09. gauloises // guy-man

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𝐆𝐀𝐔𝐋𝐎𝐈𝐒𝐄𝐒

𝐠𝐮𝐲-𝐦𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐦-𝐜𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨 — 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐰𝐨𝐫𝐤 𝐞𝐫𝐚

𝐠𝐮𝐲-𝐦𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐦-𝐜𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨 — 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐰𝐨𝐫𝐤 𝐞𝐫𝐚

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         HAN PASADO SEMANAS DESDE QUE LOS DOS SE CONOCIERON. Durante un mes, decidieron coincidir cada viernes del evento británico: Bugged Out!; a un año de su establecimiento, éste obtuvo una gran popularidad entre habitantes locales y extranjeros, ya que, por una vez a la semana estaba asegurado una deleitante escapatoria por medio de la música electrónica, al igual que inesperados sucesos que finalizarían exitosamente la noche. Conforme los días pasaban, las noches se volvían más amenas para ambos; ya que, a diferencia de los demás jóvenes que continuaban disfrutando el movimiento en la pista, el par aprovechaba las últimas horas para escabullirse por algún rincón dentro del establecimiento; en otros casos, cuando la música parecía favorecer el momento, el bar solía ser una de las opciones para sentarse y admirar el entorno mientras las primeras demostraciones de cariño se iban presentando entre ellos; o, como última alternativa, la joven contagiaba al francés para bailar por cortos segundos entre el gentío. Definitivamente este día se sentía diferente. Al ser el último día del evento para el dúo francés, Guy-Man quería aprovechar cada momento con ella, puesto que, estaba completamente decidido en cambiar ligeramente los planes.

       Con Luke Slater & Ian Pooley encargándose de ambientar a la multitud, la joven es divisada por el francés a pocos pasos de él, por lo que se apresura en acercarse a ella para acercarse a su oído y susurrarle unas cuantas palabras antes de que ella pudiera reaccionar: «Ven conmigo, hay un lugar que quiero mostrarte». En definitiva, la profunda voz hizo estremecer a la chica, especialmente cuando previamente posó delicadamente su mano sobre su hombro descubierto.

—Todavía tenemos toda la noche —sonríe—. ¿Por qué la prisa? —como respuesta a su pregunta, el joven tomó delicadamente la mano de la joven mientras le contagia una ligera sonrisa juguetona, transmitiendo lo suficiente para convencerla y guiarla presurosamente hasta un sitio en las afueras del edificio para obtener un encuentro más íntimo.

      Al traspasar la añil puerta metálica, la joven percibió la bienvenida de una ligera y fresca brisa, la cual encaminó su mirada hacia una solitaria área espaciosa, delimitada por unas paredes de ladrillo y algunas rejas, que de alguna manera, estaban bien establecidas, de tal forma que ofrecía una amplia vista hacia la calle y a la despejada noche, la cual complementa perfectamente el tranquilo ambiente del lugar.

        Conforme dió  algunos pasos para explorar la zona, el francés admiraba secretamente los movimientos de la chica mientras se acercaba por detrás. Percibiendo que la temperatura bajaría, la joven sintió como él posicionó sobre sus hombros una chaqueta de cuero. Instintivamente, la joven sujetó la parte superior para mantenerla firme, encontrándose con una de las manos del joven, la cual seguía asegurándose de que esté correctamente acomodada. Es en ese momento en que aprovechó para enfrentarlo y disminuir el espacio entre ellos.

       Recordaba exactamente cada facción de su rostro, sin embargo, en esta ocasión, ella se embelesó por él. Aquellos ojos, profundos y azules, que se ven distraídos en asegurarse de que todo estuviera en orden, se ubican detrás de algunos mechones de cabello, pertenecientes a su melena castaña y oscura, moviéndose delicadamente por las tenues ráfagas de aire que los envuelven. Sus facciones tranquilas y firmes, ahora forman una pequeña sonrisa hacia ella, dirigiendo con curiosidad a la joven que mantiene posados sus ojos sobre él. Manteniendo su cercanía, la chica expresa una tenue y coqueta sonrisa para generar en el francés una sutil risa.

—¿Te agrada? —cuestiona en un murmuro lo suficientemente audible para que la joven distinga su profunda voz, acompañada de un notorio acento. Refiriéndose al lugar secreto que había encontrado, la joven ladea levemente su rostro para darle una segunda ojeada al espacioso lugar detrás de ella. Disfrutando de la unión de sus manos, torna su vista hacia él para asentir satisfactoriamente. «Me pregunto qué tienes en mente esta noche», expresa suavemente la chica. Inmediato a ello, él fija directamente su azulada y reconfortante mirada hacia ella, dando a conocer nuevamente la respuesta a sus pensamientos. Simultáneamente, él entrelaza, por un momento, las manos en contacto para proporcionarle una leve caricia. Y así, finalmente sonreírle. «¿Tienes alguna sugerencia?», pregunta ligeramente con respecto a lo que tiene planeado para perfeccionar su velada. A lo que el joven orienta ambas manos dentro de uno de los bolsillos de la chaqueta para lograr sacar un misterioso objeto que ambos sacaron entre manos—. Compartir uno contigo —aclara entretanto le revela la cajetilla de cigarros que su agarre comparte.

       Con una notoria sorpresa, la chica accede a la propuesta del francés. Por lo que, él, soltando por un momento su mano, hábilmente logra obtener un cigarrillo deslizándose sobre la parte superior de sus yemas frías, mientras que con la otra sacó su encendedor para prender la punta del cigarrillo. Sin poder evitar darle una calada, le intenta acercar cautelosamente aquél objeto; consiguiendo que ella centre su atención en imitar su acción, el francés se apresura en deslizar delicadamente su mano disponible a la mejilla de la joven, cautivándola con el tacto. Estudia el rostro de la joven mientras aleja el cigarro, contemplando cómo sus curiosos ojos se vuelven a fijar sobre él, y aquellos labios curvados, que no ha podido parar de contemplar en toda la noche. Es entonces que acerca su rostro hacia ella, tratando de formar una unión previa.

         Tirando el cigarro al suelo, el joven aprovecha a tomar las mejillas sonrojadas de aquella muchacha. Finalmente, retira el poco cabello que reside en su oreja y roza sus labios delgados junto a los de ella para tomarse el tiempo para saborear lentamente aquella deleitante sensación del próximo contacto. El francés, con más firmeza, sin olvidar la delicadeza de su tacto, posa ambas manos sobre sus mejillas para acercar su rostro y juntar suavemente sus labios. En toques lentos, desprevenidos, pero con un misterio y una sensualidad que le hacía creer que podría desmayarse frente a él, la joven se deja llevar por el tacto de aquel primer beso. Las manos de la joven suben hasta el abdomen del joven, siendo su tacto el que crea una agradable sensación al francés, ya que, simultáneo a ello, él no pudo contener una sonrisa.

        Sin querer hacerlo, el joven libera su rostro ante la carencia de oxígeno, dejando que la sonrojada chica se recargue sobre una de sus palmas, el agarre de sus manos da espacio a que sus pulgares ofrezcan un pequeño masaje en sus mejillas. Era cierto que la joven no quería que se detuviera aquel acto, sin embargo, al momento en que el ojiazul se dio el momento para pronunciar dos palabras que llenarían su corazón de una inmensa alegría, no dudó en comprender la razón.

          Ante la declaración, la chica es ahora la que atrae levemente el rostro del joven mientras descansa una mano en su abdomen y la otra viaja hasta el cuello, lugar en donde sus dedos juegan con sus lisos cabellos; de esta manera, él le responde con una ligera tardanza, pues uno de sus brazos se apegó al sostener su cintura, atrayéndola para sentirla aún más cerca. Con movimientos y roces más insistentes sobre sus labios, más desesperados, más apresurados, más pasionales. Disfrutando el atrevimiento, la joven ríe con él al terminar aquella intensa sesión, compartiendo una sincera y aliviada mirada entre sus cortos recesos.

      Al no planear terminar en algún tiempo cercano, ambos enamorados fueron a sentarse a una cómoda banca en la que continuaron con más tranquilidad el momento que la noche les brindaba.

   En definitiva, la mejor manera de pasar una noche como aquella.

[...]

NOTA: Si tienen alguna idea en específico para desarrollar un one-shot entre los dos miembros de Daft Punk, son totalmente bienvenidos. Siéntanse con la libertad y confianza de comentarlo o mandarlo por mensaje privado a cualquiera de las dos escritoras. Saludos.

One Shots; Daft PunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora