Marcos, un misterioso chico de cabello oscuro y ojos verdes, con un carácter impulsivo, agresivo y frío.
Es uno de los vampiros más antiguos y peligrosos que existe, lider y gobernador de su propia raza, lleva siglos sin sentir nada por nadie, es de...
-Adios - dije en voz baja - Gracias por salvarme de esos vampiros, Marcos gracias enserio.
-Volvere a por ti - susurro en mi cuello antes de separarse de mis brazos y marcharse hacia el coche.
Con una sonrrisa triste le mire mientras se metía en el coche y se marchaba.
Luego de entrar al pasillo y cerrar la puerta, subí hacia mi habitación.
Me sentía algo culpable de mi misma por haber tenido que ponerle fin a mi relación con Marcos...pero yo ya estaba con otro hombre.
Al entrar frunci el ceño con frustración al ver todo el desorden que habia en mi cuerpo.
Dios santo...
La cama estaba sin hacer, toda la ropa de Jeil estaba esparcida por el suelo, había restos de cómida y cigarros tirados por todas partes del suelo, la habitación olía a humo, a sudor, a suciedad.
Todo estaba lleno de botellas de alcohol rotas.
Joder. Otra vez no, me prometió que lo había dejado.
Mi mirada se centró en todos los cristales que habia tirados en el suelo, la ventana estaba destrozada, echa añicos.
¿Que le habia pasado como para destrozar la ventana?
Entre hacia el baño, todo estaba patas arriba, los cajones todos tirados, los productos de higiene todos gastados y esparcidos por el suelo, las toallas de baño estabas usadas y amontonadas en el cesto de la ropa sucia el cual estaba hasta arriba de ropa sucia de Jeil.
Como era de esperar estos tres días que he estado ausente, Jeil no se ha molestado en mantener la casa limpia.
Quizás se debía a que habia estado depresivo y despertado buscandome por todos los rincones de la ciudad.
"Si, seguramente sea eso" intente convencerme a mí misma.
Empecé a hacer la cama, poniendo sábanas limpias, luego recogí toda la ropa que había por el suelo, hasta que encontré un sujetador, uno que no era mío.
No, esto no puede estar pasándome.
En este instante senti fuertes ganas de llorar, de tirarme de los pelos y gritarme a mi misma.
¿Que habia estado haciendo Jeil? ¿Se habia acostado con otra mujer en nuestra propia habitación? ¿En nuestra mismísima cama?
Me senté en una silla que habia justo al lado de la puerta, con varias lagrimas sobre mis mejillas, frustrada intenté mantener mis emociones controlados.
Fue entonces cuando un fuerte golpe se escuho en el piso de abajo, concretamente en la entrada.
Joel había vuelto.
Escuche sus pasos bruscos y torpes caminar por las escaleras...
Con los ojos aún rojos y húmedos observe como entraba por la habitación, su mirada se centró en mi, para luego bajarla hacia el suelo sucio y desordenado.
-Ya has vuelto...-dijo entrando y tumbandose sobre la cama, llevaba dos botellas de alcohol entre las manos, iba descalzo - ¿Donde has estado?
Ni si quiera parecía emocionado o contento de volver a verme.
¿Es que yo no le importaba? ¿No iba a abrazarme y decirme que me había echado de menos?
Su voz era suave, pero su mirada escondía ira y rabia, su cuerpo olía a alcohol, a tabaco y sudor, su ropa estaba manchada con rasguños...se notaba que estaba más que borracho.
-Te he echado de menos Jeil enserio yo...-mi voz temblaba - ¿Que has estado haciendo mientras yo no estaba?- le pregunte pero este me ignoró.
-Tengo hambre, haz la comida y limpia la habitación, está echa un desastre por tu maldita culpa.
Me dolía ver que ni si quiera se había preocupado de saber que me habia sucedido, de saber cuales eran las causas de mis lágrimas que aún seguía húmedas en mis ojos.
-¿No vas a preguntarme si estoy bien? He estado tres días desaparecida, Jeil me secuestraron...me...-su furiosa y grabe voz me interrumpió.
-¡A mi no me engañas! ¡Te largastes con otro! - grito para luego murmurar -zorra...
-¡Te estoy diciendo que intentaron matarme en un bar hace dos noches! Fui a buscarte, era de madrugada, y varios chicos intentaron mata...-no pude terminar la frase cuando este se levantó de la cama con un grito de furia, tiró las dos botellas de alcohol al suelo dejando todo lleno de cristales, para luego con violencia caminar hacia mí.
Me daba miedo, estaba asustada.
-¿¡Crees que soy imbecil Adele!? ¡Esperas que me crea enserio que te intentaron matar y secuestrar! ¡¿Por qué no me dices la verdad?! - me cogió del cuello con fuerza, hasta el punto de que mis pies dejaron de tocar el suelo para moverse con desesperación en el aire - ¡Trabajo día y noche sin descanso para pagar este techo en el que vivimos! ¡Y tú te largas con otro capullo!
-¡No me he ido con otro! ¡No he...-la voz me temblaba, me sentía insignificante, como un trozo de carne sin valor, como un maldito juguete roto e inútil ¿por qué me trataba así de mal? - ¡No te enfades, cálmate!
-¡Has estado con otro obio que estoy enfadado! ¡Y no vuelvas a negarlo! - me tiro hacia el suelo, mi cuerpo chocó con violencia con todos los pequeños cristales...haciéndome sangre en las piernas.
Gemi de dolor mientras intentaba incorporarme. Este con pasos firmes y bruscos camino furioso hacia la puerta.
-¡Averiguare quien es el capullo con el que has estado! ¡Lo mataré malditasea!
-¡Se acabo! - grite estallando de ira mientras apoyaba todo mi cuerpo encima de la cama - ¡No voy a permitir que me sigas tratando asi! ¡Quiero dejarlo! ¡Quiero cortar! ¡Quiero largarme de aquí ahora mismo!
Ya estaba harta de sus ataques de ira, harta de soportar algo que no me merecía.
Me dijo que iba a dejar de beber, y lo hizo...pero tan solo me había ido tres días de casa y ya había vuelto a la adición.
Era cierto que habia estado con otro hombre, con Marcos, le habia besado, habíamos tenido momentos bastante íntimos...pero, eso no era motivo para que me pegara y gritara de esa forma.
Realmente no le habia mentido del todo, por que la parte en la que me habían intentado matar y secuestrar si era cierta.
Además el habia estado con otra mujer, el sujetador que habia encontrado no era mío.
-¡No! ¡Ni hablar! ¿¡Crees que puedes decidir cuando termina esta relación!? - camino hacia mí de una manera brusca y furiosa - ¡Yo decidiré cuando termina nuestra relacion!
-¡La decisión no es solo tuya! - grite empujandole - ¡Apartate de mí camino! ¡Dejame pasar! ¡Me largo de esta casa sucia y asquerosa!
Con la mirada nublada y borrosa por las lagrimas, eché a correr cuando conseguí moverlo de mi camino.
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