Capítulo 43

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Odiaba hacer eso, en verdad lo odiaba, pero le había pedido a Ezio resolverlo él mismo, sentía que le debía algo a Justin por utilizarlo de ese modo, además se había dado tiempo de leer los mensajes y se había dado cuenta que el joven había intentado contactarlo para pedirle usar la tarjeta. Le daría oportunidad de explicarse.

- Lo siento, ¿esperaste mucho?

Dylan había estado algo sensible a los olores últimamente y le parecía que Justin tenía un olor particular, era un aroma suave pero empalagoso, no podía reconocerlo, pero era muy dulce, olía a inocencia.

- No, no esperé demasiado, pero tengo algo de prisa.

- Lo entiendo, supongo que ese "tenemos que hablar" significa que Ezio ganó.

Ese comentario fue chocante, mas aun la cara de pesar que Justin estaba poniendo, como si en verdad lamentara lo que pasaría, Dylan no recordaba haberle hecho alguna promesa o declaración que ameritara un rompimiento lleno de sentimentalismo.

- ¿Qué tiene que ver Ezio en esto?

- Todo, la última vez que nos vimos me dijiste que esto funcionaba, que no tenía de que preocuparme, pero te llamé muchas veces, te dejé tantos mensajes y no respondiste ninguno. Él me dijo que yo estaba contigo porque él asi lo quería, supongo que ya no quiere.

Por eso no quería estar allí, él no sabía cómo lidiar con esas cosas, Ezio era quien decidía recortes, quien daba las malas noticias y cosas así, él era un blandengue para esas cosas.

- Él no tiene nada que ver en esto, es por los cargos desmedidos en la tarjeta, son excesivos.

- Lo sé, pero intenté llamarte, me desalojaron de mi departamento, tenía meses atrasados y mi compañera de piso acaba de tener un bebé, asi que fue una emergencia.

Ese era el olor que emanaba de Justin, el olor de un bebé, ahora Dylan lo recordaba, era como olía Nicola cuando era más pequeño, un aroma dulzón que le picaba en la nariz.

- Te lo devolveré, acabo de conseguir una pasarela, ¡¡mi primera pasarela!!

- Oh, eso es bueno, felicidades, es genial, yo... creo que sí, está bien, puedes quedarte en el departamento un tiempo, Ezio no tiene por que saber que siguen allí, digo, ya es mío asi que...

Justin parecía muy sorprendido y lo estaba, pero no por las razones que Dylan pensaba, Justin creyó que el departamento estaba a su nombre, no al de Dylan.

- Lo que si quiere de vuelta es lo que se compró en la joyería, sé que suena horrible viniendo de alguien como nosotros, pero él es asi, controla el dinero como si fuera un pequeño duende.

Dylan tenía una sonrisa tonta en su rostro, como sí que el pequeño demonio fuera un avaro arrogante, fuera la cosa más tierna del mundo.

- ¿Por qué? Digo, si, es tu dinero. Pero ¿por qué? Seguro que a él le has comparado cosas más costosas, no sé, un coche, una marca de ropa o una isla.

- Una perfumería, pero no es él punto, él punto es que... mira no quiero discutirlo más, sólo llévalo a mi oficina el viernes, Ezio tiene la factura y... lo lamento.

El joven se veía en verdad decepcionado, Dylan lamentaba estar en esa situación, tampoco entendía por qué Ezio insistió en que quería la compra de la joyería, eran un par de pendientes, que no necesitaba, a Dylan no le importaba si Justin se los quedaba o no.

- No lo entiendo, no entiendo tu obsesión por él, como puedes dejarte manipular de ese modo, no te preocupes, te lo llevaré el viernes, toma tu tarjeta. Supongo que terminamos.

Jóvenes Extraordinarios 4 Niño CaprichosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora