-¿trajiste todo lo que te pidió el medico?
-todo está en una carpeta Sheyla, no te preocupes por eso, solo concéntrate en evitar tirarme un cabello.
Sheyla al haber escuchado ese comentario va y le jala un pequeño mechón, escuchando como su tirón surtió efecto en Dasha. Sintió una pequeña gustosa victoria maliciosa y termino de arreglar la cinta que ocultaba lo que antes era un montón de desmogue creando nuevas cuernas para su amiga.
Dasha en cambio, después de ese jalón en vez de querer golpear a su amiga decidió que su cuerpo estuviera en una posición curvada, no tenía muchos ánimos y sentir su cabeza liviana no le gustaba para nada, de hecho se sentía insegura al ver como algunas ya llevaban cachitos mesclados en coles con rosas donde se empezaba a crecer las cuernas y los hombres con gorros oh pañuelos en su cabeza con presencia de tener cuernas, en cambio ella seguía sin tener presencia de algún cachito de estos, de hecho cada día el desmogue se salía de poco a poco y en su lugar crecían mechones de pelo algo que ni si quiera el pueblo indígena de cuernas pequeñas les llegara a pasar.
Dejando de lado a los pueblerinos de las montañas, Dasha decidió seguir en la tarea dada, específicamente en los detalles finales al igual que Sheyla, mientras un grupo estaba relajado, por terminar otros estaban desesperados buscando la información, dibujando las estructuras de los monumentos tocados oh preguntando a las profesoras sobre alguna duda que quedaba en el camino.
Daniel iba en un trote rápido hacia la habitación de su madre, estaba feliz ya que era el día que salía del hospital y deseaba poder llevarla pronto a casa junto a su padre para que pueda descansar lo máximo antes de ir al conclave, los nervios la comían y aunque su rostro no lo mostraba mucho, pero las notas en su notebook y sus cuadernos que tenía como borradores si lo demostraban.
Antes de tocar la puerta escucho con curiosidad una conversación.
-¿no hay rastros?
-ninguno, y aunque buscáramos hasta los lugares menos pensables no tendríamos muchos recursos humanos para la búsqueda, lo único que podríamos hacer por ahora sería esperar a que alguien deje alguna declaración que nos ayude a encontrar a la secta.
Daniel no los podía ver con claridad y si usaba la base heredada de su padre notarían el rastro de su magia, no quería tragarse un regaño. Pero si su memoria no falla es uno de los oficiales guardianes que están en la sucursal de su madre. Un suspiro se escuchó por parte de ella.
-el conclave sí que me va a patear el culo -una pequeña risa salió por ambas partes -entonces debería de descansar lo máximo antes de presentarse.
-aunque quisiera el conclave estaría perturbando mis sueños para volverlos pesadillas.
Daniel decidió incorporarse, con esa frase significaba que ya tendrían la conversación lista. Extendió las pequeñas arrugas de su chaqueta y llamó a la puerta.
ESTÁS LEYENDO
Jüitah, el planeta del equilibrio
Fantasytodo debe tener un equilibrio y Jüitah es el mejor planeta para demostrarlo, el bien que inunda sus calles debe tener también la maldad, solo que está escondido como su mayor secreto.