quedado en silencio con el ceño fruncido, pero hoy me has dicho que no estas bien, esos cambios que son "insignificantes" son los que llevan a pasos más grandes.

—Es que tengo miedo de su respuesta, no tengo idea de porque y no creo estar listo para una relación, tan sólo mírame, estoy lleno de dudas, él no merece algo así.

—No creo que no estes listo para tener de nuevo una relación. Ahora reconoces tus propios limites, reconoces tus propios sentimientos, sólo es cuestión de permitirte ser feliz de nuevo. Esas dudas que tienes están sólo allí, en tu mente y no podes adivinar lo que él dira, tienes que dejar de pensar y actuar—Ymir dijo esto ultimo, guardo su libreta y acordo una nueva cita dentro de dos semanas.

"Tienes que dejar de pensar y actuar," aquello resonó en su cabeza por varios minutos luego de que la psicóloga se fuera, deseaba que hacerlo fuera tan fácil como decirlo, aunque tenía razón, tal vez era momento de dejar de suponer cosas y simplemente hacer lo que tenía qué. Pero por ahora se había quedado sentado en la sala, todo estaba silencioso y la temperatura comenzaba a descender, por ello metió sus manos en los bolsillos de su suéter, del lado izquierdo su mano choco con la carta que aún no había podido entregar. Desde hacia media semana la cargaba consigo esperando poder ir hasta el departamento de Erwin y entregarla. Cada mañana se convencía que ese día lo haría, afrontaría la situación y continuaría con su vida, pero al final la carta continuaba en su bolsillo.