O C H O

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Damián


Mi rostro se sentia frio y mojado ¿La llovizna no pararía?

Aunque el clima era perfecto para borrar cualquier rastro. De todas formas eso haria esta lluvia: llevarse todo y nutrir la tierra.

¿No era eso lo que hacíamos?

Pase mi lengua por los labios, cayendo en cuenta de que también estaban mojados. El acto me provoco sed.

Baje mi rostro para dirigir mi atención a la presa que tenia frente a mi. No dejaba de llorar y yo ya queria irme a casa, despues de todo esta reunión salió con demasiadas sorpresas.

Mire a la chica, no dejaba de hacer ruido. Un tanto harto de sus quejidos de suplica pase mi mano por mi rostro dejándolas mojadas. Bufe:

-Cállate eres muy ruidosa.

Pero ella continuaba llorando

-Si sigues así...- la tome del cabello inclinando su cabeza hacia atrás para ver su rostro. Ella gimió y espete: -Es una noche tan silenciosa. El que hagas tantos sonidos solo lo arruina, me molesta y no quiero estar molesto.- susurre: -No mas de lo que estoy. No te conviene

La chica apretó sus labios para ahogar su llanto pero ahora su nariz era la que sonaba. Bien, suficiente.

Tome mi daga dispuesto en acabar con esta situación pero una voz me interrumpió

-¡Damián!

Solté una enorme calada de aire apretando mis ojos y endureciendo mi rostro

-¿Qué quieres? Deberías estar en la cabaña

-Lo se, pero- se quedo en silencio, preguntándose así misma porque había venido hasta aquí desde un principio tomando en cuenta las advertencias. Demasiado usual en Padme

Pero su curiosidad siempre le ganaba. A veces creía que era mas su estupidez que curiosidad la causa de la mayoría de sus actos.

-¿Pero que? ¿Piensas meterte en mas líos que en los que ya estas?

-Solo venia a para este estúpido juego de una vez. No tiene gracia, en serio. Mas aun si son solo personas que ni si quiera conocemos

-Tu lo dijiste: no los conocemos. Vete, por tu propio bien, aun no estas lista para un juego así.

-Ni quiero estarlo. Damián, solo suéltala, sus amigas están muertas no hara ni dirá nada, déjala.

-¡¿Qué?!- la presa sollozo. Ignore lo que había dicho Padme, no podía, ni queria, no lo haria

-No puedo

-¿No puedes?

-Ni quiero.- me preguntaba por que era tan importante para ella alguien que ni conocia

Camine hasta estar frente a ella. Respiraba rápidamente; estaba asustada y algo cansada.

-Padme- hable estando cerca de su rostro -Es solo una presa ¿No lo entiendes?

-Es una persona, igual que yo

-Tu jodida empatía a veces me da nauseas

-Y a mi tu apatía me asusta

-¿Te asusto?

-Y me repugna.- soltó firme

-No deberías decir esas cosas.- acaricie su cabello con mi mano libre

Se zafó de mi acto y corrió directo hacia la presa con su daga en la mano para soltarla. Gruñí ¿En serio queria hacer esto?

-Padme...- alargue la palabra para darle a entender que no lo hiciera, que no empezará algo realmente estúpido

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