Capitulo 9. Despedida

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La camilla para recibirme estaba lista, Otabek tenía su ropa con aquel tinte rojo, la sala de choque era un caos, buscaban un acceso venoso, mientras cambiaban aquel collarín que inmovilizaba mi cuello, rompían mi ropa con desesperación, el sonido del monitor prendiendose, fue la antesala a mi despedida.

Escuché varias opiniones, varios problemas que presentaba mi cuerpo, añadidos a mi mal pronóstico - Llamaré a tus padres Yuuri, no te mentire, estas muy grave, no te desanimes, no dejes de luchar - el queria salir, pero lo detuve.

- Otabek... no puedo más..

- No digas eso por favor.

- No puedo luchar más... estoy cansado... he luchado demasiado y.. ya no tengo fuerzas - de sus ojos salian lagrimas, le sonrei, me pedía demasiado, se que tenia una pequeña esperando por mí, pero mi lobo estaba cansado, fui lo más valiente que algun dia pude ser, me quedé solo, luché y di a luz apesar que moria de tristeza, daba mi mayor esfuerzo, dia a dia, ahogaba mi pena cada noche para que ella nunca supiera de mi soledad.

En ese momento, lo vi, en la puerta de aquella sala, sonrei, sonrei una sonrisa triste, Otabek estaba asustado lo sabia - Me han cuidado tanto, han sido mi apoyo, pero ya no puedo, tengo todo en regla, todo...

- Qué estás diciendo?, Yuuri basta!!!, no tienes que decir esto, tu no morirás...

- No... dile a mi pequeña... que papi, irá con papá - mis ojos se cerraron, no recuerdo más, solo se que fue como si me quedara dormido, y entrara al mundo de los sueños, dicen que cuando mueres, ves tu vida pasar.

Y los ví, cada uno de los recuerdos de mi vida, vi un niño que jugaba en los charcos de agua, después un adolescente que se arreglaba para su primera cita, un adulto que tomaba algo de vino escuchando musica en su departamento, y al último un hombre frio, que frecuentaba los centros nocturnos más concurridos de la ciudad.

En que momento me convertí en un hombre así?, cuándo busqué quien pagara los pecados de alguien más?, al final de todo, caminaba en una calle oscura, y el sonido fuerte de un impacto, veia el auto de mi alfa siendo destrozado, en aquel accidente, queria gritar, queria llorar.

Su mano tomó la mia, me sonreia, miré la luna, grande, hermosa, completamente roja, habiamos dejado la ciudad, ahora caminabamos en la orilla de una playa, a lo lejos una mujer hermosa, de cabellos dorados, parada sobre la arena, me sonreía y señalaba al mar, el me soltó, caminaba mar dentro, se estaba haciendo cada vez más pequeño, mis lagrimas caían, incluso ahora, me quedaré solo - Tienes una sola oportunidad Yuuri - me dijo aquella mujer - una sola, recuerdalo siempre.

Abrí mis ojos, al sentir la luz golpear mi cara, me levante tropezando con mis zapatos, gritaba el nombre de mi pequeña, ella no estaba, su risa coqueta no me despertó, busque en todos lados, al borde del llanto, mi cachorra no estaba, cuando abri aun mas los ojos asustado, estaba en mi viejo departamento de soltero, con todo como lo recordaba, me miré al espejo, mirando mi nuca, no habia ni una cicatriz, fue un sueño?, un sueño horrible, lloraba, lloraba demasiado.

Me mire al espejo una vez más, varios minutos, el llanto no se detenia, sali al balcón, los carros pasaban, aquel viejo edificio de enfrente, con gente limpiando sus departamentos, el pitido de los autos, el aire denso de la ciudad, entendi que fue un sueño, un sueño triste, donde sufria por un alfa a quien no supe amar, un alfa que después fue por mi para ir al cielo, limpie mis lagrimas, comencé a pedirle a la madre luna que eso jamas sucediera, mi pecho se oprimia, me sentia desolado, intranquilo.

Salí a trabajar, todo como si nada, sobre mi escritorio, varios oficios pendientes por firmar, en mi bolsa de mi pantalón, algo que me lastimaba, una cajita de tic tac, que guardé en el cajon, recibí aquel mensaje, la cita que tenia planeada, llegué a casa me bañé y me vestí con aquella sensación de que ese sueño fue demasiado para mi pobre existencia.

Las calles de la ciudad, la gente golpeando mi hombro, esa rara sensación de tener algo que golpeaba mi interior, mi lobo removiendose alerta, el tambien sentía que algo no encajaba, se sentía a punto de morir, o apuntó de perder algo, como un presentimiento, veia todo gris, me sentia aun vacio, como en aquel sueño, varias veces me descubrí tocando mi nuca, buscando aquella sensación de tener una marca, añorando una marca de un alfa que vi en mis sueños, siempre he sido una alma libre, odiaba el hecho de atarme a alguien, pero al cerrar los ojos estaba el, su sonrisa, solo el, un alfa que jamás conoceré.

Un alfa por el que lloré, un alfa de ojos celestes, un alfa que tenia mirada de cielo, un cielo, al que yo hice llover.

Un beso al cielo (Victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora