Capitulo 19

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Descripción de la mañana al día siguiente: Tensa, Muy tensa.

Había dormido bastante cómoda en la cama citada en la habitación de la planta alta.  

Al bajar las escaleras para sentarme y desayunar, sentí la tensión familiar a mi alrededor.

Mi madre y mi abuelo, no se dirigían la mirada, mucho menos palabras. Mis hermanos no lo habrán notado, como siempre, Pero yo si.

La abuela era la única que quería sacar conversación. Ni siquiera dirigió su mirada hacia mi que ya me pregunto

—¿Y Maia haz hecho algún amigo?— Pregunto con picardía, se notaba la curiosidad y el interés en su voz -me hizo recordar a mama-

Se me tenso el cuerpo. ¡¡Maldita sea!! Era la primera pregunta!. No pude ni prepararme que ya lanzó la bomba

—No— respondí sin dar vueltas, con algo de nerviosismo tal vez

—No?—dijo algo sorprendida

—JA, ¿No?—interrumpió mamá con ambas cejas excesivamente levantas y su mirada fija en mi, dejando mi alma completamente desnuda. Sentí un escalofrió.

ATRAPADaAaAa

Si, más que seguro ya estaba roja tomate. No sirvo para las mentiras, o quizá para esta mentira.

—Bueno si, p-pero no es importante— trate de sacarle importancia. 

La abuela sonrió tierna ante mi respuesta, mamá río burlona 

—Si claro, como digas— rodo sus ojos aun con esa sonrisa burlona únicamente suya

—Una vez -Comenzó a contar de la nada- le dije exactamente lo mismo a mi madre sobre un chico y ahora -cambio de rumbo su mirada- es tu abuelo— le sonrió tiernamente al mencionado

se quedaron viendo fijamente. Se notaba su burbuja de amor. Todo muy hermoso pero.. ¡¡DIOS, QUE COSAS DICE SEÑORA!!

quise responder pero mamá me robo las palabras

—Okay basta, Por favor mama—

—Que?—respondió con una sonrisa, riendo ante mi sonrojo y vergüenza 

quería dejar la conversación eso era seguro.

-.-

Me levante de mi asiento rápidamente, dirigiéndome a fuera. Sabia que hoy era mi ultima día en esa casa, todavía me sorprendía la muy corta visita, pero mama tendrá sus razones, quizá.

el cielo estaba hermoso, despejado sin ninguna nube.

Acariciaba a ese hermoso caballo oscuro, con miedo de que en algún momento decida morderme el brazo, pero ahí estaba arriesgando mi vida, o tal vez siendo dramática

—Le agradas—dijo una voz de fondo.
di un pequeño salto buscando al dueño de aquella oración

—oh abuelo— Ya me sentía cómoda diciéndole con aquel, apodo?

—Si a mi también me agrada— respondí con un asentimiento alegre

hubo un pequeño silencio, algo incomodo

Pareciera como si quisiera decirme algo, pero lo dudaba 

quería romper aquel silencio, pero antes de que pudiera decir algo comenzó a hablar

—Maia—llamo con tono serio 

Respiro hondo

—Tu madre me conto que no quieres recuperar la memoria -me tense- Eso es cierto?—

¿Desconocido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora