°Capítulo 1°

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La cabeza me dolía, palpitaba y pareciese que todo mi cuerpo estaba adormecido, intente abrir los ojos pero me dolieron por la culpa de los brillos blancos del techo, gire para evitarlo y pude notar que la habitación en la que estaba era de un azul marino que reconocería donde fuera, estaba en un hospital y fuera de esta habitación veía a mi asistente conversando con un hombre de bata que probablemente era el medico, no le di importancia hasta que ambos voltearon a verme, fingí estar dormido al instante pero la puerta corrediza de vidrio fue abierta.

-Hanta, se que estas despierto- Sentencio el jovencito, no podía culparlo por sonar enojado y preocupado, supuse que el medico me había vendido.

Gire a verlo, el me frunció el ceño y yo le sonreí, el medico se marcho por una alarma en su pequeña radio, me dejo a merced del que ahora probablemente seria un guardián molesto, Kota apenas era un adolescente y sin embargo estaba a aquí con la cara que si tuviera padres ellos me mostrarían, enojado, decepcionado y preocupado.

-Déjame de mirarme así- Le suplique nervioso y el solo se acerco a paso duro y me observo hasta que dejo a mi lado una bolsa, al tomarla note que estaba llena de suplementos dieléctricos y también una barra de chocolate.

-El doctor dice que te desmayaste por desnutrición y anemia. Además no habías dormido por culpa del exceso de cafeína-  Kota se tomo la libertad de casi casi  arrancarme la parte superior de la bata de hospital, pudo confirmar mucho mas lo que el medico ya le había dicho.

Mi huesos eran fáciles de ver, tanto en los brazos como en las costillas y clavícula, veía a Kota cada vez mas perdido en la preocupación que otras emociones, tenia apenas quince años y yo era una especie de tutor para el, me sentí fatal al ver su cara llena de culpa.

-Kota...comprendo lo que estado haciendo y se que debo tomar estas cosas y dormir mejor, pero nada de lo que hayas hecho me trajo hasta aquí- Le di unas palmadas amistosas en la cabeza, Kota era como un gato arisco pero ahora al parecer no le molestaba.-..bien?..

-Bien...pero si esto vuelve a pasar te matare idiota- Reí ligeramente ante esas palabras, asentí.

El teléfono empezó a sonar y tuve que tomarlo yo pues divisaba que era el jefe quien llamaba, no dejaría que Kota fuera regañado por mi tontería depresiva.

-Si señor, buenos días- Salude algo nervioso sin embargo no espere que del otro lado se ollera un suspiro lleno de alivio, Kota a mi lado parecía nervioso y se había trepado a mi camilla para poder oír lo que decía nuestro buen jefe Toshinori.

-Dios Hanta, que alivio escucharte, el medico que te atendió me llamo y me informo de todo...-Kota y yo nos miramos derrotados, si el ya estaba enterado solo teníamos que escuchar en esa llamada-...como se te ocurre jovencito, te dije que evitaras la cafeína y que durmieras bien, era un día muy ajetreado, salimos en todas las portadas y déjame decirte que muchas dicen que te exploto laboral-mente..

-Perdón por eso- Lamente, oí del otro lado otro suspiro pero esta vez de resignación, espere su respuesta teniendo miedo de que ya no permitiera que Kota me acompañara a los eventos.

-Descuida...aunque  por el momento...aquí todos piensan que Kota debería cambiar de tutor- Sabia que algo así pasaría, ya lo estaba aceptando pues tampoco quería que Kota se quedara con alguien como yo, estaba por aceptar lo que el señor Toshinori había decretado como si castigo y finalmente mi sentencia.

-No lo haga¡.. -Kota arrebato el teléfono de mi mano y lleno de desesperación empezó a dar vueltas por la habitación dando escusas.

-Kota detente..-Rogué y el bajo la mirada silenciando sus palabras, puso entonces el altavoz de la línea, del otro lado la voz de Toshinori sonó compresiva.

-La Vie En Rose- SerokamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora