11. Un mal entendido

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Pavel y Dome se encontraban en la misma habitación viendo una película demasiada aburrida pero era la única forma de no estar en un silencio incómodo.

El sueño se iba apoderando del Omega debido a las pastillas que había tomado por el celo, era el primer dia así que le falta otros cinco días y aún no sabía si aquel beta se quedaría a su lado. Lo miro en silencio y discretamente, era un chico lindo pero algo sexy.

"Oye" llamo Pavel, Dome giro su rostro para verlo "Ya sabes que nadie me va a buscar a menos que yo los llamé, mi celular no tiene batería y estoy muriendo de sueño... Si duermo ahora mismo ¿Despertaré con todos mis órganos y en la misma habitación?"

Dome soltó una carcajada, acomodándose mejor en la cama para mirar bien al Omega.

"Es muy tarde para pensar en eso ahora"

"Creo que tienes razón" Pavel se acomodó bajo las sábanas de la cama sin despegar la mirada del otro chico "¿Te puedo preguntar algo?"

"Hazlo"

"¿Por qué finges ser un Omega? ¿Quien en su sano juicio quisiera ser un Omega?"

"Oh, eso..." Se volvió a mover en la cama bajando su cabeza a las almohadas "Mi madre era la mujer más emprendedora pero solo la conocían como la Omega del señor todo poderoso" había una pizca de sarcasmo y resentimiento en el nombramiento de aquella persona "Era la Omega ¿Por qué se esforzaba por humillar al alfa? ¿No puede solo ser la sumisa y callada esposa que debe ser? ¿No es lo que hacen los omegas? Solo satisfacer a los alfas ¡Vaya tontería! Cuando murió el testamento de mi madre me dejaba a cargo la cadena de hoteles y aquí estoy, ella no pudo hacer que la valorarán por su esfuerzo"

"¿Y tu pretendes seguir con la lucha de tu madre?" Dome asintió "Usar feromonas artificiales es ilegal ¿No? Escuché que tiene efectos secundarios graves"

"Lo ilegal no importa si tienes más dinero que la propia policía" le giño el ojo.

"Eres todo un mafioso" sonrió, cerró los ojos pero aún siguió hablando "Dale una oportunidad a omegas de verdad, muestra que no solo somos incubadoras y juguetes sexuales"

Por fin se levantaba para ir a trabajar, las ojeras colgaban de sus ojos y estaba más desalineado de lo normal. Había tenido una profunda investigación sobre las relaciones sexuales entre ambos géneros y todos coincidían con una cosa;
Duele.

El mundo se tornó de otro color para Tul, había recibió clases de educación sexual pero solo se limitaba entre hombre-Mujer, Alfa-Omega. ¿Donde quedaban las parejas homosexuales beta? ¿Donde quedaban las relaciones como las Tul? Miles de ensayos, miles de post con información errónea, sin bases ni fundamentos y algunas despreciando las relaciones, en vez de ayudar confunde más.

Una cosa tenía clara y es que él no será el pasivo. Por fin podía disfrutar de su celo como un alfa normal.

Al llegar al hospital fue por su bata y entró a su consultorio con un vaso de café cargado tratando de despejar su mente, preparar a un Alfa es mucho más difícil que un Omega y para ser sincero dudaba de controlar a Max, aún que eran del mismo tamaño su fuerza era diferente y le daba miedo comprobar que él sea más débil.

El dia se pasó en atender a dos niños, realmente no era un trabajo pesado. Una pasante de Universidad había llegado, así que ahora estaba en compañía de una beta bastante callada y rostro serio, tanto su nombre como rostro indicaba que era extranjera pero sentía que era entrometido preguntarle su nacionalidad.
Otra enfermera entró al consultorio con un rostro angustiado que cambió a incómodo al ver a la beta.

"¿Puedo hablar con Tul a solas?" Preguntó la enfermera de manera cordial.

La beta solo se levantó de la silla y salió tan rápido y sin palabras. Tul la miro divertido y un poco apenado por no poder hacer que la chica se sintiera incluida en el ambiente.

Entre alfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora