En su retorno al hogar, Aletes [¿no encontró otra cosa que?] tristeza y pesar.
Los Superiores.Durante toda la conferencia permanecí absorto en los interesantes comentarios que se realizaban. Tanto que, al finalizar el debate y mirar a mi derecha, descubrí sorprendido que el profesor Moreiras se había quedado dormido. Era normal: llevaba dos días casi sin dormir y ésta era una materia que no era de su especialidad. Le puse la mano en el hombro para advertirle del fin de la conferencia, y despertó sobresaltado:
—¡La entropía! ¡La entropía! —exclamó agitado—. La entropía representada como el área del horizonte de sucesos puede ser entendida como una medida del «conocimiento del desconocimiento» de un agujero negro.
—No te preocupes, Mateo —me dijo Sonia, sentada a la derecha de Moreiras—. Ya me ocupo yo de él.
Cuando se fueron Sonia y el profesor Moreiras, pensé en volver a intentar mantener un momento de diálogo con João Pinto. Me acerqué discretamente a él y, cuando se cruzó en mi camino al salir del paraninfo, aproveché para dirigirle unas palabras:
—João, has realizado un magnífico comentario durante la conferencia.
Ni siquiera me miró. Siguió andando, fijando su vista en el suelo, como si no me hubiera visto. Me produjo una profunda tristeza. Fue como saludar a un cadáver.
Aquella noche medité detenidamente sobre el origen de la Vida. El relato de Los Superiores, encontrado en un viejo planeta perdido en mitad del espacio, aportaba indicios valiosos, pero no era la prueba de nada. Mi conclusión fue que si era verdad que toda la Vida del Universo tenía un origen común había que probarlo, y probarlo de forma concluyente. Y un relato épico extrasolar, por interesante que nos pareciera, no era una prueba de nada. Sin embargo, en mi cabeza no dejaba de repetirse lo de «en los hielos del espacio».
Y así quedaron las cosas hasta que, pasados unos años, Laura del Olmo, la competente directora del Centro de Control de Sondas Interestelares, decidió revelar su pequeño secreto...
Durante todo este tiempo de la terrible moratoria, João Pinto había querido seguir trabajando. Él era el Sembrador de Baraka y, si se le impedía enviar microsondas al espacio profundo, podía estudiar su exoplaneta desde otro punto de vista.
A menudo, me lo encontraba por los pasillos de la facultad con la mirada perdida, meditabundo, abstraído en sus pensamientos. Nunca hablábamos. Él prefería estar siempre solo. Es como si aquel gran sabio hubiera decidido romper con todo y viajar con su mente a otro mundo. Muchos llegamos a preocuparnos por él, pero rechazaba cualquier intento de ayuda.
Laura del Olmo me comentó que durante ese periodo João había vivido obsesionado por el planeta Baraka. Algo rondaba en su imaginación. Algo grande, de lo que sólo hablaba con ella. No podía confiar en nadie más, ni siquiera en mí. Habiendo una siniestra red de radicalizados de Black Stars por todas partes era muy importante mantener el secreto sobre su idea. Nadie, salvo las personas imprescindibles, podían enterarse. Con el tiempo comprendí que el extraño comportamiento de João no era otra cosa que una manera de confundir a sus posibles enemigos. Para él era muy útil pasar por un científico excéntrico, inofensivo, sin ningún valor para producir nada científicamente valioso; pero, según me comentaba Laura, había seguido siendo el mismo. Trabajaba con la pasión y la energía de siempre.
Era sencillo explicar la idea. Alfa Centauri A y B eran estrellas masivas y muy luminosas. Si alguna de las microsondas había llegado con su vela solar intacta hasta la órbita de Baraka, entonces estaba preparada para ¡regresar a la Tierra con muestras de Baraka!
Se podía hacer, incluso respetando la moratoria. No era necesario enviar microsondas, bastaba con traer las que ya estaban allí...
Cuando João se lo propuso, Laura no pudo negar que la idea tenía sentido, era teóricamente posible, pero muy difícil de conseguir. La moratoria limitaba los lanzamientos de sondas, pero nada impedía poder seguir operando con las que continuaban activas en el espacio.
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Exoplanetas y Contacto (FINALIZADO)
Science Fiction¿Hay vida más allá en las estrellas? El mayor enigma de la historia de la humanidad por fin va a ser resuelto. Y de forma sorprendente...En el futuro siglo XXIX el sistema solar se ha convertido en una compleja civilización post-apocalíptica en la q...