En la casa de los Swan todo estaba tranquilo, todo excepto el cuarto de Bella que estaba hecho un desastre mientras su dueña removía las cosas de su lugar, completamente estresada.
- ¿Qué perdiste ahora? - le preguntó su padre recargándose en el marco de la puerta con aire de resignación, no iba a ser ni la primera ni la última vez que la chica descuidaba algo.
- Mi varita, papá - respondió exasperada. Así es, Isabella Swan era una bruja hija de muggles, ella recientemente había terminado sus estudios en el colegio Ilvermorny de magia y hechicería; luego de eso pensó que sería bueno descansar un tiempo de la magia y había ido a vivir con su padre Charlie. A diferencia de Inglaterra, Estados Unidos estaba en paz y muy pocos eran los interesados que se preguntaban como estaba la situación en el mundo mágico al otro lado del planeta; Bella, por otra parte, siempre había sido muy curiosa, así que en cuanto Harry y sus amigos pisaron el instituto, ella los reconoció y estuvo haciendo lo imposible para alejar a Edward y a sus hermanos de los salvadores ingleses del mundo al que ella pertenecía. Obviamente no logró lo que quería porque la familia Cullen sospechaba cada día más de los extraños visitantes y el hecho de que fueran famosos en ambos mundos no le ayudaba en absoluto a intentar encubrirlos.
Bella era, en toda la extensión de la palabra, una buena actriz; había procurado ser torpe, tímida y totalmente antisocial en todo momento, claro, hasta que vio a Edward. Tardó un poco más en descubrir su condición de lo que tardaron los británicos, pero es que ella era una bruja totalmente común a diferencia de los otros siete, que eran prodigios extremadamente poderosos que habían acabado con uno de los villanos más crueles y sádicos de todos los tiempos. Ella no era tan frágil como su novio y el resto de su familia pensaba que era, pero no podía delatarse ahora, prefería seguir con su silenciosa misión de encubrir a los Potter, Weasley, Malfoy, Granger y Lovegood.
- Bella - su padre tenía una sonrisa burlona en su rostro, la chica alzó la vista - creo que sé donde está tu varita - señaló unos centímetros más a la izquierda de la cabeza de la castaña y ahí, donde había estado desde un principio se encontraba lo que parecía un palo de madera común y corriente, puesto distraídamente detrás la oreja de la chica, haciendo parecer como si fuera un lápiz.
- Gracias - le dijo con inocencia para luego hacer una floritura en el aire con la varita y restaurar todo a su lugar original. Edward había ido a cazar esa noche y no regresaría hasta el día siguiente en la tarde, así que terminó de alistarse y se fue la cama pensando en la importante visita que debía hacer al día siguiente.
En la mañana se levantó temprano y, como siempre, se puso la ropa más sencilla que pudo encontrar; pensó en que podía salir hacia su rumbo en la camioneta descolorida que había aparcada afuera, pero llegar a su destino tomaría una eternidad y eso era justo lo que no tenía.
Decidió aparecerse en el lugar de una vez por todas, necesitaba llevar a cabo su plan de repuesto en vista de que el primero no había funcionado para otra cosa más que alimentar la curiosidad de los hijos Cullen hacia los chicos nuevos.
Tomó su varita y se desapareció en una carretera sinuosa por la que empezó a caminar, admirando los grandes árboles que le recordaban a su antigua escuela y un poco incluso, a las fotos del folleto que había recibido de Hogwarts cuando era pequeña y había recibido la carta de aceptación de ambas instituciones, optando, al final, por inscribirse en la que estaba más cerca de casa. Siguió por el camino hasta ver una construcción monumental, era una mansión hermosa casi completamente de una madera fina y lisa, al otro lado de la mansión, como a medio kilómetro de distancia podía ver vagamente los postes del campo de Quidditch.
Era la primera vez que Bella estaba ahí (el día de la fiesta había optado por no ir, lo que había sido realmente tonto considerando lo que pasó después entre los magos y los vampiros), así que admiró el exterior del lugar unos minutos antes de traspasar las barreras anti muggles y encaminarse hasta la puerta, tocando el timbre con el dedo índice.
Unos 30 segundos después apareció en el umbral, un chico azabache de ojos verdes y lentes ridículamente circulares que la vio con confusión e incredulidad para luego hacerse un lado y dejarla pasar.
- Bella, ¿Qué haces aquí? - le preguntó Jennifer una vez llegaron a la cocina, donde el resto de los chicos desayunaba.
- Hola, sé que no avisé pero esto es en serio importante - expuso y, luego de que con calma la invitaran a desayunar con ellos y el resto de los chicos se viera confundido con su presencia, ya que se suponía que ella era muggle y habían puesto barreras en contra de ellos, solo podían significar dos cosas: Uno, ella era una bruja. Dos, las barreras estaban mal hechas.
Al terminar el desayuno la condujeron al segundo piso, donde abrieron la puerta de una habitación que tenía grabadas en las cuatro paredes las que ella reconoció como las casa de Hogwarts, se sentaron todos en unos mullidos sofás de cuero color sangre y esperaron a que ella hiciera lo mismo.
- ¿De qué querías hablar? - preguntó Ron, algo impaciente.
- De esto - dijo y sacó su varita, conjurando un patronus (que se convertía en un lobo) para demostrar su poder. Los chicos se quedaron sin habla, no tenían idea de que era como ellos.
- Eres... - empezó Ginny pero ella la interrumpió.
- Soy una bruja, sí, al igual que ustedes - afirmó y ellos la vieron asombrados.
- ¿Cómo sabes que nosotros somos...?
- Por favor, olvidan que son famosos, ¿Verdad? - les dijo con sorna - además de eso, no es lo único por lo que lo descubrí, Edward y sus hermanos han estado tratando de averiguar sus peculiaridades y he tratado de todo corazón que abandonen el asunto, pero ya que no van a rendirse, ¿Qué mejor manera que decirles y quedar en paz? - concluyó la chica.
Ellos la veían con consternación, a veces por su actitud olvidaban lo jodidamente inteligente que era, si hubiera estado en Hogwarts, seguramente habría estado en Ravenclaw, o en Slytherin, ya que tenía el don del engaño y la manipulación.
- ¿Ellos saben que eres una bruja? - le preguntó Hermione de manera suspicaz.
- Claro que no, no estoy en la misma situación en la que se encuentran ustedes - explicó - además, es tarde para decir la verdad, pero si algún día accedo a decírselos, quiero que sea mi decisión y que sea después de que ustedes salgan de su problema con ellos, por eso estoy aquí - terminó de decir y la vieron algo más que asombrados.
- Bien, ¿Qué propones? - le preguntó Draco y ella sonrió.
- La visita a la casa Cullen el fin de semana, ellos son buenas personas, personas curiosas y algo entrometidas, pero a fin de cuentas, buenas personas - les aseguró - yo fui la primera bruja con la que se toparon, porque fui la primera humana a la que Edward no pudo leerle la mente y, aunque hay magos que no han aprendido Oclumancia, Edward no sabe sobre nuestro mundo, lo que me da a entender que, aparte de mi, no se había topado con ningún otro... Luego llegaron ustedes y él, como el curioso que es, se desesperó por saber qué traían entre manos y no llegó a más que una sospecha que atinaba muy poco a la realidad. Propongo algo, háganse amigos, amigos de verdad y así lo más seguro es que, en vez de presionarlos o investigarlos, los dejen en paz y confíen en que les contarán cuando estén listos y, como bonus, habrán conseguido hacer unos muy valiosos y buenos amigos - dijo y todos estuvieron de acuerdo, aceptando que era un buen plan y que la chica tenía cierto talento para hacer conspiraciones - por cierto, el profeta de ayer fue pura basura, no entiendo como dejan seguir a Skeeter trabajando ahí - los demás le dieron la razón y se ofrecieron a llevarla a la escuela con ellos.
- Quisiera, pero no puedo, Edward se fue a cazar, pero sus hermanos siguen yendo y se preguntarán por qué llegué con ustedes, mejor iré en mi camioneta - les explicó y atravesó las barreras, una vez estuvo fuera se desapareció a su casa, donde se arregló un poco y salió en su auto directo al instituto.
Hola, sé que el capítulo es corto pero es que era tan importante que no podía ir andando por las ramas.
Quería agradecer a Lunanuevameyer porque me ayudó con la idea del capítulo fue como la base para comenzar a escribir esta parte de la historia a la que llamo "pegamento" porque une ahora sí definitivamente los dos mundos, así que gracias.
Como siempre, espero que les guste, lo hice con amor.
Voten y comenten si les gusta,
Besos.
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Expecto Patronum: Espero un protector.
FanfictionLa guerra deja heridas, que poco a poco, con mucha dificultad se convierten en cicatrices. Harry y Jennifer Potter no están seguros de poder sanar quedándose en Londres, así que deciden irse por un año a Estados Unidos, a su retiro pronto se les uni...