04. night encounters // guy-man

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𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑𝐒. 

𝐠𝐮𝐲-𝐦𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐦-𝐜𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨 - 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐰𝐨𝐫𝐤 𝐞𝐫𝐚.

𝐠𝐮𝐲-𝐦𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐦-𝐜𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨 - 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐰𝐨𝐫𝐤 𝐞𝐫𝐚

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      CAMILLE CALLA SU VOZ DE REPENTE. Se para sobre la esquina del otro lugar, con un vestido, por debajo de sus rodillas, ajustado de lentejuelas brillantes tanto que al mirarlas te puedes quedar ciega o perder el equilibrio de tus ojos. Sus plataformas de color negro le proporcionan la suficiente altura como para hacerse crecer, sin embargo, aquellos tacones del demonio hacen que pierdan cierto equilibrio cuando quiere caminar de manera consistente y correcta.

—La música de ese lugar era buena. —una voz femenina afirma con una emoción extrema mientras que su respiración está nerviosa de forma inminente.

—¿Bailaste mucho? —le dedico una sonrisa divertida y mis labios se amplían libremente. —. Te noto algo exhausta. —río añadiendo una sonrisa final.

—¡Lo raro sería que no lo hubiera hecho! —ella toma mis brazos de forma insistente y se ríe a carcajadas. —.  ¡Vamos era Daft Punk! —vocifera por toda la calle.

—Escuché el último single —hablo con una voz poco convincente. —. Está bien. —río ligeramente.

Apoya una de sus manos sobre mi hombro, y cuando consigue mantenerse en pie desabrocha la cremallera de esos altos tacones de color negro de forma instantánea. Cuando lo consigue deja expulsar un suspiro de alivio, como si se hubiera quitado el mayor peso de encima. Me dedica una sonrisa copiosa y camina por las calles anochecidas de París con sus medias tupidas de color oscuro dejando sus pies al descubierto.

—Diablos —maldice—. El suelo está helado —su voz se vuelve aguda y comienza a mover los pies como si realmente los tuviera sobre un fuego. —. ¿Puedes pasarme el bolso? — mira aún afligida y junta sus manos.

—Toma —río al observar su incómoda postura. —. Lo llevé todo el tiempo, deberías darme las gracias al menos. —afirmo.

— ¡Gracias! —ella me mira con un gesto extraño tras seguir sintiendo el frío sobre sus descalzos pies. — . ¡Gracias mejor amiga! —afirma de forma divertida y me sacude.

Le dedico una risa divertida, porque Camille está loca, solo a ella se le ocurría portar esos tacones de aguja de cinco centímetros, cuando precisamente lo que iríamos a hacer toda la noche es bailar sobre un club de grandes proporciones.

—Chica lista. —por un momento mira a mis pies que están cubiertos sobre unos zapatos Oxford con cordones y de color negro.

Vuelvo a sonreír. Vuelve a sujetar mi brazo para sacar de su bolso de asa marrón unas deportivas  de color blanco y con franjas negras. Suspira de alivio otra vez, aunque sus pies están hinchados y con rojeces notables. 

One Shots; Daft PunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora