Capitulo 8

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Lentamente abri los ojos, tarde unos segundos en que mi vista se acostumbrará a la luz de la habitacion, me dolía la cabeza, las piernas...estaba echa polvo.

Con quejidos y algo desorientada miré a mi alrededor.

Estaba tumbada en la cama, con un chico  enorme y fuerte de cabello oscuro  rodeandome la cintura con sus brazos.

Ambos tumbados y arropados entre las finas sábanas blancas.

Queria levantarme de la cama, queria alejarme de el, respire hondo pensando mentalmente como librarme de sus brazos sin despertarle, pero me apretaba hacia el con tanta fuerza que era imposible separarlo de mi.

-Marcos...sueltame...-susurre sobre su oído, pero mis palabras fueron ignoradas, ya que ni si quieta se movió, no se inmutó.

Me costaba creer que aún siguiera dormido, ¿no tenían un oído más desarrollado de lo normal? ¿Como era posible que no me hubiera escuchado?

Me quedé con la cabeza mirando al techo, pensativa, perdiendo la paciencia, tenia demasiada hambre como para seguir perdiendo las fuerzas aquí tumbada.

Ligeramente moví mi cuerpo para alejarme de él, pero sus brazos volvieron a agarrarme por la cadera, para atraerme de nuevo hacia el.

¡Maldita sea Marcos! Mi estómago rugió con fuerza...estaba hambrienta.

-Sueltame - dije esta vez en voz alta, en una clara súplica de desesperación, sus ojos seguían cerrados, su respiración era suave, su fuerte pecho suvia y bajaba con lentitud, a pesar de su pálido y frío rostro, su cuerpo desprendía bastante calor - Marcos tengo hambre...

-Calla - hablo sin abrir los ojos, me tapo la boca con una de sus manos para evitar que siguiera hablando, acercó su boca hacia mí cuello dejando sus labios a centímetros de tocar mi piel, aspiro con fuerza mi olor - Yo también tengo hambre.

Se me tenso todo el cuerpo al escucharle, rapidamente mi pulso se aceleró, le miré con una mezcla de confusión y miedo. ¿Que pensaba hacerme?

-Hueles bien...-murmuro más para si mismo, el aún seguia con los ojos cerrados, lo tenia encima mía, con su nariz aspirando el olor de mi cuello con fuerza- Sangre, tu sangre...huele muy bien.

Aparte su mano de mi boca para evitar que me la siguiera tapando. Para mí sorpresa este no opuso resistencia.

-Marcos...me estas asustando - dije con la voz entrecortada, fue entonces cuando abrio sus verdes ojos y me obserbo detenidamente procesando lo que acababa de pasar.

Rápidamente, a una velocidad sobrehumana la cual mi vista no pudo captar Marcos se apartó de mi, alejándose hasta el borde de la cama, dejando distancias considerables entre ambos.

Se me quedó mirando, con seriedad en su rostro.

-¿Que crees que haces? - dijo mirándome de arriba abajo - ¿Me estabas abrazando?

-¿Que? Ah no, no esto si que no ¿te estás burlando de mí? -dije ofendida y enfadada - Eres tu el que me estabas abrazando a mí, además casi me muerdes -Proteste refiriéndome a su anterior comportamiento.

-¿qué quieres que haga? Me cuesta controlarme, cuando te huelo, mi mente solo piensa en morder tu cuello y beberme tu sangre hasta la última gota, hasta exprimir todo tu cuerpo y dejarte seca por dentro- le interrumpí golpeando los brazos contra el aire.

-Vale vale, no hace falta que me lo describas. Me habías asustado, al ver tu boca sobre mi cuello, pensé que me ibas a morder.

Se relamio los labios mientras dejaba a la vista sus puntiagudos colmillos, sentí un escalofríos al pensar que con esos mismos colmillos habia asesinado a humanos

"HASTA LA ULTIMA GOTA" ✔ #1VAMPIROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora