3. Me agradas

2.1K 212 8
                                    

(Escrito desde la perspectiva de Max)

Mis ganas de ir a ver al bebé de Off y Gun había desaparecido, me sentía miserable y culpable por lo que lo que le hice a Tul anoche.

Estoy sentado en el baño pensando en la condición de Tul con mi celular en una mano y en la otra la toalla donde estaba el aroma de Tul, estaba buscando el desorden hormonal y los efectos secundarios de tomar tantas pastillas. Tal vez Tul era un alfa recesivo, si lo que decía la chica era verdad, Tul tenía un desorden hormonal, no tenía un periodo de celo regular, incluso podía no tenerlo ni feromonas y por más que un alfa intente cubrir su rastro es casi imposible pero Tul lo logro antes y después de irse. Mientras tanto las pastillas en altas dosis puede causar dolor estomacal, de cabeza, fatiga, vómito... Ugh, son muchas cosas.

¿Porque peleamos? Aun no lo recuerdo y realmente no puedo concentrarme con un olor tan agradable. Es una sensación de curiosidad que tengo por ese olor que ahora es poco, ya casi no puedo olerlo y por alguna razón... ¡Agh! Huele muy bien!.

Lleve la toalla húmeda a mi rostro, aun que se sintiera fría no me importaba, así podía olerlo mejor. ¿Alguna vez has encontrado algo que es tan bueno que quieres tenerlo por más tiempo? Es algo que no puedo comparar pero se que es lo más delicioso que he llegado a oler. Ahora podía entender aquella chica que iba tras Tul.

Pero sonó el celular en llamada, ¿Quien mierda es? baje la toalla a mi regazo y recogí mi celular del suelo, era un número de Mook.

— ¿Que pasa? — Respondí la llamada mientras me levantaba del suelo con la toalla en la mano.

— Señor, ¿No vendrá hoy tampoco? — Era mi secretaria, una buena mujer y talentosa debo de decir. Era una beta y hasta el momento me trataba como lo que soy; su jefe. Aun que nos habiamos tomado una pequeña libertad de ir más allá de lo laboral pero nada más que simple amistad, ella me contaba de su vida y yo la escuchaba, intercambiamos números personales aun que fue una mala idea pues no para de decirme que debo trabajar o recordarme el pesado trabajo que aun tengo que hacer.

— Si no hay nada importante no ire — me acosté en mi cama mirando hacía el techo poniendo la llamada en altavoz y la toalla nuevamente en mi rostro — Mook, ¿Me harías un favor? —.

— Usted es mi jefe, puede darme ordenes — se escuchaba el teclado de fondo, siempre trabajando.

— ¿Puedes ir al hospital y preguntar por Tul Parkon? Es un pediatra, pregunta si a ido a trabajar hoy y si no es así pide su dirección —.

— Esta bien — y colgó. Le envie la dirección del hospital.

El olor cada vez se iba de la toalla y es realmente irritante, apenas lo acabo de descubrir y ya me lo quieren quitar. No es justo!

Perdí la cuenta de las veces que inhale el olor de Tul y las veces que pensé que era delicioso. Cuando el olor era casi imperceptible hundía mas mi nariz en la toalla respirando profundamente para poderlo oler mejor.

No me di cuenta de lo extraño que era hacerlo y seguramente si alguien entrara en mi cuarto ahora mismo su mandíbula caería al suelo pero ni eso me hace querer dejarlo. Aun que estubiera hundido en este olor no dejaba de pensar en Tul y su estado de salud. Tomo tantas pastillas y encima de todo eso tuvo que soportar a un alfa borracho y agresivo además no se si se fue en un taxi o corrió a su casa o al hospital.

Estaba tardando Mook. Cuando el olor casi desaparecía fue cuando la devolví a la cesta de ropa, mi rostro estaba frío por la humedad pero nada que me molestará, recorde que le había roto el celular a Tul así que comprarle uno arreglaría un poco las cosas ¿No? Me cambié para ir a una tienda de electrodomésticos mientras esperaba la información sobre Tul.

Entre alfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora