Tenía que correr y rápido.
No había casi nadie en el patio, solo habían dos chicas lobas sentadas en el patio central, aguanto sus adoloridas piernas al llegar al tercer piso y con torpeza llegó a su sala, abrió la puerta y el horrible cosquilleo del polvo de la sala golpea su nariz, prendió la luz mientras que con todo su odio mañanero dejó la puerta abierta para no tener que respirar ese aire toda la mañana, inhaló y exhaló, sintiendo como sus ardidos pulmones le recordaran constantemente que tenía que respirar mientras corriera.
Sin perder más tiempo fue a su puesto y tiro sus cosas en la mesa, que si no fuera por la reacción rápida de Dasha estos hubieran terminado en el suelo. Se pone cómoda como puede y con termo ya en su pupitre miró su teléfono, eran las 7:30 a.m.
Dasha bostezo y se puso sus audífonos para escuchar algo de música mientras dormía sus treinta minutos, al estar siempre agotada por su trabajo, le gusta dormirse en las mañanas antes de empezar las clases, aunque siguiera con sueño en estas intentaba no ser regañada en frente de sus compañeros, podía ser un poco indecente no saludar a los compañeros que ves todos los días, pero como la gente le gusta hablar de todo un poco ya sabían que ella trabajaba y quedaba agotada al no poder dormir las horas debidas. Sintió una sacudida en su hombro, se sacó los audífonos de un tirón y se levantó al pensar que el timbre había sonado y efectivamente era ese el motivo del porque la despertaron, el profesor había llegado y había que saludarlo cordialmente.
Al sentarse bostezó eh intentó sacarse una lagaña que se había formado en su ojo.
-buenos días dormilona –Dasha miro a su compañera de pupitre y sonrió –buenos días Sheyla.
Sheyla era su gran amiga desde que entro al instituto, era una cuerva de plumaje poco común, ya que sus alas eran de un azul precioso, Dasha al principio creyó que era único, pero con los años de haber estudiado y trabajado en la capital descubrió que había idealizado a los cuervos con el color negro.
-te perdiste de la conversación de curso –Dasha lo miro extrañada -¿a qué te refieres?
Dasha ya había sacado su cuaderno de la mochila y había puesto sus brazos en la mesa como una forma de reemplazar una almohada mientras buscaba una posición cómoda de dormir a la vez que sostenía el lápiz con su mano para que creyeran que estaba escribiendo su amiga en cambio ya tenía su estuche y su cuaderno en la mesa para escribir lo que había en el proyector.
-empezaron a gruñir por la tarea de historia y arte – Dasha miro a su amiga aun sin entender el problema –van a pedir que no la hagan.
-las profesoras no lo aceptaran y lo sabes –su amiga anoto de forma automática lo que se estaba proyectando –lo sé, pero a veces es divertido escuchar las historias de los demás y sus escusas injustificadas por no querer hacer tarea por simplemente flojera.
La voz del profesor se levantó fuertemente llamando la atención de todos, Dasha aún no tenía mucho sueño por lo que se incorporó y escribió de forma rápida lo que había en el proyector mientras el profesor indicaba el tema que se iba a tocar en su clase ese día.
Después de esa clase pasó lo mismo con las otras dos, Dasha a veces por cansancio oh poco interés en el tema se quedaba dormida y su fiel amiga le daba los apuntes en el receso, así fue toda su jornada de estudio a excepción de la clase de historia, en donde prestó su atención, desde la pequeña discusión por el trabajo, hasta el final de la discusión, donde sin aceptar otro reproche había quedado en que ya había sido aceptado por sus superiores, pero para la profesora se sintió con el gusto de que fuera individual, una pequeña venganza de parte de ella.
Después de eso ya estaba yendo con su amiga hacia la plaza.
-¿en que piensas Dasha? –La voz de su amiga la alejo de su mente y de la leyenda que estaba apegada a su tema – ¿eh? No nada, solo pensaba cuando ir a la iglesia.
-te toco un tema sencillo, siento un poco de envidia en pensarlo –Dasha la miró sorprendida y con una sonrisa de burla -¿sencilla? Hay varios temas que tocar en esa vieja iglesia.
-si es verdad, pero a la vez tiene mucho material interesante –Dasha miró al frente para cruzar la calle -¿Cómo por ejemplo?
-lo de las campanas es lo más obvia y podría ser tu carta de ventaja –Sheyla estaba muy sonriente, tenía una obsesión con entrar a la iglesia para ser Dashtri –pero a la vez es la peor, nadie sabe nada de los motivos de que llegue a sonar en toda la capital ¡no tiene lógica!
Las campanas de la iglesia como había dicho Sheyla efectivamente era su as bajo la manga, pero Dasha sabía que también no se sabe mucho de ellas, una que otra persona contaba una leyenda que eran las diosas que las tocaban a las doce de la mañana para recordar de la vida y todo eso, pero no tiene sentido. Su origen también lo es, se dice que lo construyeron las cuatro razas, otros dicen que lo trajo una gran inundación y otros que fueron las diosas que lo habían bajado desde el cielo.
-le quitas lo divertido al misterio y a las leyendas –Dasha se cruzó de brazos – ¿entonces porque me sigues hasta el trabajo?
-tengo mis razones para hacerlo y una de esas es porque te quiero –Dasha volteo los ojos –are como que te creo.
Dasha al llegar a su trabajo repitió su rutina, hasta las 19:00 p.m. dio sus explicaciones a su jefa quien por un cierto cariño la dejó ir y se fue directo a una biblioteca, si podía terminar antes el trabajo para ella mejor, así no estaría estresada y no fallaría en su empeño en el trabajo, ya que de cierta forma lo que acaba de pedir a su jefa de ir a estudiar le era incómodo y la hacía sentir irresponsable con su trabajo. Al llegar fue directo a la zona de historia y de arquitectura.No hubo problema en encontrar libros del estilo de la arquitectura de la iglesia, pero hubo complicaciones al querer ver la historia de esta misma, no había casi nada y la información que había no llenaba todos los huecos.
Dasha se rascó la cabeza, cerca de sus cuernas, era raro que la biblioteca más antigua de Neutria estuviera con poca información de esta y como ya no le quedaba mucho tiempo decidió llevarse lo que encontró acercándose al personal de la biblioteca, que se encontraba en el centro de esta.
--Disculpe –un cuervo ya en sus treinta años levantó su mirada hacia Dasha -¿en que la puedo ayudar?
-quiero llevarme estos libros –mostro su credencial de la biblioteca y espero a que registrara la mitad de los libros –si no le fuera una molestia ¿usted sabe dónde puedo encontrar las historias de la iglesia de las Diosas?
El hombre cuervo termino de registrar y le entregó los libros.
–Deme un minuto –el hombre teniendo sus alas apegada a su espalda empezó a indagar en el computador, sus ojos daban algo de miedo por el color rojo que se intensificaba con el brillo del dispositivo –según aquí, mucha gente ha pedido de esos libros, has llegado en un mal momento.
Fue un intento de burla bastante lamentable según Dasha.
-¿se puede saber el motivo? –el cuervo quedó un poco incómodo al no ver una sonrisa por su chiste y se refregó sus ojos por el brillo del computador y porque le dio vergüenza su chiste–es donde muchos jóvenes se preparan para ser Dashtris y Dushtes.
Con que eso era, Dasha había olvidado por completo que eran las fechas donde ya mayores de dieciocho años decidían entrar en la iglesia de las Diosas, agradeció al hombre cuervo y se fue a su hogar, se animó un poco diciéndose a sí misma que por lo menos tendría la mitad del trabajo.
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Jüitah, el planeta del equilibrio
Fantasytodo debe tener un equilibrio y Jüitah es el mejor planeta para demostrarlo, el bien que inunda sus calles debe tener también la maldad, solo que está escondido como su mayor secreto.