C I N C O

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Contenido explicito, les recomiendo discreción si no les agrada ese tipo de detalles escritos se salten ciertas partes. Bajo aviso no hay delito



Archie

El cielo se ilumino por un relámpago. Alce mi vista al cielo sintiendo las gotas frías de la lluvia y esta vez no me molesto que mis lentes se mojaran y empañasen.

Agache mi cabeza para observar a la chica que aun se encontraba atada de las manos y piernas. Incline mi cabeza confundido al no sentir miedo en la humana. Pero no dije nada, no me interesaba.

-¿Vas a soltarme?- hablo, su cabello ahora se estaba mojando y aquellos rizos comenzaban a desaparecer. No respondí y ella bufo

¿Qué le resultaba gracia? No entendía.

Comenzaba a sentir frio, mi ropa estaba mojándose y como mi gabardina era lo que por ahora me mantenía cálido me la quite para dejarla en un lugar seco, luego la recogería. Ahora solo traía mi camiseta blanca, hice un gesto de disgusto al notar que se mancharía.

-¿Cuál es tu nombre? ¿Quiénes son ustedes?

-Eso no te interesa, al final no lo recordaras.- saque mi daga y ahora si pude sentir el miedo de la chica, eso que aun esta a un metro de distancia. Me agache y ella trago seco, cerrando sus ojos esperando lo peor

-No. Si cierras tus ojos te obligare a abrirlos y no te gustara

-¿Acaso algo de lo que piensas hacer me gustara?- estaba mas cerca de la chica y sus ojos ámbar solo reflejaban terror aunque quisiera ocultarlo

-Tienes razón, nada de esto te gustara.- susurre en su oído y me puse de frente, solté una sonrisa que asusto mas a la presa.

Entonces corte la soga, ella soltó un golpe en mi pómulo. Siempre hacen eso.

Y solo me provoca mas.

Apreté mis labios y tense mi mandíbula, el golpe no era fuerte y la presa comenzó a correr. Camino a la carretera.

Y conocía muy bien el camino.

Cada parte de mi cuerpo siguió su naturaleza y comencé a correr tras de ella. Soltando aire por mi nariz; inhalaba, exhalaba.

Estaba a unos pasos tras ella y podía sentir aun mas su miedo. Esto me excitaba demasiado.

Como era de suponer la presa tropezó con sus pies, no servía de nada ocultar los nervios; eso solo te volvía mas estúpido después. Pero al parecer ella no lo sabia.

La rodea inclinando mi cabeza hacia ambos lados mientras la observaba tirada en el pasto húmedo, me coloque de cuclillas y puse su cabello rizado a un lado para ver mejor su rostro: era hermoso así, cargado de pánico, terror, miedo, cerca de la muerte. Entonces le hable de forma neutra

-Te daré un chance de diez segundos presa. Uno...- ella se levanto- Dos... Tres...Cuatro...Cinco...- estaba corriendo ya unos metros delante mío- ¿Querías saber mi nombre cierto?- mi voz salió mas ronca- Seis...Siete...Ocho...Nueve...- deje de contar, estaba algo lejos pero esta vez no la seguí detrás, rodee el camino y ya estando adelante trepe un árbol lo suficientemente alto y podía verla acercarse.

Pensó que me había perdido, pude verlo en su rostro, antes de que llegase a cruzar donde me encontraba di un salto cayendo de pie al suelo húmedo.

Ella era alta, pero no lo suficiente, la rebasaba por centímetros

-Diez.

Saque la daga que traía en mi bota y me acerque mas a ella

-Mi nombre es Archie Ancel. Y voy asesinarte,

Solté de forma seria. Tome su cabello y hale su cabeza hacia atrás, sus lagrimas se mezclaron con la lluvia y chillaba como una ardilla.

Pase el filo de la cuchilla, solo la punta deslizándola por su cuello y solo con eso ella comenzó a gritar. Entonces me lanzo una patada en el estomago.

No sentí dolor, es mas, aquel acto solo me nublo mas en furia. Así que tome su cuello con mi mano libre y lo apreté mientras mis manos se manchaban con su sangre. La chica tosió y ahora sus lagrimas no solo se mezclaban con la lluvia. Mi mandíbula se tenso mas mientras apretaba con mas fuerza su delgado cuello.

La solté cuando estaba roja y sus ojos ámbar daban la impresión de salirse de su rostro. Cayo de rodillas al suelo. Tome un impulso con la mano donde traía la daga y me cegué.

No por no ver sino porque mis impulsos me invadieron completamente.

Me encontraba atravesando las mejillas de la presa con mi daga. Y eso no bastaba.

Saque una daga mas de mi otra bota y ahora lance el cuerpo que aun presentaba signos vitales al piso. Me arrodillé a rompí sus prendas dejando su abdomen a la vista. Con ambas dagas y al mismo tiempo lo perfore; con una corte recto hacia la izquierda y con la otra hacia la derecha.

Pude ver lo que seguía a la piel: grasa, una delgada piel que brillaba y luego musculo. Ahora veía sus vísceras. Observe a la chica quien traía ambos ojos bien abiertos queriendo salir de su rostro, con las pupilas dilatadas reflejando dolor. Pase mi lengua por mi labio superior y luego el inferior, entonces solté ambas dagas y metí mis manos dentro de ella.

Comencé a sacar los órganos, los observe embelesado en mis manos rojas bañadas en el liquido que adoraba ver. Y la apreté hasta que esta se exprimió y boto mas líquidos junto con sangre.

Ahora corte mas hacia el pecho para quebrar su tórax y busque con mis manos.

El cuerpo dejo de agitarse y retorcerse mientras buscaba. Mire el corazón de la chica, luego la vi a ella.

Ya había muerto.

Lance el corazón ya aburrido. Perdía la gracia cuando ya no sentía dolor la presa. Me levante observando mis manos.

Entonces ella llego.

-¿Archie?

Voltee mientras observaba mis manos y luego la observe a ella. Solo soltó un suspiro y se acerco a mi.

-No

Aquello hizo que se detuviese en el camino y me observo

-Puedo lastimarte aun

-Se que no lo harás.- su rostro se suavizo y note que mi cuerpo dejo de tensarse.

Tomo una de mis manos y luego la otra alzándose un poco para observarme. Luego coloco su mano en mi mejilla dejando un beso. Entonces mis músculos se relajaron por completo.

Ella era mi calma en la ira que sin razón sentía todo el tiempo.

Puse mi mano en su espalda baja para acercar as su cuerpo al mío. Ahora no era un beso lento, la buscaba con mucha desesperación.

Se separo para regalarme una leve sonrisa, a ella si le salían

-Aquí no

Recordé que no podíamos sino traía las pastillas consigo así que me contuve. Note que traía unos lentes manchados con sangre. Supe de quien eran.

-Te quedan muy bien- dije y comencé a caminar lejos de la cabaña donde seguro estaba el resto

-Gracias.- dijo tomando mi mano y manchando la suya con la misma sangre, aunque note que su gabardina se había manchado también, seguro la sangre mas de mi presa y la suya se mezclaron.

Alce mi gabardina de donde la había dejado y volví a tomar su mano

-¿A dónde iremos?- pregunto

-Lejos del resto. Solo nosotros dos

Dirigí mi vista recto y vi a lo lejos a una niña sentada sobre una roca, reconocí el lugar al instante. La niña se bajo de la roca, traía su cuello marcado por unas manos, mis manos. Paso por mi lado sin quitarme la vista

-Hola Aleah.

La salude en un susurro y ella dirigió ahora su vista al frente siguiendo su camino.

La había asesinado hace cinco años y siempre la veía en este lugar. 



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