🍮Endulzarias Mi Vida? [Jujutsu Kaisen]

Capítulo Seis

La verdad es... Parte 1/?

Había despertado, sus ojos dolian y su cuerpo igual, sin moverse demaciado giro su cabeza y vio unas flores que descansaban hermosas en un florero.

Su cuerpo dolía como los mil infiernos, río para si misma al recordar uno de sus videojuegos el infierno de Dante. Porque lo recordaba? No lo sabía pero le parecía gracioso, sierto donde estaba su amada consola?.

Distraída divagando entre sus pensamientos, vio que una hermosa mujer de largo cabello castaño había entrado a lo que parecía ser una habitación de hospital.

— buenos días señorita, como te sientes?.— se acercó a la camilla donde ella descansaba.

— como si me hubiesen golpeado muchas veces, por sierto usted quien es?.— le preguntó a la chica que le estaba atendiendo.

— mi nombre es Ieiri Shoko, soy enfermera.— le respondió tomando sus signos vitales entre otras cosas.— cual es tu nombre?.

— soy sukoshi amai, que hago aquí?, donde está Gojo?.— preguntó, pues se estaba poniendo algo nerviosa.— que me paso?.

Sin previó aviso, apareció Gojo hecho un mar de lágrimas. Amai chillo asustada y shoko se golpea la frente con la Palma de su mano, le había dicho a Satoru que esperase afuera y no le hizo caso alguno.

— ¡¡amai-chan, estas bien!!.— se lanzó a los brazos de la chica de gafas, amai corresponde confundida.— me alegro que estes bien, pense que te había pasado algo peor.

Shoko veía la escena un tanto confundida, pues ella conocía a el Albino hace bastante tiempo y jamás lo vio actuar así con alguien.

— pues, estoy bien.— se safo del abrazo de Satoru y lo Alejo un poco de ella.— necesito hablar contigo Satoru.— dijo con semblante serio, gojo supo que era un tema que no podría seguir evadiendo.— podríamos hablar a solas, Ieiri-sama?.— vio a la castaña y esta aceptó, salió de la habitación dejando a ambos solos.

Gojo se Alejo un poco de ella y tomó asiento en una silla cercana.

— adelante, pregunta lo que desees saber, mereces la verdad.

Amai se acomodo en la camilla y lo miro, el Albino sentía que los ojos café de la sukoshi podían leer su alma inquietandolo.

— porque nunca me muestras tus ojos?.— amai lo atacó con la primera pregunta.— siempre pase por alto el que usaras vendas, pues me gustaba creer que eras como Daredevil.— hizo referencia a una de sus películas favoritas de Marvel Comics.

El chamán río cabizbajo, siempre que podía amai hacia sus infaltables referencias y era algo que le encantaba de ella.

— se que no te gustan las cosas muy llamativas, que te pone ansiosa los colores muy fuertes.— hablaba comenzando a desatar su venda.— y el color de mis ojos, es algo así.— finalizó dejando su venda en una mesa cercana.

Amai estaba muy sorprendida, no se sonrojo como lo haría cualquier mujer a la que le enseñara sus hermosos ojos para tratar de conquistarla, ella estaba perpleja.

— valla...— dijo como si viese una hermosa pintura.— tus ojos de verdad son lindos, es como si tuvieses el cielo en ellos.— hablaba embelesada, cosa que puso nervioso a Gojo.

— pero te pone incómodo, así que puedes taparlos otra vez.— le sonrió comprensiva.— que envidia, yo sin embargo tengo un aburrido par de ojos café comun y corriente.— le dijo sacándose sus lentes.

— yo no creo que sean comunes.

Amai lo vio confundida, a que se refería el extravagante de su amigo?.

— creo que reflejan la inocencia que tienes, eres alguien linda y no me refiero solamente a lo físico, si no más bien a el espíritu.

A la joven sukoshi comenzaron a picarle los ojos, quería llorar pero lo lo haría, aun no tenía esa confianza como para llorar frente a el. Así que desvío el tema, como siempre lo hace cuando sus sentimientos estaban sobre la mesa.

— dime, que era lo que nos atacó en el restaurante, porque solo lo vimos nosotros?.— gojo se percató el leve nerviosismo de amai al mencionar la maldición.— era horrible.

— son maldiciones.— le dijo sin rodeos.— son criaturas creadas por los sentimientos de negatividad de los humanos entre otras cosas.

— entiendo...