Desconocido.

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Llegamos a Mexico, Cancún. Que lugar tan hermoso y que chicos lindos que hay. Que estoy diciendo? Tengo novio! Bueno. Si tengo, pero tal vez me es infiel y seguramente pronto esté soltera otra vez.
Verónica me aprieta el brazo, sacándome de mis pensamientos, para mostrarme al recepcionista sexy que nos está atendiendo. Si no fuera su amiga, diría que en cualquier momento ella terminaría acostándose con él y como soy su amiga, lo confirmo. Ella va a terminar acostándose con él.
Se supone que nos tiene que llevar otro empleado a nuestra habitación, pero el recepcionista decide llevarnos él mismo. En el ascensor se puede sentir la tensión sexual entre mi mejor amiga y el recepcionista, si no estuviera allí, seguramente eso hubiera terminado más que en miradas tensas. Una vez salimos del ascensor el recepcionista nos da las llaves de la habitación y entramos, nos muestra la habitación, y es bastante grande y lujosa para ser de bajo costo. Luego nos saluda y sale de allí. Miro a Verónica, con una cara bastante obvia, comienza a reír.
- Verónica: No digas nada. Demasiada tensión sexual verdad?
- Elena: Seguro está esperándote afuera de la puerta.
- Verónica: Tú crees?
- Elena: Tú crees que si yo no hubiera estado en ese ascensor no hubiera pasado nada? Él quiere. Yo lo sé.
- Verónica: Debería ir?
- Elena: Ve. Pero ten cuidado.
- Verónica: Ok, pero y tú? Este viaje se trata de ti.
- Elena: No. Este viaje se trata de divertirnos. Vete antes que se vaya ese chico sexy y lo lamentes.
Ella sale apresurada hacia la puerta y cuando abre, bingo! Estaba ahí el recepcionista. Verónica le pregunta si tenía algún lugar a donde ir y él le dijo que tenía uno perfecto para ella. Cerró la puerta dejándome sola en la habitación.
En ese momento saqué mi celular para avisarle a Christopher que habíamos llegado y como no atendió decidí escribirle un mensaje. No respondió. Sólo pensé "está ocupado", y traté de no seguir pensando en ello. Comencé a buscar en mi maleta algo para ponerme luego de bañarme.
Fui a la ducha, me relaje unos minutos y una vez lista salí de la habitación rumbo a la playa.
Era hermosa la vista que tenía frente a mi, el atardecer se veía hermoso y aunque estaba sola allí, me sentía cómoda así. Tal vez ese sentimiento era una señal de que debía dejar a Christopher y vivir mi vida sola. Pero nada estaba escrito aún.
Mi comodidad se rompe al sentir una mano en mi hombro.
- Chico desconocido: Hola, ese lugar está ocupado?
Señala a el asiento qur tenía a mi lado.
Negué con la cabeza y él comenzó a caminar hasta sentarse allí. Me mira.
- Chico desconocido: Me llamo Lucas - estrecha su mano - Tu nombre es?
- Elena: Me llamo Elena, mucho gusto.
A decir verdad el chico era lindo, bastante lindo. Tenía unos ojos azules que preferiría mirarlo a él en vez de al mar.

TóxicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora