Te miro
a cualquier hora del día,
no importa lo que estés haciendo en
ese instante:
cuando duermes,
cuando hablas, cuando me coges
de la mano por la calle, cuando se
te llena el rostro de luz por tu sonrisa,
esa sonrisa que cualquiera amaría
incluso cuando la tristeza
te la oscurece;
en cualquier sitio,
a cualquier hora, te miro,
te miro siempre
para que te quedes.Tengo un amor tremendo.
Se me van los días,
las semanas e incluso los meses.
Se me van cada día amándote.
Y si no me doy cuenta, tal vez
será porque sólo veo tus ojos.
Será porque me sale muy nítido,
muy ligero, incluso, de muy dentro.Lo mejor era que,
cada vez que te miraba sonreír
me sentía a un solo paso más de la vida,
y, a cien mil más lejos de la muerte.Rendida, completamente desarmada, ante
un par de ojos color café y una sonrisa que,
podría jurar, son el mismo universo.Tal vez no me creas si te digo que esta es
mi última esperanza en el amor, y toda la
apostaré a ti.
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Caos perfecto
DragosteEn este libro no se encontrarán dedicatorias a un amor "perfecto" sino dedicatorias marcadas por la dureza de una realidad vivida, mi realidad, la perfecta imperfección de cada escrito en cada pagina es lo que las hace humanas.