Vaya, acabo de checar y me sorprende que hemos llegado a las 500 lecturas, me pone muy muy feliz que se tomen el tiempo para leer, pocas o muchas personas, no importa, muchas gracias por el apoyo, espero que de verdad lo estén disfrutando, aunque no sea lo mejor, que tengan lindo día/tarde/noche el momento en el que leas esto, me harías mi muy feliz que me acompañarás a lo largo de está historia, que me des tus opiniones, ¿Que les parece? Y de más, para no hacer el cuento largo, Muchísimas gracias, ahora sí, continuemos
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–Waaa! ¿De verdad?, Si que es muy interesante–el pequeño peliverde sonreía contento, a los ojos de su amigo cenizo, con la completa nada
–¿A quien mierda le hablas Deku?–se acercó al pequeño, quien se sobre salto por lo dicho
–Ka-kaccahan, me asustaste–formo un puchero con su rostro mirándolo a los ojos. El ojigranate lo miraba aún en espera de una respuesta.–E-era un kodama, m-me contaba cosas fascinantes–sus ojos brillaron de una hermosa manera, y sus mejillas tomaron un leve rubor.
La mirada del cenizo cambio a una de confusión, e Izuku bajo su mirada, avergonzado de que Katsuki pensara que estaba loco, si bien el pequeño alfa sabía sobre los Kodamas, se sabe que son los espíritus del bosque, y que en su mayoría eran seres pasificos, podían verse tan amables o aterradores como quisieran. Les gusta compartir conocimiento y sabiduria con aquellos que saben cómo comunicarse con ellos, por lo cual no muchos los encontraban.
–¿Y que te contaban?–el pecoso alzo su mirada, sorprendido de que su amigo le creyera, y sus ojos nuevamente brillaron.
Ambos cachorros se sentaron, uno junto al otro e Izuku comenzó a contarle las grande cosas que los Kodamas le dijeron.
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.–¿Donde estaban? ¡Los buscamos por toda la aldea¡–acercandose a los dos pequeños, la madre del cenizo los miraba preocupada y tomaba a ambos de la mano
–M-Mitsuki-san, estábamos en el bosque, pero era cerca–agacho su cabecita y la mayor paro su caminata
–Humm, últimamente ambos pasan mucho tiempo en el bosque, ustedes dos solos–se agachó a la altura de los pequeños y miro a los dos–¿Algo que tengan que decir?
–N-nada que te importa vieja bruja–desvío su mirada de la de su madre y apareció un leve rubor
–Díganme, no es nada malo–miro a Izuku, y sus grandes esmeraldas tenían un lindo brillo.
El pecoso estaba levemente sonrojado, jugando con sus manitas, se acercó a la mayor y le susurro algo al oído. Mitsuki sonrió enternecida y el pequeño alfa los miro un poco molesto.
Acaricio sus rizados cabellos y le regaló una hermosa sonrisa–Lo ves, no es malo después de todo, ¿tu Katsuki? Dirás de una vez que quieres a Izuku...
Su corazón dio un vuelco, sus ojos no podían estar más abiertos por lo que su madre dijo, comenzó a sentir su corazón acelerado y sus mejillas arder. Izuku no estaba mejor, un sonrojo se apoderó de su rostro y miro sorprendido a ambos cenizos
–¿Q-que? ¡Estás loca! ¿C-como lo querría? ¡Es Deku!, ¡N-no lo quiero!–y tan rápido, como tembloroso salió corriendo del lugar desconcentrado a su madre y el pecoso.
Bajo su mirada y el corazón se le rompió, ver esos ojitos llenos de lágrimas amenazando con salir y verlo temblar le estrujó el corazón, sin pensarlo dos veces, lo abrazo.
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•§E MIO• |omegaverse| «Bakudeku» ||Pausada||
FanficUn simple omegaverse lee y descubrelo