Put*

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Una vez llegamos al hotel. Lucas ya sabía todo. Le di mi número, tal vez tendría la posibilidad de que entre nosotros pase algo cuando le termine a Christopher. Me pidió llevarme al aeropuerto para despedirse, acepté. Me dijo que me esperaría en el loby, yo sólo asentí y me metí a la habitación para hacer mi maleta.
Se suponía que debería ser una semana de diversión y relajación, no que mi mejor amiga estuviera engañandome con mi novio. Tal vez no sea lo que pienso. Pero porqué Verónica me mentiría para irse? A parte ella me dijo que vio a alguien entrar a mi departamento con Christopher. Pero también está la posibilidad de que ella esté con Christopher ahora y para que yo no piense que es ella, tal vez me dijo eso para despistarme. Pero Sara me dio información que la compromete y tal vez puede que sea ella. Mierda. Me voy a volver loca. Necesito salir ya de aquí y cerrar esta maldita mierda de mentiras y engaños.
Fui al loby para encontrarme a Lucas. Ya estaba listo para llevarme al aeropuerto. Salimos del hotel y fuimos camino al aeropuerto.
- Lucas: Me encantaría detenerte y que dejaras a tu tóxico novio por teléfono y te quedaras aquí conmigo. Pero sé que debes hacer esto y lo entiendo. Espero que sepas que iré por ti si me lo pides.
- Elena: Lo sé. Eres un gran hombre y te tendré en cuenta Lucas. Gracias. En serio.
- Lucas: Eres maravillosa, no dejes que nadie te haga pensar lo contrario.
Llegamos al aeropuerto. Me despedí de Lucas y subí al avión. No sé si aguantaré 2 horas con mi cabeza llenándome de pensamientos horribles.
Luego de pensar en qué haría cuando entre al departamento. Ya habían pasado las dos horas, ya había llegado a la ciudad. Llegó la hora de enfrentarme a algo que no quería. Pero debía hacerlo.
Tomé el primer taxi libre que encontré y fui hacia mi departamento. Una vez allí, mi corazón comenzó a latir tan fuerte, que tenía miedo que se detuviera de golpe. Tomé el ascensor y tarde un minuto en entrar. Aunque había pensado en esta ocasión en el avión, todas las posibles escenas pasaban por mi cabeza. Yo sólo quería que Verónica no sea la que esté allí. Puse la llave en la puerta y entré. No había nadie en la sala, tampoco en el comedor o cocina. Comencé a acercarme a mi habitación. Se escuchaban gemidos. Pensé que lloraría, pero no lo hice, hasta ver quién era la puta con la que estaba mi infiel novio. Cuando vi su cara. No podía creerlo. No podía creer que fuera ella. Mi propia sangre, mi hermana, era la amante de mi novio. Mi hermana. Es una maldita puta.

TóxicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora