Capitulo 15

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No sabía cuánto tiempo llevaba saboreando los labios de Marcos, pero necesitaba más, quería más...

Rodee mis manos sobre su cuello a la vez que este pasaba sus fuertes manos por mi cintura.

Nuestras lenguas jugaban, nuestras saliva se mezclaban formando un sabor delicioso y especial, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, como si hubiéramos nacido el uno para el otro.

Jamás me había excitado de esta forma, eran sentimientos nuevos, que jamás habia sentido con nadie más.

¿El estaría sintiendo lo mismo que yo?
¿Así se sentia besar a tú maté?

Malditasea, era la mejor sensación del universo.

Aun rodeandome con sus brazos, sus labios se separaron de los míos, para hablar, con la respiración agitada.

-Me estás matando - susurro con media sonrrisa en el rostro, dejando a la vista sus colmillos puntiagudos y peligrosos - ¿Como he podido vivir si ti durante todos estos siglos, Adele?

No le respondi, estaba demasiado ansiosa y excitada como para hablar.

Como un imán mis labios se dirigieron con rapidez hacia los suyos, listos para una segunda ronda.

De un movimiento ágil, enredé mis piernas sobre sus caderas, este camino conmigo encima hacia la habitacion, para luego  tirárme encima de la cama.

Solté una risa nerviosa cuando VI cómo el enorme cuerpo del vampiro se ponía encima de mí, con sus manos apoyadas sobre la cama para no aplastarme, era intimidante e imponente.

Marcos me levanto la camiseta con suavidad y lentitud como si estuviera esperando a que yo me negara y la bajara, pero al ver que no hacía nada siguió subiendomela hasta quitármela por la cabeza.

Su mirada contemplo mi cuerpo como aquel que acaba de apreciar una valiosa obra de arte de un museo. Admirado y deseoso.

-No dejaré que nadie jamás te vuelva a tocar - sentenció con la voz ronca - Eres mía, Adele.

Su entrepierna estaba abultada, más que dura, sus colmillos parecían más afilados y letales que antes, cosa que me provocaba algo de temor.

¿Con cuántas personas habría matado con ellos?

No, ahora no pienses en eso. No es el momento.

Sus ojos se fijaron en los míos, y por un segundo tuve la sensación que se había dado cuenta de mi miedo.

Senti la boca de Marcos lamer y besar mi estómago desnudo, era una sensación agradable, placentera, sentir sus labios húmedos ahí.

-Calma...-sususrro mientras su lengua seguía acariciando mi estomago.

-Estoy calmada...-le menti.

-Tus latidos no dicen lo mismo.

No le respondi. Me quede muda, concentrada en sentir su lengua acariciarme lenta y sensualmente.

Cerré mis ojos, disfrutando del placer de sus caricias. Sus manos se deslizaron por debajo de mis pantalones.

-Malditasea, eres hermosa, me harás perder la cabeza - murmuro mientras sus manos llegaban a mi zona más sensible y privada.

Sus dedos esquivaron la fina tela de mis bragas y se introdujeron, con lentitud en mi interior, fue moviendolos, cada vez aumentando la velocidad.

Con sensuales y agiles movimientos que me haciendo estremecer y retorcer de placer.

Iba a explotar. Eran demasiadas sensaciones.

-¡Marcos dios...! ¡Oh! - gemi, mientras me retorcía, excitada.

-Eso es- aumento aún más la velocidad. Esta vez metió un segundo dedos - Mojate para mi, Adele.

El placer se multiplicó. Tube que agarrarme a la espalda de Marcos para evitar que mi cuerpo siguiera temblando.

-Marcos...-fue justo en ese instante cuando mi teléfono empezó a sonar.

Rompiendo todo el ambiente erotico y sensual que se habia formado.

El vampiro soltó un gruñido, ignorando el sonido.

-Tengo que cojerl...-hable agitada, pero este me interrumpió.

-No, ignóralo, quien sea puede esperar.

Metió un tercer dedo. Abriendo más aún las puertas de mi interior.

El tenia razón. Ahora mismo no había nada mejor y más importante que esto.

-Dame más...vampiro- le ordene, a lo que este asintio con una sonrrisa pícara.

-Por supuesto

(.....)

Habian pasado más de dos horas. Estabamos tumbados en la cama, mi cabeza descansaba en el pecho de Marcos.

Me sentía relajada y tranquila, sabia que con Marcos a mi lado, nadie jamás volvería a ponerme una mano encima.

El me quería, y yo empezaba a sentir cariño y aprecio hacia el.

Todo era perfecto. Estaba feliz, ambos lo estábamos.

-Podriamos irnos a vivir a mi casa - propuso este, dándome caricias en la mejilla.

Oh. Ya viene el problema. Ya decía yo, que todo estaba saliendo demasiado bien.

-Ya lo hablamos hace tiempo, ese lugar está lleno de vampiros...no me siento muy cómoda siendo la única humana -murmure.

-Entonces llevaré a más humanos, contrataré a un servicio de limpieza humano.

-No me refería a eso...Marcos ese no es mi lugar, ahora mismo estoy estudiando en la universidad, no puedo irme.

-¿Para que estudiar si me tienes a mí? Puedo cuidar de ti, te compraré todo lo que quieras y necesites.

-No quiero ser una mantenida, Marcos, debes entender que la ciudad es mi sitio.

Este no contesto, su mano dejó de acariciarme para luego levantarse de la cama.

-Pues no pienso apartarme de ti, me tendré que venir yo aquí- dijo serio, como si no le agradara nada estar entre humanos.

Antes de poder contestarme mi teléfono empezó a sonar de nuevo.

-Maldito teléfono -se quejó este.

-Espera, ahora seguimos hablando - le dije mientras cogía mi novil - ¿Diga?

-Hola buenas tardes ¿Es usted Adele hart? - me pregunto una voz dulce y agradable a través de la llamada.

-Hola si soy yo.

-Le hemos llamado hace tres horas, pero no nos cogió el teléfono. Llamamos del hospital.

El corazón se me palaizo al escuchar su última palabra, rapidamente sentí que me faltaba el aire.

-¿Que ha sucedido?


"HASTA LA ULTIMA GOTA" ✔ #1VAMPIROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora