CAPÍTULO 03

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Volteo a ver por encima de mi hombro

-por favor Victoria, ahora no estoy de ánimo para conocer a nadie ni hablar de negocios con nadie.

-¿Qué pasa? ¿Puedo ayudarte en algo? -toma asiento en la silla cercana a mi

-¿Sabes que sí? Podrías decirle a mi esposa que tu no coqueteas conmigo. -menciono algo irritado

-¿Dónde está ella ahora?

-encerrada en el baño. -bebo mi segundo whisky

-si esta tan enojada, es mejor dejarla un momento para que se calme -Dice. -mientras tanto... ¿Por qué no vamos a bailar? -propone.

-a veces las mujeres necesitamos espacio y tiempo para calmarnos y así poder solucionar las cosas, tranquilo, yo le explicare todo

-estoy bien gracias, solo necesito hablar con ella.

-está bien, no sé a qué le tienes miedo... estamos rodeados de personas y claramente no trato de seducirte, solo te estaba invitando a bailar para que no estés así de tenso.

-no tengo miedo

-yo diría que si jefe.

-ella confía en mí, así que no está mal bailar. -Victoria toma mi brazo y la guio hasta la pista de baile. -solo quería estar pendiente de cuando salía del baño. -bailo con mi colega

Yo tengo razón, anteriormente hemos estado en este tipo de fiestas y a Jully no le ha importado mucho si bailo o dejo de bailar con alguien, ella sabía que al final de la noche seriamos solo ella y yo bailando entre las sabanas de la cama

-¿Ves? No es nada del otro mundo que bailes con alguien. -murmura abrazada a mí, siguiendo el ritmo de la música. Siento como ella su abraza cada vez más hasta que su cuerpo queda totalmente pegado al mío, puedo sentir la presión que pone entre el espacio de sus senos y mi pecho. Toma mis manos y las hace colocarlas en sus caderas

-okey... ya debo irme -inmediatamente me separo de ella.

A lo lejos veo a Julliette acercarse a paso firme y con una cara de pocos amigos y una mirada que perfectamente podría describir como destructora. No me queda duda que acaba de ver la escena entre victoria y yo, sé que está pensando con cada paso que da las mil y una maneras nuestra muerte.

Victoria también puede notar la energía de Jully y se adelanta unos pasos hacia ella.

-Julliette, no es lo que parece, solo estábamos bailando y... -un sonido seco atraviesa los oídos de todos los presentes.

-para ti...señora Jones pequeña zorra...-murmura. Le había atravesado la cara de una fuerte cachetada. -esta solo se lleva la mano en la zona del golpe, como si así desapareciera el dolor

Tomo a mi esposa del brazo y la acerco a mí. -Julliette, Pero ¿qué diablos haces? - le murmuro para no llamar más la atención

-tu ni siquiera me hables. -responde en voz baja, mirándome a los ojos con furia, jamás me había mirado de esa manera, jamás se había comportado así, admito que he discutido con ella algunas veces y la he visto de mal humor, pero nada se compara con la actitud que tomó hoy.

-yo no hice nada. -respondo

-no...solo te dejaste poner las manotas en la cintura de la hermosa rubia. -dice con notable sarcasmo en el tono de su voz

-¿Dónde quedo tu confianza? Jamás te habías comportado así

-quedó donde tu decidiste no creerme, cuando yo te dije que a ella le gustabas y mucho. Tenías que ser muy confiado en las personas, Tenías que descubrirlo hasta cuando ella estaba pegada a ti como un mugroso anuncio en la pared de algún edificio de la ciudad.

El Renacimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora