꒰🥚 "♡ ᵎ꒱ jimin se pregunta muchas cosas camino a casa de la señora jeon, donde ejercería su nuevo trabajo de niñero. en primera, ¿por qué debería cuidar a alguien tan solo 4 años menor que él, quien era casi mayor de edad? jimin imaginó un "niño pr...
ahora estoy dando vueltas en mi cama, hay muchas cosas para cuestionarnos y pocas ganas de aceptar las cosas. al final, terminé aceptando cuidar a yoongi, ganas de golpearme con comentarios desubicados no me faltan. sé que es totalmente erróneo sentir pena por la gente, y en este caso no es para menos, yoongi no quiere ser considerado un peso muerto porque él no es eso, y debe ser difícil no se considerado un estorbo cuando estás limitado a cualquier actividad porque puede salir lastimado.
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—¿qué tal te fue hoy con yoongi?- preguntó heejin, mirándome expectante.
—hmm, es un poco...- interrumpió al ver que no encontraba palabras para describirlo.
—¿torpe?- sonrió, negando para suspirar.
—¡n-no en el mal sentido! es adorable y todo sólo que no entiendo muchas cosas.
y aquí es donde entró una charla explicando que es la dispraxia, como yoongi se siente al respecto y cosas que el no podía hacer o escuchar.
—creo que lo entiendo.- no, deberías irte, no estás listo, jimin.
—sé que es muy probable que nunca hayas escuchado algo así y te resulte incomodo, podemos pagarte más si es necesario, pero en serio necesitamos que alguien se haga cargo de él.- heejin y yo nos vimos y yo sentía que realmente tenía que ayudar de alguna manera.
—está bien, acepto el trabajo.
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—okey, dejamos las compras para el almuerzo de la semana, todo está en su lugar, puedes llamarme si pasa algo.- decía heejin mientras se ponía su mochila y bueno, jungkook solo...
—¡pero es que no quiero dejarlo!- exclamó mientras se aferraba a yoongi, quien ya quería que lo suelte o lo iba a terminar asfixiando.
—ya, oye, vamos.- y la misma escena del día anterior, heejin intentando llevar a jungkook a la puerta.
—¡si no cuidas bien a mi hermano, yo-!- y ya no pude escuchar nada porque la puerta principal se cerró y solo quedé con yoongi adentro.
ambos nos quedamos viendo, el sentado desde el sofá y yo parada en la entrada de la cocina.
—¿tienes hambre? ¿quieres desayunar?- le pregunté mientras iba a sentarme a su lado, él estaba cubierto con una cobija mientras peinaba su cabello, se detuvo y me sonrió, para asentir.
fui a la cocina a cocinar algo para él, lo veía a través de la puerta y él estaba hablando consigo mismo en voz baja, no llegaba a escuchar del todo.
—yoongi, ven, está listo.- dejé todo servido y él vino feliz. bueno, casi termina golpeando su cara en la silla cuando tropezó, pero allí estaba para proteger su linda cara de gato.
—¿puedo usar un tenedor?- me preguntó, sus ojos estaban más grandes de lo normal mientras tenía un lindo puchero, no podía decirle que no, pero ayer me explicaron que yoongi no podía usar cosas que tengan filo o punta, un tenedor luce inofensivo pero, pues, yoongi es yoongi.
—no puedo hacer eso, yoongi.- suspiró y asintió, no quería ver caras tristes así que iba a ir a la sala, hasta que me detuvo.
—¿no comerás conmigo?- usó la misma mirada anterior, ¿cómo decirle que no? hice una taza de café y me senté frente a él.
—tu cabello es muy bonito.- sonó tan normal, pero lo que sentí cuando dijo eso no es normal.
—el tuyo también es lindo.- le devolví la sonrisa y él siguió comiendo. hablaba de momentos sobre las cosas que hizo en algún momento y estaba orgulloso, hablaba muy animado.
—una vez quise imitar a mi hermana, pero terminé cayendo del juego del parque y me fracturé el brazo.- lo contaba con tanta tranquilidad, como si no haya sido nada, como si fuera un día a día.
—¡dios! ¿cuándo pasó eso?- pregunté asombrado, nunca me he roto nada y solo imaginar eso hace que me quiera internar a mi mismo.
—-hmm, cuando tenía 14 años creo, ese día castigaron feo a heejin por mi culpa.- se quedó mirando a la nada, como si quisiera recordar, pero luego suspiró y sonrió.
—¿es la primera vez que te has hecho tanto daño?- él empezó a reír como si mi pregunta fuese un chiste.
—uh, digamos que soy un gato rebelde, las reglas a veces están por algo y yo antes no las seguía. supongo que por eso el hospital en su momento fue mi segundo hogar, pero ahora crecí y quiero ser más cuidadoso conmigo mismo.- su sonrisa reflejaba nostalgia.
—pero, tu vida es tan monótona, ¿no crees que deberías intentar adaptarte al exterior.- solté, quizás no debí meterme en eso, pero no quiero creer que alguien puede vivir tan cuidado y limitado.
—jimin, no funcionó y no creo que lo haga. ya me resigne a que mi vida no puede cambiar y lo más probable es que terminé colgándome a los 27 o algo similar.- quizás reía ahora de mi cara de asombro, ¿cómo alguien podía referirse a si mismo como si no sirviera en lo absoluto? mejor dicho, ¿cómo podía decir eso con tanta naturalidad?
—pero que seas algo más torpe a lo promedio no quiere decir que no puedas intentarlo aún más.- me puse de pie para ponerme al lado suyo, tomando su mentón y haciendo que me miré.- prometo que haré que tu vida cambié.
—j-jimin...- no lo dejé continuar porque sabía que solo diría algo negativo.
—ahora, ¿qué te parece si vamos al parque un momento?
