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Beomgyu siempre había sido una persona seria y centrada en lo que hacía, sobre todo cuando de trabajo se trataba

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Beomgyu siempre había sido una persona seria y centrada en lo que hacía, sobre todo cuando de trabajo se trataba.

Como cuando trabajaba en el burdel.

Todas esas veces que hombres mayores con extraños fetiches le pedían que vistiera trajes reveladores, que fuera sumiso o grosero. O hasta que tomara el control. Beomgyu no sentía nada con aquellos hombres, no le importaba intentar todas esas cosas hasta que a veces solo trataba de pasar un buen rato y no joderse la cabeza por lo que hacía.

Y aunque algunas veces también odiaba ese tipo de juegos, gracias a todos ellos había descubierto que no era tan santo como él decía ser, ya que luego de peticiones de cientos de hombres pidiéndole que los dominara descubrió que no le disgustaba del todo.

Le gustaba tener el control. Y también le gustaba que Taehyun se dejase controlar siempre que quisiese, sin que tuviera que decirle alguna palabra, solo se comunicaban con acciones y miradas.

Tal como en ese momento ambos lo estaban haciendo.

Taehyun estaba enojado con Beomgyu, al igual que frustrado. Beomgyu era malcriado, era como un niño de cinco años cuando deseaba tener algo y hacía berrinches para conseguirlo, siempre descarado y provocativo, justo como había sido la primera vez que se habían conocido en el burdel. Sabiendo cuales eran los botones exactos que tocar en Taehyun.

Y mierda, aunque Taehyun estuviera enojado y dispuesto a controlar a Beomgyu y hacerlo postrarse ante él sumiso y receptivo, no podía, no cuando Beomgyu seguía con el jugueteo y manejaba la situación con su superioridad y todas esas palabras sucias susurrándole al oído.

En todo el transcurso del camino Beomgyu lo había mirado manejar, sonriendo en su interior al ver su mandíbula tensa y sus manos apretando fuerte el volante. O cuando habían llegado y Beomgyu ni siquiera lo había dejado cerrar la puerta porque ya lo estaba besando y estaba quitando la molesta corbata enredada en el cuello de su camisa.

—Todos se van a preguntar porqué nos fuimos, fuiste demasiado obvio —Beomgyu jadeó sobre sus labios con una sonrisa cínica, disfrutando el agarre de Taehyun sobre su muñeca, tan fuerte que luego dejaría marcas si no la dejaba. Pero estaba en ventaja ya que tenía a Taehyun acorralado en la pared con una de sus manos deslizando su saco por sus hombros y sus ojos mirándole fijamente.

—Tú lo fuiste. Estabas tan enojado —repasó sus labios su mejilla hasta llegar a su mentón y morder suavemente—. Yo solo me estaba divirtiendo, y por lo que vi tú también —terminó por decir tanteando el botón del pantalón del mayor. Y no esperó más para pasar sus manos por el cuello de Taehyun y acercarlo a su propio rostro—. ¿Por qué no te quitas los pantalones, bebé? Creo que deberías liberarte un poco —y apenas vió a Taehyun acatar sus órdenes, le felicitó con un beso sobre sus labios por ser obediente.

Y como era de esperarse, Beomgyu ya había tomado el control total de la situación. Ya no estaba el Kang Taehyun enojado con ganas de ser duro con su hermosa pareja, solo estaba el Taehyun que se dejaba hacer y disfrutaba de un Beomgyu dominante y serio, con sus sonrisas de superioridad y sus manos gloriosas siempre en busca de piel que tocar.

「 Bonsoir Monsieur 」  |  TaeGyu ‧₊ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora