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Miraba a su alrededor, era la primera vez que iba al supermercado con su padre desde que llegaron a aquel país, así que con sus ojos trataba de captar cada color y producto que veía, con su nariz cada tipo de olores le llegaban, la estética y orde...

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Miraba a su alrededor, era la primera vez que iba al supermercado con su padre desde que llegaron a aquel país, así que con sus ojos trataba de captar cada color y producto que veía, con su nariz cada tipo de olores le llegaban, la estética y orden de cada pasillo o sección era también de admirar.

Había cosas que entendía que era y/o para qué servían, pero lo que más destacaba ante sus pocos conocimientos, era la diversidad de productos que había en aquel país, ¿porque cinco marcas para el mismo uso? Le era tan extraño todo.

Cada producto que Viktor echaba al carrito del super, la curiosidad del pequeño era tan grande que primero tenía que explicarle que era y para qué servía, dando pequeñas pláticas llenas de risas.

Era imposible para cualquiera que pasara a sus lados no morirse de ternura, sobre todo por esos grandes y brillantes ojos azules adornados con grandes pestañas rubias.

Pasaron a una sección algo más fresca, entre más se acercaban a un tipo de estantería en la pared, más fresco se sentía el ambiente, sumado la pequeña humedad que también se sentía. 

Sus celestes ojos veían cada fruto que reposaba en aquél lugar, muchos de ellos ya los conocía, así que lo único que hacía era admirar sus diversos colores.

Pero rápidamente su mirada se desvió a un brillante y llamativo color rojo, unas frescas fresas habían cautivado su vista, a pesar de conocer la fruta, por alguna razón estas se veían más apetitosas y bonitas a su parecer.

Y a pesar de haberse quedado un tiempo admirando cada una de ellas, noto como el carrito volvía a moverse, y viendo como se alejaba, rápidamente llamó la atención del mayor quejándose y haciendo pucheros, el peli plateado se asustó, por lo que rápidamente le preguntó a su pequeño que pasaba.

—¡Quiero! —El menor empezó a apuntar hacia donde se encontraban los frutos a modo de explicación.

—¿Quieres fresas? 

Y con el menor asintiendo con la cabeza, el mayor revisó cada cesta y finalmente escogió una.

Y se la dio al menor quien contento las puso en su regazo, según él, las protegía.

Al final del día, una vez ya en casa, el mayor lavó algunas fresas para el menor.

Lo más tierno fue al día siguiente que el menor fue ofreciendo a ciertas personas algunas de sus fresas, pero como normalmente se quedaba en el despacho de Jack, ambos se la terminaron, siendo el menor el que le dejó la última fresa al mayor y de alto rango de la policía.

Sin duda, el menor había descubierto su fruta favorita, y más que nada, su color favorito.

Buenas, aquí de nuevo, no he actualizado historia por aquí ya que me estuve enfocando en los oneshots en mi cuenta de twitter, pero aquí estoy de nuevo, espero les haya gustado mucho este pequeño episodeo, y más que nada, quería decir que no tiene...

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Buenas, aquí de nuevo, no he actualizado historia por aquí ya que me estuve enfocando en los oneshots en mi cuenta de twitter, pero aquí estoy de nuevo, espero les haya gustado mucho este pequeño episodeo, y más que nada, quería decir que no tienen orden cronológico, por lo que Gus en un episodeo sera un infante y en otro un adolescente, digo esto para variar respecto la historia. Y sin nada más que decir, nos vemos <3

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🍉 ᴀ̆̈ s̆̈ᴍ̆̈ᴀ̆̈ʟ̆̈ʟ̆̈ ᴘ̆̈ɪ̆̈ᴇ̆̈ᴄ̆̈ᴇ̆̈ ᴏ̆̈ғ̆̈ ɢ̆̈ᴏ̆̈ʟ̆̈ᴅ̆̈ 🍓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora