Matar por Placer

Blake & Austin.

Capítulo 5

Blake & Austin.

BLAKE

― ¡Cecilia!

No puedo evitar gritar cuando el sonido de un hueso saliendo fuera de lugar retumba en mis tímpanos, fue ahí cuando comencé a preocuparme por ella. Sigo procesando el hecho de que Cecilia conoce a Tara, ¿cómo es eso posible? Oí su voz al momento de pronunciar el nombre de Tara y sonaba...contenta. Como si una paz interior hubiera llenado su cuerpo; pero la respuesta de Tara es la que en verdad me ha dejado atónito. Impotente.

Al ver felicidad irradiar de Cecilia al ver a Tara, lo lógico sería que Tara experimentara los mismos sentimientos de afección, más Tara reaccionó de una manera agresiva y salvaje. Se terminó abalanzando en contra de Cecilia, haciendo de su prioridad el otorgarle sus mejores golpes. La pateó en las costillas, golpeó su rostro con fuerza, la empujó contra la pared causando que Cecilia cayera al piso buscando alguna oportunidad para recuperar el aliento. La violencia con la cual atacaba era la de una bestia, sus nudillos sangraban de la fuerza con la que impactaban a su víctima.

― ¡Tara!

Austin tampoco logra comprender lo que está sucediendo, aunque dudo que cualquier otra persona lo hubiera hecho. No todos los días una chica nueva en el equipo reconoce a Tara e intenta acercársele con simpatía antes de ser atacada por ella.

No puedo seguir aquí sin hacer nada, me apresuro en salvar a Cecilia cuando veo que Tara está a punto de sacar una navaja. Esto es serio. Austin también lo nota puesto a que me ordena a recoger a Cecilia del suelo mientras se encarga de sujetar a la rabiosa Tara cuyos intentos de escapar de los brazos de Austin no parecen tener éxito alguno. Siento el cuerpo de Cecilia debilitarse en mis brazos, en verdad Tara quiere matarla y está dispuesta a todo para lograrlo.

Al voltear mi rostro por una fracción de segundo logro observar donde Austin se encuentra reteniendo a Tara, ella ya ha logrado hacerle unos cuantos rasguños con su navaja. Los orbes verdosos de Tara parecen haber sido pintados de rojo, incluso a la distancia puedo distinguir la furia que resbala en forma de lágrimas. En verdad desea ver la sangre de Cecilia manchar su ropa, ver su alma abandonar su cuerpo, sentir como su corazón deja de latir por completo.

Nunca la había visto tan exasperada por matar a alguien... Nunca.

― ¡Ella debe morir!

Los gritos de Tara son realmente alarmantes y perturbadores; erizan mi piel e incluso llegan a perforar mis huesos en forma de agujas. Es irracional como Cecilia tiembla de pies a cabeza, no logró descifrar si del dolor que ha de sentir o del susto que se ha de haber llevado. Aquella serenidad que experimentó hace tan solo unos minutos terminó siendo una ilusión, un sueño el cual Tara se había encargado de despedazar.

― ¡Tranquilízate! ― Austin hace su mejor esfuerzo para no lastimar a Tara evitando, al mismo tiempo, que ella lo degollé. Idiota. Debería dejarla inconsciente o simplemente inmovilizarla por completo, a veces pienso que a Austin le importa demasiado Tara.

Debo concentrarme.

Tara sigue peleando, ¿qué rayos le sucede? Normalmente logra controlarse, siempre actúa como la líder que es sin mostrar emociones hacia algo o alguien. La única sensación que he logrado apreciar reflejada en sus orbes verdosos ha sido el placer de desquitar su estrés y furia en sus víctimas. De ahí en fuera es seria, calculadora, un cuerpo más en la pila del olvido, pero ahora está descontrolada. Cecilia detonó algo dentro de Tara, algo que mantuvo oculto por años: su corazón.

Debo acabarlas.

―No te duermas. ― Los parpados de Cecilia comienzan a cerrarse, maldición, lo que menos necesito ahorita es que se desmaye y ponga en peligro su vida. Una contusión solo evitaría que cumpla mi objetivo con ella: ganar su confianza.