Encuentros

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    El día de trabajo de Jimin no había tenido novedades. Salvo un pelinegro que constantemente aparecía en sus pensamientos. Las 7 de la noche habían llegado y su hora laboral había concluido.

   Salió en su motocicleta mientras escuchaba como truenos anunciaban que estaba por comenzar a llover y a pocos segundos de arrancar empezó a caer un aguacero que fácilmente podría volverse un diluvio.

  Estacionó su vehículo frente a una cafeteria que estaba cerca y entró al lugar para resguardarse de la lluvia.

-Buenas noches- dijo cortéz el pelimorado al chico del otro lado del mostrador - me da, por favor, un capuchino y una porción de pastel de chocolate.

-Claro- dijo el muchacho de cabello castaño - puedes sentarte, en unos minutos te lo llevan a la mesa.

  Jimin se dirigió al lugar seleccionado mientras veía por la ventana a gente corriendo de la lluvia afuera.

-Hola, tu café y tu pastel. Que lo disfrutes- dijo una chica de cabello recogido y bonita sonrisa.

-Muchas gracias- Respondió el pelimorado revolviendo el capuchino con una cucharita y probando su pastel el cual estaba delicioso.

Una voz lo hizo mirar al mostrador.

-Cuando quieres que llueva no llueve ¡Ah! pero cuando vas a hacer alguna mierda el cielo se cae ¡Joder! Me mojé todo - dijo mientras reía y peinaba su cabello húmedo hacia atrás - dame un café bien cargado y 2 galletas de avena por favor- giró la mirada y esta enganchó con los ojos del pelimorado.

  Era él... el chico que estaba en el archivero mirando mientras se follaba a la rubia.

Sin dudarlo pidió que se lo llevaran a la mesa donde este se encontraba.

  Jimin desvió la mirada hacia su pastel y sintió su rostro arder- maldita sea viene hacía acá, haz como que no lo viste, actúa normal. Se bebió un trago del café hirviendo y se quemó la boca.

-Hola, ¿Eres el chico del paquete cierto?- preguntó el fornido hombre frente a él con una sonrisa curiosa por los gestos que estaba haciendo el chico -¿Cierto?- volvió a cuestionar, aunque a decir verdad parecía que lo estaba afirmando.

  El del paquete eres tú. Que buen paquete, mierda - pensó pero movió su cabeza negando para eliminar esa ocurrencia tan rara y terminó de tragar el líquido caliente de su boca.

   Jungkook lo miró divertido -¿No eres? Déjame decirte que tengo muy buena memoria y un rostro como el tuyo es difícil de olvidar.

-No, no - negó- quiero decir; sí soy. Disculpa estoy algo desconcentrado- sonrió tímidamente tomando un sorbo de café.

-¿Te molesta si me siento contigo?- preguntó rodando la silla para tomar asiento antes de que respondiera.

-Oh, no hay problema yo igual ya me iba. Y bueno... ya te sentaste- dijo tratando de levantarse.

-Pero... tu café no lo has tomado todo y tu pastel tampoco-  Señaló la mesa y lo miró sonriendo expectante a sus gestos.

-Es cierto, disculpa. te dije que estoy algo tonto hoy, no me hagas caso.

El pedido de Jungkook llegó hasta la mesa.

-Gracias Jin- dijo el pelinegro recibiendo su orden a uno de los meseros.

   El otro chico asintió con una sonrisa y se retiró.

-Entonces... - el más alto da un sorbo a su café negro y mira al pelimorado -te gusta espiar a la gente mientras folla- dijo relajado tomando la tasa con una mano y sosteniendo un pequeño plato debajo de esta con la otra.

SENSEXTION - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora