Expiación

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Al despertar en la oscuridad de la habitación inconscientemente busco con mis brazos a V, esta cerca siento su calor, pero no lo alcanzo. Me obligo a abrir los ojos para ver que sucede.

Esta sujeto a mi abdomen y su rostro esta por debajo de mis pechos, parece un bebe sujetándose de cualquier parte de mi cuerpo. Sonrió al verlo y vuelvo a cerrar los ojos.

No se que hora es pero quiero que el tiempo se detenga y todo quede de esta manera por mucho tiempo.

-Es tarde-

Oh rayos. Petición no aceptada.

Abro un ojo con pereza.

-¿Como lo sabes? En este lugar no pasa la luz- respondo con un tono somnoliento.

-No hay luz, pero si un reloj en la pared-

Frunzo el ceño y me obligo a abrir ambos ojos en busca del condenado reloj que no se escucha.

Justo al frente de la cama, un reloj digital....demonios.

13:10 hrs.

Suelto un suspiro enorme y me despierto estirando mis brazos hacia arriba mientras que V se despega de mí y se sienta en el borde de la cama estirando sus brazos al cruzar uno con otro viendo su marcada espalda moverse, gran parte de ella también tiene quemaduras, pero maldición, eso solo lo hace ver mas sexy. Me condenaría a misma por mi lujuria sino fuera porque se que cualquier otra mujer también pensaría lo mismo.

No puedo evitarlo.

Me levanto y ahora yo, me cuelgo de su pecho.

-Báñate conmigo- digo sonriente

-Podríamos resbalar en la bañera-

-¿De verdad eso te importa?-

V se da la vuelta, me besa y se levanta para ponerse el pantalón que ayer en la noche le había quitado. Me quedo viéndolo mientras se lo pone y luego decido que tiene razón y debo dejar la pereza. 

Mi cuerpo magullado esta casi esquelético, no soy de ayuda a nadie si pueden tumbarme con tan solo un soplo. Entrenaré estos meses para recuperar músculo y fuerza. 

-Haré el desayuno si no te importa, estoy seguro de que deseas probar algo mas que puré de papa y...

-Ahora que lo mencionas ¿Qué pasó con Louse?- pregunto curiosa caminando hacia caja donde parece estar mi ropa, aquella que no había usado por un largo tiempo. Noto algo, esta impecablemente doblada, no hay rastros de polvo ni huele a humedad, V debió de haberla estado doblando una y otra vez o algo parecido. Me extrañaba y le dolía, al igual que a mí. 

Tomo algunas prendas y camino hacia el baño.

-¿Louse?- devuelve la pregunta con una ceja levantada y el ceño levemente fruncido al verme caminar desnuda por la habitación sin vergüenza alguna. Así que es celoso. Ahora que veo su rostro es más fácil saber lo que esta pensando y me agrada saberlo, así no puede ocultarme absolutamente nada. 

-Sí, Louse, el ratoncito de la celda, lo quiero adoptar- digo con total seguridad saliendo de la habitación. V sale junto conmigo pero se queda viéndome desde la puerta del baño, giro las llaves para hacer salir agua caliente.

-Temo que no puedo dejar que un roedor merodee por la Galería Any, podría roer las pinturas y...

-No tonto, en una jaula de Hamster, el fue mi único amigo durante los meses de tortura, así que si  me aprecias un poco dejaras que lo críe- sentencio metiéndome dentro de la regadera y cerrando la cortina. 

Escucho un suspiro de V y luego la puerta cerrarse. 

Ahora que lo pienso, no le pregunté acerca de del día de hoy o del 5 de noviembre, bien podría ser mañana y no me habría dado cuenta. Nunca pude contar los días en la celda, no podía ver si era de mañana o de noche, pero para mí pareció una eternidad.

V de Vendetta: Secondo MundusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora