Radiants || Pre-Valorant Fanfic ||

Capitulo 8

— ¿Qué haces?

— Veo el periódico, debo buscar trabajo.

— ¿Y por qué? Es por...

— No quiero quedarme aquí sin hacer nada.

La mañana del lunes partió diferente para ambos muchachos. Grant tenia el mismo animo de siempre, el cual cambio cuando vio a Alex con el ceño fruncido, tomando de su café. La expulsión parecía haberlo afectado mucho, lo suficiente para tenerlo enojado ya más de una semana.

— Ya supéralo bro.... Estará bien, te aceptaran en alguna univer...

—¡NO DIGAS QUE TODO ES...! — lo interrumpió, cortándose a si mismo a mitad de la frase— que todo esta bien.... No está bien....

— Entonces busca trabajo... Si ser útil te hace sentir mejor...—dijo Grant antes de cerrar la puerta, corriendo apurado.

Alex dio una enorme bocanada de aire. No hallaba la forma de sentirse conforme después de la gran cagada que se había mandado. Los últimos días habían sido muy malos con él, y creía que ese circulo de mala suerte no se cerraría.

Salió a la calle vestido con un suéter café y unos jeans grises, con su bufanda azul marino y sus guantes de cuero y dejo que el frio del invierno entrara por su piel. Cerró la puerta de la propiedad con fuerza, cayéndole algo de nieve en su cabello reluciente. Con un soplido, se sacudió la cabeza y empezó a caminar. Decidido, fue a la cafetería de Alice, con la esperanza de poder encontrarla. Se llevo una gran desilusión cuando no vio su bello rostro en el mostrador. Entro frotándose las manos, y saludo al de turno en la caja, un muchacho de 20 que se sintió sorprendido al verle.

— Esta enferma — respondió cuando le preguntaron sobre la ausencia de Alice—Creo que es un ataque de nervios.

— Oh

— y ¿q-que vas a querer?

— Nada, no tengo ganas de tomar nada... Oye, ¿puedo tomar eso? —señalo un papel en la entrada principal.

— S-sí, adelante.

Camino hasta la ventana del local y metió su mano entre el pie de limón y la boca de un señor, pudiendo alcanzar el papel. Agotado de las peleas y de las discusiones, ignoro los gritos del hombre y se sentó en una silla cercana. Una mueca de felicidad se esbozó en su rostro cuando vio que buscaban un asistente de cocina.

—Oye, ¿aun buscan al asistente?

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El día en la cafetería inicio como todos los días. Abrieron las cortinas, se encendieron las luces. Las máquinas de café empezaron a botar olor y el horno calentó los primeros bollos. Alex tenia problemas con la ropa, pero la chica rubia teñida (de nombre Sophie) le termino de ayudar. Tras la llegada de los primeros clientes, la mampara se abrió brusca, dejando pasar a una Alice despeinada.

—Perdón por la tardanza, el metro... —al ver hacia adelante, transformo sus disculpas en un silencio incomodo— Díganme que esto es una broma.

—Perdóname por buscar trabajo ¿ok?

— ¡¿Puedes dejar de mirarlo en menos?! Dios —se quejó Sophie

Los dos clientes presentes, una señora y un joven, voltearon desconcertados con la discusión. Alice se tomo rápidamente el cabello mientras procesaba la situación actual. Se sacudió la cara, agarro su ropa, aparto a Alex de un codazo, susurrándole  que no se atreviese a hacer algo raro. La puerta del baño se cerro con un fuerte golpe.

— Déjala, lo mismo le paso conmigo cuando llegue... Se le pasara... Espero...

El día termino, y Cadwallader trotaba feliz hacia el metro, cargado con unas bolsas de papel que contenían unos brownies y chocolate caliente, cortesía de Sophie. Cuando llego a la estación, fue empujado por un hombre de rostro conocido, que estaba en plena carrera con una mochila en el pecho. Aturdido, casi no llega a agarrar el tren.  Los altavoces sonaron, y lo ultimo que vio fue un guardia de seguridad corriendo antes de que el tren se perdiera en el túnel.