Capitulo 11. Sonrisas

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Habian pasado unas semanas, el habia conseguido un departamento, sonreí, me puse mis mejores ropas, tratando de ser sutil, mire el calendario, sabia que el trairia flores para mi, para iniciar el cortejo, pero jamas llegaron, me quedé esperando por esas flores, sintiendome triste, eso sentiste cuando fuiste bueno conmigo y yo no lo fui contigo?, eso se siente cuando esperas que la persona que quieres haga algo por ti, y no lo hace?.

Quizá habia alterado tanto todo, que ahora el no me veria como un interes amoroso, solo como amigo, salí triste a comprar despensa, venia con una bolsa casi vacía, ya que no encontré nada de mi agrado, cuando una rosa apareció en mi camino, sujetada a un poste, con mi nombre, mire atonito, un camino de rosas hasta llegar a casa, y una carta pegada a mi puerta - Podria usted aceptar el cortejo del alfa que sueña con su presencia cada noche? - me sonroje, busqué en el sobre, sin remitente, no hacia falta, sabia quien sería mi alfa, tomé aquellas rosas las estruje en mi pecho, me llené de su esencia, brinque emocionado, como si hubiera recibido un premio enorme, como si volviera a ser aquel niño que brincaba en la acera, cuando algo le hacia feliz.

La siguiente semana, fue lo mismo, habia sido un dia cansado, después de una junta de negocios bastante extensa, caminé hacia mi silla, un ramo de girasoles en mi escritorio, varios compañeros murmuraban, de aquel detalle sobre la mesa, que traia otro mensaje - Alguien le ha dicho que su sola presencia hace latir mi corazón?, sus ojos me quitan el sueño - todos mis compañeros, miraban mi reacción, no me importó verme ridiculo, sonreia, sintiendome afortunado, esta vez las flores no irían a la basura, acomodé una por una entre libros haciendolas secar, esta vez no esperé 3 meses, esta vez no le daría una caja de tic tac, como respuesta, esta vez los celos de quitarme algo que creia me pertenecía, no me harían responder el cortejo, esta vez no haria más heridas en su corazón, esta vez sabría lo importante que es para mí.

Busqué en el centro de la ciudad, algo que pudiera regalarle, no recordaba que pudiera gustarle, hasta que lo vi, un lugar donde podias mandar a hacer osos de peluche con la ropa de la gente que amabas, con el mensaje que tu quisieras, recordé aquella frasada que guardaba de niño, llena de mi esencia, cuadros azules y rojos, olia a mi en todo sentido, algo tan intimo, regalado de un omega que cortejabas significaba amor sincero e incondicional, era la muestra más grande de aprecio, era decirle al alfa que era el indicado para ti, asi que lo mande a hacer, una vez que el ramo con su nombre llego, compré  resina, y varias cosas, tomé las flores secas, con aquella resina con diversos moldes, hice una caja con aquellas flores, algo hecho a mano, significaba respeto, aprecio, una manera de decir que para ti era un alfa valioso, conservar sus flores significaba que guardarías todo lo que el te diera en tu corazon, que supiera que sus flores eran atesoradas por mi, quería que supiera que el estaria seguro en mis brazos, como yo en los suyos.

Con mi regalo en mano, lo miré a lo lejos, entrando a su trabajo, y la manera en la que varios alfas lo miraban con egocentrismo, caminé apresurado, llamando la atención de varios hombres, quienes me sonreian de medio lado, el caminaba junto con Yurio, toqué su hombro y le sonrei, dejandole ver mi presente, todos nos miraban, el sonreia, queria que vieran que aquel alfa tenia un omega que lo amaba y respetaba, algo que nada podia comprar, que supieran que no estaba solo, que yo confiaba en el, que aunque todos murmuraran que no llegaría lejos, tenia un omega junto a el, que confiaba que volaria más alto que ninguno - Acepto sus sentimientos joven alfa, estare feliz y me sentiré honrado de caminar de su mano.

- Cielos... - su cara estaba roja, pasaba sus manos por su nuca, francamente emocionado - no va a arrepentirse joven omega?.

- Se que jamas me arrepentiré - el me abrazó, yo también, con toda la fuerza del mundo, llenandome de su esencia de su presencia, era un hombre grandioso, mi alfa, varias omegas que pasaban nos aplaudieron, mientras me sentía derretir en sus brazos.

Nuestra primera cita llegó, sabia que el usaría aquella camisa azul cielo, asi que un sueter azul, y unos jeans a juego con su ropa fue con lo que me vestí, caminé de su mano, feliz de hacerlo, y le di nuestro primer beso, bajo las flores de cerezo, mis brazos rodearon su cuello, me paré de puntitas alcanzando sus labios, un beso dulce, un beso lleno de sentimientos sinceros, una lagrima escapó por mi mejilla, el la observo asustado - Sucede algo?.

- Eres mi otra mitad, eso sucede, eres mi luna.

- Y tu la mia...

- Jamas te sentirás solo.. Yo sere tu abrigo.

- Y tu el mio...

Asentí con la cabeza - Si... El tuyo - caminábamos de la mano, al pasar los dias, ésta vez lo escuchaba, cada una de sus anécdotas y recordé algo que no debia pasar por alto, tuve una segunda oportunidad, tuve la oportunidad de decir todo lo que no habia podido, la oportunidad de recibir de nuevo su amor, y su padre?, aun se estremecía mi corazón de pensar en aquel anciano que abrazaba la foto de su pequeño, sollozando lleno de arrepentimientos.

Sabia la dirección, aquel jardín, aquella puerta, el me sonreia mientras cortaba las flores - Disculpe es usted Pavel Nikiforov?.

- Si...

- Soy Yuuri... Novio de Viktor su hijo....

- Mi hijo?... - sus manos temblaron, me hizo pasar emocionado, me invitó a sentarme, mientras me miraba atento, con una mirada dulce, llena de esperanza.

- Se que las cosas entre los 2 estan mal, somos adultos, no debemos dar por sentado todo, se que el espera paciente que usted lo busque.

- El debe odiarme.

- El espera paciente a que su padre llegue y le diga que lo ama.

- No quiero que me juzgue, no soportaria su odio.

- Y si soportaria un dia no verlo más?, perder la oportunidad de hablar con el?, de abrazarlo?, eso si soportaria?, no somos eternos, si la vida le da la oportunidad de hablar no la desperdicie - deje en su mesa un papel con la dirección de nuestra cafetería favorita, no esperé respuesta.

Pasaron unas semanas era su cumpleaños, todos estabamos presentes, el llego apresurado, todos saltamos haciéndolo brincar, gritandole "feliz cumpleaños", Yurio con la pequeña Celeste, envuelta en sus brazos, Otabek aventandole confetti, Phichit aplaudiendo, mi familia presentandose, recibiendo el amor de todos, el se acercó a mí, me rodeo con sus brazos, me cargó, oliendo mi aroma, llenandose de el, me cargaba por los aires, no recuerdo en mi sueño, verlo tan feliz como hoy, la puerta de la cafeteria sonó, un hombre de edad avanzada, con un sombrero a juego, con su ropa formal, entraba ayudado de un bastón, todos guardaron silencio, miré a Víktor, no tenia palabras - Feliz cumpleaños amor - le dije, el me miro serio, caminó hacia aquel hombre.

Todo era silencio, - Feliz cumpleaños - dijo aquel hombre, dandole una bolsita con galletas de mantequilla, aquellas galletas que el me contaba le gustaban de niño, suspiró dejando escapar unas lagrimas para abrazarlo, el hombre se sorprendía, se aferraba a la chaqueta del alfa, sus manos temblaban, y me sentí dichoso, era una nueva oportunidad para todos.

Un beso al cielo (Victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora