SOMOS LA PRESA

S I E T E

Poe Verne

-Suéltame y solucionaremos esto de igual a igual...

-Poe Verne; es mi nombre caperucita.

La lluvia comenzaba a intensificarse y se escuchaban truenos que iluminaban el bosque. La neblina comenzaba a cubrir los caminos.

Esto seria aun mas divertido.

La pelirroja estaba tendida en el suelo, me encontraba de cuclillas frente a ella. Pensé por un momento su propuesta, sonreí al ver sus ojos: cargaba miedo pero a la ves determinación.

-Sin tu cuchillo

-Daga- le corregí

-Solucionemos esto sin tu daga entonces; una pelea limpia

-¿Y que ganaría yo con eso? No me malinterpretes pero me gusta perseguir a mis presas. Aunque lo que propones no negare que suena muy interesante

-Entonces por eso mismo te propongo esto. Si gano... si logro escapar, encontrar a mis amigas, nos dejan ir. No diremos nada y también te divertirás. Míralo como cazar una presa difícil de cazar.- podía ver mucha determinación y confianza en sus palabras, aunque tropezaba mucho al hablar. Mas no creía planamente en que no dirían nada, y era mas que seguro que sus amigas ya estarían muertas. Al menos dos de ellas.

Lo pensé por unos segundos

Seria arriesgado si ella gana, se ve decidida, puede que escape y... Ja a quien engaño hay que hacerlo

-Estas decidida y aquello me excita mas. Entonces...- me acerque a ella para soltarla. Mi cercanía la asusto sonreí mientras negaba con los ojos cerrados y mordía mis labios. -Dios, si es que existes allí arriba, gracias por esto.- la mire a los ojos, notando su rostro mojado mas no había rastro de algún llanto, solo miedo reprimido. Acerque mi nariz a la suya, su respiracion se mezclaba con la mía, trague seco y apreté mi mandíbula, debía contenerme.

-¡Puedo sentir tu miedo cada que respiras caperucita!

Aplaudí repetidas veces y cuando lograba ver su rostro cargado de terror no evitaba reírme aun mas.

Ella solo traía sus labios sellados.

Cuando termine de soltar la soga que ataba sus manos y pies me levante. Guarde mi daga, colocando mis manos en los muslos la observe.

Mi sentido comenzaba a nublarse

-T-tus ojos se están oscureciendo- soltó confundida mientras se acercaba a mi. La tome del mentón con fuerza

-No es lo unico que esta por oscurecerse caperucita. No debes detenerte para hablar con los lobos.- pase mi lengua por su labio inferior y ante aquel acto me boto de un empujón.

Balbucee algo y me levante de mi lugar. Pude observar en el rostro de la chica su credulidad: creía que por eso tenia alguna ventaja.

Comencé a rodearla como un tiburón mofando ante su actitud. Como un espiral; me acercaba a ella. La tome desprevenida por la espalda y pasee mi nariz por su cuello aspirando su aroma húmedo y cargado de emociones humanas.

Sentí su piel erizarse pero no se quedo esperando a que hiciera algo mas. Lanzo una patada en mi entrepierna causando que llevase mis manos al lugar afectado por el dolor.

Brame por su acto

-Sabes eso no es justo. -me reí

-Lo que piensas hacerme tampoco. -alce mi dedo para pedirle tiempo y tome una bocada de aire